Sucesos
De testigo protegido del caso Arny a asesino reincidente
Bajo el pseudónimo de Eduardo, el hombre que asesinó este viernes a un vecino de Brenes fue epicentro del gran escándalo sexual de la década de los 90
![Imagen tomada en el momento de la detención de Sánchez Barriga el pasado viernes en Brenes](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/provincia/2021/02/07/s/sanchez-barriga-arny-kJRD--1248x698@abc.jpg)
En la azotea de una casa de Brenes se cerraba este viernes el último episodio en libertad de José Antonio Sánchez Barriga . Policías locales y guardias civiles conseguían detenerlo por haber matado, apenas una hora antes, a un vecino de esa localidad en una pelea por drogas y dinero. Sin ofrecer ningún tipo de resistencia, Sánchez Barriga, de 43 años, se limitó a confesarle a los agentes que ya tenía en su expediente dos asesinatos anteriores . A este criminal reincidente le faltó contar que siendo muy joven fue el testigo protegido que impulsó el caso de corrupción de menores más mediático de Sevilla, el cual forma parte ya de la historia judicial de este país. Su pseudónimo era Eduardo y aseguró que en un bar de copas llamado Arny clientes muy famosos pagaban dinero a menores por favores sexuales .
A las 21.45 horas de este viernes, en el número 4 de la calle Morales Gómez de Brenes, Sánchez Barriga ponía fin a una discusión a golpes con un calabozo , una herramienta que se utiliza para la poda de olivo. Una suerte de machete con el que lo vieron huir tras dejar al borde de la muerte a un hombre de 67 años y heridos a otro hombre de 58 años y a una mujer de 48. Cuando llegaron los servicios de emergencia al piso no pudieron hacer nada por el herido más grave mientras que se organizaba una batida por el pueblo en busca de un delincuente muy conocido . Una hora tardaron en encontrarlo en la azotea de la casa de un camello local. Ese es el mundo en el que se ha movido desde que era un adolescente Sánchez Barriga.
El que fuera testigo protegido número 1 del caso Arny volvió a la calle el año pasado, tras pasar quince años en prisión por su segundo crimen. Su anterior víctima fue un anciano de 72 años que había pactado con él mantener relaciones sexuales a cambio de dinero. Corría el año 2004 y Sánchez Barriga tenía 25. Conoció a su cliente en un bar de las inmediaciones de Santa Justa y como detalla la sentencia de la Audiencia Provincial, ambos se dirigieron a un criadero de cerdos en San José de la Rinconada para practicar sexo. Sin embargo, una petición del cliente y la negativa de Sánchez Barriga a complacerle provocaron una discusión que acabó de manera salvaje. El chapero destrozó la cabeza con un trozo de viga al anciano, que momentos antes le había dicho que no le pagaría, y se marchó. No se sabe cuándo murió exactamente la víctima porque su cuerpo lo encontraron seis días después unos jóvenes que entraron por casualidad en el criadero.
![A la derecha, la casa donde el detenido asesinó a un vecino de Brenes este viernes](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/provincia/2021/02/07/s/fachada-casa-brenes-kdLF--510x349@abc.jpg)
Cuando Sánchez Barriga se sentó en el banquillo por este crimen en 2005 estaba cumpliendo condena en la cárcel por varios robos violentos. Al concluir la vista oral y tras confesar la autoría , lo que le valió una reducción de cinco años en la pena que solicitaba el fiscal, pidió perdón a la familia de la víctima.
En 2005, Sánchez Barriga confesaba haber matado a un cliente que le dijo que no le pagaría después de haber mantenido relaciones sexuales en un criadero de cerdos de San José de la Rinconada
Lejos quedaban ya los flashes que lo buscaban en la puerta de los juzgados del Prado durante la instrucción y posterior juicio por el caso Arny. Eduardo, como se le llamó para proteger su verdadera identidad, fue el primer testigo que se presentó ante el juez para señalar al local , a su dueño y a una clientela cuyos nombres se fueron desvelando poco a poco alimentando aún más el morbo del caso. Además de Eduardo, se incorporaron otros testigos, también menores que aseguraban que habían ejercido la prostitución en los reservados de aquel establecimiento.
Pero el llamado Eduardo acabó desdiciéndose. Afirmó que su declaración había sido fruto de la presión policial . A poco de empezar el juicio salió públicamente afirmando que le habían prometido hacer la vista gorda con los asuntos judiciales que tenía pendiente a cambio de incriminar al dueño del local y a que colaborara en la investigación. Entre esos asuntos penales que ya acumulaba a pesar de no haber alcanzado la mayoría de edad, un homicidio , el primero. Cuando le tocó el turno de declarar ante el tribunal, calificó el caso de un montaje perpetrado para tapar otro escándalo del momento como era el GAL.
El proceso judicial por el caso Arny concluyó que sí hubo corrupción de menores en aquel local de copas, pero que muchos de los testimonios que se aportaron estaban cargados de mentiras que sufrieron famosos homosexuales salpicados por el escándalo y que al final quedaron exonerados. De los 48 acusados, fueron condenados 16 procesados: los responsables del establecimiento, trabajadores y seis clientes. De Sánchez Barriga el tribunal sentenció que no merecía «ninguna credibilidad» .
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