Vendimia en Sevilla: el cambio climático adelanta la campaña
La tradición de recoger la uva se ha vuelto a adelantar este año entre dos y tres semanas. Aún así, los vendimiadores de la provincia de Sevilla asumen el reto de producir unos vinos de calidad que son hasta merecedores de premios
Enoturismo: viaje al mundo del vino sevillano
![Los vendimiadores de Cazalla de la Sierra empiezan a las 4 de la madrugada para evitar las horas de calor](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/08/12/campaa-vendimia-cazalla-RENdHUbFOl8aOA46VO1IadK-1200x840@diario_abc.jpeg)
En la colonia tierras de Galeón de Cazalla de la Sierra apenas llevan dos semanas vendimiando. Un año más, y van tres, la campaña se adelanta a septiembre, mes por excelencia de la recogida de uvas. La razón principal es el cambio climático ... que provoca la anticipación en la maduración de este y otros cultivos. En este pago de la sierra norte de Sevilla se ven las primeras luces a las 4 de la madrugada, hora en la que Mari Ángeles Pérez, directora y sumiller de la Bodega Colonias de Galeón, se afana ya con el resto de su equipo en recoger la uva madura con la que se fabricarán un vino tinto con premio en la provincia de Sevilla, por su excelencia.
Este vino saldrá de la Bodega Colonias de Galeón, adquirida en 2020 por la familia Granados, propietaria del Instituto Español. La saga empresarial andaluza tiene detrás una larga tradición en la industria de la cosmética y la perfumería, con marcas en el mercado tan conocidas como Gotas de Oro, Avena o Aire de Sevilla. Este año decidieron apostar por la fabricación de vino, nada menos que en Cazalla de la Sierra, donde estaba a punto de desaparecer un cultivo que había mantenido el arraigo en la tierra desde la Edad Media, mientras comenzó a proliferar en la zona el cultivo del alcornoque y el olivo.
Cada racimo de uvas que recoge el equipo de Mari Ángeles Pérez está destinado a defender un producto que antiguamente era referente en la sierra norte de la provincia de Sevilla. La técnico, con un máster en Enología, trabaja codo con codo con los vendimiadores, en esta empresa «todos hacemos de todo», gracias al carácter familiar que imprime su dirección. De madrugada, coge las tijeras y su frontal y, alumbrada por un linterna en la frente, deja las manos libres para acariciar cada racimo de uva madura. Antes incluso de que en el horizonte se puedan ver las luces del alba.
Ella se encarga de la cata para los ensamblajes de los vinos pero también limpia barricas y está pendiente del equipo de trabajo que forma junto a Amalia del Pino, enóloga y responsable de la bodega, y tres técnicos Esther, Ismael y Manuel. «Sin ellos esto no sería posible», dice.
45.000 botellas de vino de la sierra
Andalucía ha sido siempre rica en cultivos que han dado nombre y ubicación a muchos pueblos. En el siglo XVI Cazalla de la Sierra era una tierra de vinos con 15.000 hectáreas de viñedos plantadas, y el municipio llegó a albergar 67 fábricas entre los siglos XVII y XX, la mayoría era conocida por la fabricación de anís (Anís Kruger, Anís Machaquito, Anís Cazalla, Anís Torre del Oro, Anís Triunfante, Giralda o Anís Clavel y Anís Miura).
«Casi todo el terreno agrícola estaba dedicado a la viña y empezó a decaer cuando cambia a Cádiz el Puerto de Indias». A partir de entonces, prosperan los vinos de Jerez y Sanlúcar. A esto se suma que la sierra es una zona con mucha humedad, condiciones que favorecen la aparición de dos enfermedades peligrosas para el viñedo: el mildiu y oídio.
