El robo de la corona de la Virgen del Rosario de Carrión se queda sin culpables, por ahora
El juzgado de Sanlúcar la Mayor archiva por segunda vez la investigación mientras que la hermandad recurre ese auto esgrimiendo como prueba la declaración del primo del sacristán
La investigación por el robo en la parroquia de Carrión de los Céspedes apunta al sacristán
![Así amanecieron las dependencias de la parroquia tras el robo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/10/08/robo-parroquia-carrion-RCJJR7qm7sXvvxbFDOHczhP-1200x840@abc.jpg)
En enero de 2020, alguien golpeó con fuerza el sentimiento mariano y la devoción de buena parte de los vecinos de Carrión de los Céspedes. El autor o autores de tal desagravio sustrajeron la corona de la Virgen del Rosario, varios enseres del ... ajuar y el centro que portaba el niño Jesús. Han pasado más de tres años de aquello, que provocó todo un terremoto sentimental en la localidad sevillana y la investigación judicial puede acabar en nada. El juzgado nº 2 de Sanlúcar la Mayor ha dictado el archivo de las actuaciones por falta de pruebas para continuar la investigación sobre el único sospechoso que ha habido en este asunto: el sacristán de la parroquia de San Martín.
Es la segunda vez que el juzgado ordena dar carpetazo al asunto. En la primera ocasión, la representación letrada de la hermandad de la Virgen del Rosario logró que la Audiencia Provincial revocara ese archivo y ordenara la práctica de una serie de diligencias como el interrogatorio del primo del sacristán que se encontraba con él en la iglesia horas antes de que se produjera el robo.
Tras tomarle declaración el pasado mes de septiembre, como recogen las actuaciones a las que ha tenido acceso este periódico, el juez del nº 2 de Sanlúcar la Mayor ha vuelto a dictar el sobreseimiento. En su auto asegura que la declaración de ese testigo «nada aporta en términos incriminatorios. El resto de manifestaciones, sobre las que se pretende imputar la sustracción al señor Diego R. (el sacristán), no son indicios bastantes de carácter objetivo que puedan sustentar un eventual auto de procedimiento abreviado«.
Esas manifestaciones a las que se refiere el juez sí son de relevancia para el letrado de la hermandad de la Virgen del Rosario, Fernando Rodríguez Galisteo, quien ha confirmado a ABC que van a volver a recurrir para que se continúe con la investigación.
La declaración del primo del sacristán
El pasado 21 de septiembre, el primo del sacristán prestó declaración en el juzgado y aunque negó conocer quién estaba detrás del robo, afirmó que un día su primo, al conocer que tenía que acudir al juzgado, le dijo que «si esto se abría y él tenía que venir a declarar iba a decir que cuando él le quitó la corona a la Virgen, entendiendo el declarante que se refería a robarla, el declarante estaba abajo para cogerla«. Para el letrado de la hermandad, esa afirmación es suficientemente grave, ya que apuntaría a una posible coacción, para cerrar el caso sin ningún tipo de repercusión judicial.
No es el único indicio que para la hermandad es sólido, el primo del sacristán que estuvo con él la tarde antes del robo vistiendo a la virgen, explicó antes el juez que para acceder a la talla mariana hay que abrir una especie de hornacina de cristal que está cerrada con llave. Una llave de la que sólo tienen copia el párroco, el sacristán y una tercera persona. Como constató la Guardia Civil en su inspección ocular, el ladrón le quitó la corona a la virgen sin forzar la puerta de cristal y sin provocar ningún tipo de destrozo. Sabía cómo desatornillar ese elemento que va unido a la cabeza de la talla con un tornillo.
Otro detalle que reveló el primo del sacristán es que el ladrón se entretuvo en doblar cuidadosamente el manto de la virgen para evitar pisarlo cuando se coló dentro del camerín, En la hermandad están convencidos de que el ladrón no era ningún delincuente común que va aprisa y corriendo en busca de objetos de valor. «Sabía cuál era el complejo proceso» para desatornillar la corona sin causar daño alguno. Y un detalle más, sólo estaba interesado en esa joya porque no se llevó los pendientes que lucía la imagen aquella noche y que son también de gran valor; algo que no casa con la motivación de un ladrón.
Lo cierto es que han pasado tres años de aquel robo que conmocionó a la localidad y no ha aparecido ninguno de los enseres que se sustrajeron aquella noche, a excepción de un libro de visitas que días después de denunciarse el robo, se encontró por sorpresa en dependencias de la parroquia. Todo un misterio que está por esclarecer
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