Virus del Nilo en Sevilla: estos son los niveles de alerta este año en la provincia, municipio por municipio

La provincia de Sevilla es, junto con la de Cádiz, la que presenta más localidades en color rojo , que equivale a una mayor exposición ante este virus, causante de la Fiebre del Nilo y que puede provocar meningoencefalitis , y en un porcentaje muy bajo, la muerte, como fue el caso de hace dos veranos, donde murieron cinco sevillanos o el pasado, con la muerte de una vecina de Coria del Río e infectadas seis personas .

Para poner orden y, sobre todo, para evitar que el virus del Nilo afecte a un número importante de personas, desde hace dos años se ha establecido un protocolo de actuación. Así, la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica de la Junta de Andalucía ha actualizado, tras el análisis de los datos de vigilancia del año 2021, el mapa de riesgo para minimizar el impacto de infecciones por la enfermedad del virus del Nilo en humanos.

Así, se ha establecido un mapa de colores en función del mayor o menor riesgo expuesto en cada uno de los 106 municipios que conforman la provincia. En color rojo aparecen 24 localidades que empiezan el verano en riesgo rojo , incluida Sevilla capital . o lo que es lo mismo, la población que se halla en este nivel es de 1,3 millones de habitantes. Este mapa se irá actualizando quincenalmente, por lo que una población podrá subir o bajar de nivel.

Además, se encuentran en este nivel otros municipios, como Alcalá de Guadaíra, Almensilla, Bollullos de la Mitación, Bormujos, Camas, Carmona, Castilblanco de los Arroyos, Castilleja de la Cuesta, Coria del Río, Coripe, Dos Hermanas, Gelves, La Puebla del Río, Las Cabezas de San Juan, Lebrija, Los Palacios, Mairena del Alcor, Mairena del Aljarafe, Morón de la Frontera, Pilas, Sanlúcar la Mayor, Utrera y Villamanrique .

Entre las características de este grupo máximo de alerta está la evidencia de circulación del virus en el municipio en mosquitos, aves o casos en caballos en la temporada actual o en los años 2020/2021 (a distancias inferiores de 1,5 km de núcleos de población), o la detección de, al menos, un caso en humano en el municipio en las dos temporadas pasadas. (2020 y 2021).

La Junta ha establecido, según el Programa de Vigilancia y Control de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental , que por encima de este grupo 4 se sitúa otro que sólo se dará cuando se detecte, al menos, un caso en humano en el municipio en la temporada actual.

Todas las localidades y la propia administración sanitaria competente, en este caso la Consejería de Salud y Familias, o en materia de agricultura (la Consejería de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural) que conforman este grupo 4 o riesgo alto deben cumplir unas obligaciones que el protocolo estable.

Así, por ejemplo, las administraciones locales intensificarán la diagnosis (fumigación), especialmente a distancias inferiores a 1,5 kms. de núcleos de población y en focos de riesgo en zonas rurales transitadas. Es decir, serán los ayuntamientos los que costeen la fumigación en estas zonas.

También deberán contar con un plan de comunicación a la ciudadanía de las medidas preventivas desde el inicio de la temporada (marzo a noviembre) intensificado a partir de julio incluyendo zonas rurales privadas. Por su parte, Salud, que forma parte del comité técnico, se encargará, entre otras medidas, de recoger muestras de líquido cefalorraquídeo, orina y suero ante cualquier tipo de sospecha en temporada de mosquitos.

Por contra, en el grupo 3 o de riesgo moderado (en color naranja), se incluyen en este inicio de la temporada siete municipios sevillanos, como Aznalcázar, Écija,ElCoronil, Espartinas, Marchena, Marinaleda y Palomares del Río . Al igual que el anterior, se establece en este protocolo diversas medidas de cumplimiento por parte de las administraciones locales, más ‘suaves’ que las anteriores.

El resto de localidades incluidas en este Programa de Vigilancia y Control de Vectores de la Fiebre del Nilo Occidental forman parte inicialmente del grupo 1 (color verde oscuro) o áreas predispuestas, donde se encuadran doce localidades, entre las que destaca Isla Mayor , cuyo término acoge a la mayoría de las 36.000 hectáreas de arrozales donde el mosquito se cría.

Junto a este pueblo se sitúan otros como Benacazón, El Cuervo de Sevilla, El Pedroso, Gerena, Guillena, Huévar, La Campana, La Luisiana, La Puebla de Cazalla, Montellano y Paradas , mientras que el resto de municipios se encuentran en nivel de no exposición.

El virus del Nilo es una enfermedad transmitida fundamentalmente por la picadura de mosquitos infectados (sólo las hembras son las que pican) que transcurre en el 80 % de los casos sin síntomas, mientras que el otro 20 % de los afectados desarrolla una enfermedad viral grave, según la Organización Mundial de la Salud.

Leve en humanos, la fiebre del Nilo Occidental se caracteriza por síntomas parecidos a la gripe : fiebre, dolor de cabeza y en las articulaciones, vómitos, erupción cutánea e inflamación de los ganglios linfáticos; síntomas que duran entre 3 y 6 días, y luego desaparecen sin mayores consecuencias. No existe una vacuna para las personas (sí la hay para la afección en caballos), por lo que la mejor forma de prevención es evitar las picaduras de los mosquitos.

Desde hace años, el virus del Nilo es endémico en ciertas zonas de la provincia, especialmente en municipios ribereños sevillanos. De ahí la necesidad de estudiar a las aves , que hacen de cintinela a las autoridades sanitarias y científicas, no sólo las que habitan en arrozales , sino las más habituales en el casco urbano, como gorriones o mirlos.

Quienes conocen sus síntomas muy bien son los vecinos de dos localidades sevillanas, Coria y La Puebla del Río , donde se han dado más casos en los dos últimos veranos y cuyos ayuntamientos, en contacto con la Junta de Andalucía, han desarrollado labores de fumigación, no exentas de polémica entre las administraciones a cuenta de quién debería sufragar los gastos de las mismas.

Cierto es que en 2021 la crisis del mosquito fue menos grave que la del verano anterior y eso lo corroboró en ABC uno de los mayores expertos en mosquitos de Andalucía, Jordi Figuerola : «Durante el confinamiento de 2020 surgieron muchos lugares donde los mosquitos pudieron criar tranquilamente en zonas habitadas. Además, mayo de 2020 fue de los más lluviosos del siglo XXI, lo que favoreció la cría de larvas y, sobre todo, porque tras esa crisis se trabajó en los imbornales , echando BTI, una toxina bacteriológica muy específica que revienta las larvas de los mosquitos».