Hoy en día hay sólo 37 hectáreas plantadas y dos bodegas. En Colonias de Galeón prevén producir 45.000 botellas con certificación en ecológico. Una producción pequeña comparada con la de las grandes marcas de Rioja o Jerez, pero importante porque está posicionando a Sevilla y, más concretamente a Cazalla de la Sierra, en un sector que acabó sólo conociéndose por subproductos del vino, anís y aguardiente.
«La producción de vino en Sevilla es ya una realidad y hay zonas con mucho prestigio». El vino de Cazalla se revaloriza en cada campaña, la prueba es que durante dos años seguidos la bodega ha conseguido premios en el concurso de vinos organizado por Prodetur, organismo de promoción turística de la Diputación de Sevilla. «El vino era un eslabón que quedó olvidado en Cazalla. Por eso hay que recuperar su historia», reconoce la sumiller.
El equipo de trabajo realiza analíticas diarias sobre el grado de maduración de la uva para saber cuándo deben recogerlas. Este año, la campaña ha comenzado el 27 de julio y durará hasta mediados de septiembre, es decir, con un mes de antelación a lo habitual. Y ha sido así en los tres últimos años, debido al cambio climático que provoca elevadas temperaturas y la maduración temprana de los cultivos.
![La campaña de vendimia en Cazalla de la Sierra terminará a mediados de septiembre](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/08/12/vendimia-campaa-cazalla-U22100667641Owe-760x427@diario_abc.jpeg)
Los fines de semana, el enoturismo va ganando terreno a favor de la cultura del vino. La Bodega Colonias de Galeón recibe a grupos de visitantes para realizar el recorrido que hace la uva, desde el viñedo a la barrica. «Hace unos años siempre se veían las mismas marcas, ahora hay un buen número de vinos andaluces y, concretamente, sevillanos en el mercado». Para Mari Ángeles Pérez esto es un «síntoma ideal porque la gente visita las bodegas, se informan y, cuando conocen el proceso, valoran más el producto».
Por eso los responsables de Colonias de Galeón han decidido que la razón de existir de su bodega, que se fundó en 1998, era luchar por afianzar la producción de unos viñedos al borde de la extinción. De hecho, en 1918 el Ayuntamiento de Cazalla de la Sierra llegó a un acuerdo con los vecinos del municipio y colonos de fuera entre los que repartieron 70 colonias resultado de la expropiación de la finca de Galeón. Incluso, cuenta la sumiller, que se unieron en una cooperativa donde llevaban la uva para producir el vino. «La única condición que pusieron a los nuevos propietarios era que debían mantener un mínimo de terreno dedicado al cultivo del viñedo».
Inversión e ilusión
La mayor parte de lo que fue la producción del vino en el municipio la recogió el profesor de Biología Salvador Jiménez Cubero en un libro que escribió en 2015 titulado 'Cazalla de la Sierra. El país del aguardiente'. Fue el fruto de una investigación que duró cuatro años y que ha aportado mucha información a quienes se interesan por la historia del vino y sus derivados en este pueblo.
El cambio de propietario en Colonias de Galeón trajo consigo una inyección de inversión pero, sobre todo, de ilusión. La directora de Colonias de Galeón asegura que tienen que volver a convertir Cazalla de la Sierra en el municipio conocido por sus vinos, como antiguamente, y no sólo el aguardiente.
En la actualidad, mantienen en producción diez hectáreas, dedicadas a tres variedades de uvas de las variedades merló, chardonnay, viogner, vinos tintos y blancos. «Cada variedad tiene un ciclo y depende de las condiciones climáticas. Si viene una ola de calor, madura antes, hay que estar pendiente». En campaña, el equipo de trabajo pasa de cinco a nueve trabajadores y todos se tiran al campo para vendimiar.
La empresa tiene como objetivo seguir ampliando las hectáreas de viñedos y llegar a envasar 90.000 botellas. De momento, el vino se comercializa por todo el territorio nacional. «El vino lleva algo nuestro. Siempre digo que Sevilla es lo mejor, pero no sabe por qué. En productos con este está la clave».
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