Comienza el curso en las «caracolas» de Utrera

Después de un inicio de curso bastante movido, parece que al fin se han solucionado los problemas que estaban padeciendo en Utrera un centenar de niños. Estaban destinados a ocupar tres aulas prefabricadas, adscritas al colegio Al-Andalus, pero ubicadas al margen de este centro escolar, en un solar del barrio de La Mulata. Tras diversos problemas, los pequeños, de entre 3 y 4 años, comenzaban el curso el pasado lunes 23 de septiembre.

La fecha de inicio fijado para las actividades escolares era el pasado 10 de septiembre, pero estas instalaciones no estaban listas para su uso escolar ya que habían llegado a Utrera a finales del mes de agosto. Los elementos se aliaron en contra de este colegio provisional, ya que la celebración de la feria de Utrera, también impidió que los operarios pudieran llevar a cabo los trabajos necesarios para que las «caracolas» estuvieran a punto.

Por tanto la fecha fijada para el inicio del curso pasaba a ser el 16 de septiembre, día en el que estaba marcada la celebración de una jornada de puertas abiertas. Precisamente esta jornada despertó la indignación de los padres de los niños, ya que pudieron comprobar como las instalaciones no estaban en las mínimas condiciones para la práctica educativa.

En ese momento los padres deciden pasar a la acción, realizando un completo inventario fotográfico y escrito de los problemas que habían detectado, y solicitaron una reunión con el alcalde y la delegada de educación. Tras esta concentración espontánea en el consistorio utrerano, y las pertinentes reclamaciones a la delegación provincial de Educación de la Junta de Andalucía en Sevilla, el organismo autonómico se ponía por fin manos a la obra.

De esta manera durante la semana del 16 al 20 de septiembre, la empresa encargada de la instalación de las «caracolas», ha trabajado a destajo para solucionar la larga lista de desperfectos que presentaban estas instalaciones. Los principales problemas radicaban en la existencia de numerosos fallos en la seguridad para los más pequeños, como filos cortantes e instalaciones eléctricas defectuosas.

Después de este periplo surrealista los niños ya se encuentran en las «caracolas» recibiendo clase, en un recinto que se supone que en un futuro será el nuevo colegio de la localidad. Por ello los padres aseguran que su lucha no va a terminar y que van a hacer todo lo posible para que la Junta inicie la construcción del nuevo colegio.