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El emprendedor incansable que reimagina la educación

Hugo Arévalo
Creador de varias startups, inversor y cofundador y presidente ejecutivo de The Power Business School

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A Hugo Arévalo (Madrid, 1982) no le asustan los retos. Desde que tenía uso de razón soñaba con crear su propia empresa y contribuir a cubrir alguna necesidad insatisfecha en el mercado. Su carácter inquieto, autoexigente y analítico explica que sus proyectos hayan triunfado en sectores tan variopintos como la movilidad o la educación, mientras que su ojo clínico para los negocios le han convertido en un reputado inversor capaz de detectar potencial donde otros solo ven un lienzo en blanco. A ambas facetas ha consagrado su carrera profesional la que es hoy una de las mayores figuras del ecosistema innovador español.

Nieto de abuelos emprendedores, día tras día, a partir del ejemplo visto en casa, fue creciendo su interés por este mundo. Estrenó la mayoría de edad con su primera aventura real, una marca de raquetas de pádel gracias a la que comprendió la gran responsabilidad que conlleva eso de ser tu propio jefe. “Falló porque no le dediqué el tiempo suficiente”, recuerda. Desde entonces, la plena dedicación a lo que sea que haga es un mandamiento inquebrantable.

Tras estudiar Dirección y Administración de Empresas, formación que completó con un máster en Estrategia Directiva, con tan solo 24 años invirtió en Tuenti, una red social que rompió moldes en el panorama digital de la época y que finalmente adquirió Telefónica. Ese sería solo el inicio de una nutrida cartera en la que se incluyen unos cuantos unicornios. Desde Cabify, Glovo, JobandTalent, Lime, DeporVillage, Playtomic o Tropicfeel, su capacidad para identificar entre miles de propuestas las verdaderamente exitosas está fuera de toda duda, un olfato que combina con su faceta de emprendedor y directivo, ya que ha sido presidente ejecutivo de la firma de gafas Hawkers, cofundador de Auro, uno de los grandes operadores de VTC de nuestro país, así como cofundador y presidente ejecutivo de The Power Business School. ¿Qué futuro augura al ecosistema español de emprendimiento innovador? “Los momentos más dulces están por llegar. En Estados Unidos e incluso en Europa, las empresas que lideran la bolsa son tecnológicas, pero aquí todavía no. Es algo que ocurrirá dentro de diez o quince años, por lo que creo que falta muchísima madurez”, asegura. A su juicio, la reciente aprobación de la Ley de Startup deja sin resolver todos los problemas que arrastra España respecto a vecinos europeos como Alemania, Inglaterra o los países nórdicos, aunque piensa que es “un buen comienzo para que mejoren las condiciones y cada vez haya menores barreras de entrada”.

La revolución tecnológica, que ha traído consigo profundos cambios en la estructura de la economía, ha hecho del talento un activo esencial para la competitividad de cualquier nación. En opinión de Arévalo, España puede sacar músculo por el alto nivel de sus profesionales, pero considera que falla en la autoconfianza: “Tenemos igual e incluso mejor talento que muchos países, pero falta creérnoslo. Los mercados americano, inglés o italiano se lo creen más. Hasta que no nos convenzamos de esto nos va a quedar un largo recorrido para tener las mejores empresas del mundo porque ya todas nacen de una idea global, que no solo se venda en España sino en todos los países. Esa tendencia continuará, así que es cuestión de creérselo”.

Sin vacilar en sus reflexiones, este entusiasta de la tecnología y su poder para transformar la vida de las personas se muestra convencido de que, en la era del aprendizaje continuo, la educación debe evolucionar para adaptarse a las demandas venideras. Por este motivo, en 2017 puso en marcha, junto a sus socios Rafa Gozalo, Borja Adanero y Kike Corral, The Power Business School, una escuela de negocios online que ya supera los 100.000 alumnos en más de 90 países y en la que han confiado más de 600 compañías para reforzar las competencias de sus empleados. “Nos dimos cuenta de que era complicado aprender de negocio si no tenías tiempo o dinero suficiente, también era muy difícil aprender de emprendedores o directivos de éxito y el contenido en general estaba desactualizado”, apunta como los desencadenantes de la iniciativa empresarial, concebida para transformar las reglas de juego del sector.

“Creemos que la forma de formarse del futuro es en línea”, subraya Arévalo, que también es un firme defensor de modelos de enseñanza alternativos como el denominado ‘micro-learning’, es decir, pequeñas píldoras formativas muy prácticas, “para que a la gente se le quede y pueda aplicarlo en su día a día profesional”. El emprendedor entiende que los nuevos desarrollos surgidos en torno a la inteligencia artificial demuestran que “no podemos parar de innovar” y que los profesionales van a tener que formarse durante toda la vida.

Edtech, movilidad, logística, comercio electrónico… La trayectoria de Hugo Arévalo, tanto en su condición de emprendedor como de inversor, es un suma y sigue constante. Alguien como él, que califica los obstáculos como oportunidades disfrazadas, se crece ante los desafíos que plantea el entorno mutante e incierto en el que nos movemos. No sorprende que, al ser preguntado por cómo se ve dentro de veinte años, su respuesta sea: “Creciendo el proyecto de The Power Business School y si no, creando otra empresa y siguiendo con la inversión en jóvenes que tengan la ilusión de cambiar mercados y sectores”.

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