LOS PALACIOS Y VILLAFRANCA
El Rafa Nadal del motociclismo es aclamado en Los Palacios tras proclamarse campeón del mundo
El joven palaciego José Antonio Rueda recibe un caluroso homenaje en su pueblo por la consecución de sus dos recientes títulos mundiales
José Antonio Rueda, micrófono en mano, durante el cálido recibimiento que le dio su pueblo el pasado lunes
El joven piloto de motociclismo José Antonio Rueda ha firmado un año antológico. A sus dieciséis años, el palaciego, que compite en el equipo Team Estrella Galicia 00, se ha proclamado esta temporada campeón del Mundial de JuniorGP y de la Red Bull Rookies Cup 2022, doblete internacional que hasta este momento no había logrado ningún otro piloto, y, además, ha confirmado recientemente que en 2023 dará el salto al Campeonato del Mundo de Moto3 de la mano del equipo Red Bull KTM Ajo.
A modo de reconocimiento, Los Palacios y Villafranca, su pueblo, le preparó el pasado lunes un caluroso homenaje en el consistorio local, donde lo recibieron la corporación municipal, con el alcalde Juan Manuel Valle a la cabeza, y cientos de vecinos entusiasmados, antes de llevarse a cabo un acto institucional organizado por el Ayuntamiento en colaboración con el Moto Club Los Esponja.
Tras firmar en el libro de honor, y tal y como había ocurrido anteriormente con otros grandes campeones nacidos en Los Palacios y Villafranca como Jesús Navas, Fabián Ruiz, Gavi y María Valle, José Antonio Rueda, en un salón de plenos abarrotado de seguidores, se subía a la báscula para certificar su peso en kilos de tomates, cifra que posteriormente recibió por parte de la Asociación de Productores del Tomate de Los Palacios y Villafranca (aunque la balanza marcó 52 kg y 800 gramos, realmente recogió 65 kilos del preciado 'bombón colorao').
Los éxitos de relumbrón cosechados en 2022 no son más que el proceso lógico en la meteórica carrera deportiva de un José Antonio Rueda que desde muy pequeño ya fue considerado por muchos como un niño prodigio del motociclismo al que había que seguir muy de cerca. Con apenas diez años, se proclamó campeón de España de Moto4 en Cheste, el mítico circuito valenciano, superando con una facilidad casi insultante a corredores en su mayoría dos años mayor que él —era el corredor más joven de la parrilla— y pulverizando la mayoría de los récords nacionales existentes hasta la fecha en su categoría.
«Valentino (Rossi) no lleva ruedines»
Pero hay que retroceder aún más en el tiempo para alcanzar el momento germinal de su carrera. Sumaba solo tres años cuando se subió a una moto por primera vez. Su abuela materna le regaló una de batería, y cuando sus padres fueron a ponerle los ruedines, él se negó rotundamente: «Valentino (Rossi) no lleva ruedines», respondió con carácter. Ese mismo día cogió la moto y apoyando los pies dio una vuelta a una nave que tiene su familia cerca de casa, en la pedanía palaciega de Los Chapatales. A renglón seguido hizo otra ya con los dos pies en las estriberas, y en la tercera ya la puso a 25km/hora, dejando boquiabierta a toda la familia.
Pocos días después y sin despegarse de su nueva compañera ni un segundo, sus padres lo llevaron a un pequeño circuito ubicado en Las Cabezas de San Juan para que rodara su moto. Lo que en principio iba a ser una tarde felizmente apacible, pronto terminó en monumental enfado de 'Erre', como lo conoce todo el mundo.
Y es que al poco de estar en pista se incorporaron dos niños con motos de gasolina y más potentes que la suya, y al ver que le pasaban una y otra vez se bajó y dijo airado a sus padres: «Vámonos, yo no quiero esta moto, quiero una de gasolina».
Como sus padres no podían ni querían comprarle una de las características demandadas por el niño, debido a su elevado precio y al peligro que suponía para alguien de tan corta edad, apenas volvió a usar la de batería y decidieron apuntarlo a la escuela de fútbol municipal de Los Palacios y Villafranca, un deporte para el que también mostraba grandes cualidades.
Gen ganador reflejado desde la infancia
Allí volvió a experimentar el amargo sabor de la derrota. Se convirtió en el mejor del equipo, se hartaba de correr por todo el campo dejándose la piel en cada partido, pero cuando perdían, 'Erre' se hartaba de llorar, impotente por no poder hacer más por conseguir la victoria y ver cómo a sus compañeros no les importaba tanto el resultado. Un caso prácticamente idéntico al que vivió en su infancia el legendario tenista Rafa Nadal cuando jugaba a fútbol en el C.D. Manacor en categoría alevín, donde jugaba de delantero centro y era el máximo goleador de Baleares. Ambos colgaron las botas pese a que apuntaban grandes maneras para decantarse por un deporte individual.
Tanto con estos episodios balompédicos como con el del circuito cabecense quedaba más que patente el superlativo gen ganador del palaciego. Abandonó el fútbol y volvía a tener entre ceja y ceja ser campeón en un deporte individual, y ése era el motociclismo. Sus padres captaron este talento deportivo fuera de lo común y su extrema competitividad, y con seis años ahorraron para comprarle una Polini 4.2 y lo apuntaron a la escuela de motociclismo MKV Racing School de Alcalá del Río, donde aprendió muchísimo.
Desde ese momento no ha parado de crecer en la pista, arrasando en cada competición que ha participado, primero con minimoto en circuitos de karting, donde obtuvo el título andaluz, el nacional y el de cuna de campeones; luego en su primera temporada en circuitos de velocidad, donde impuso su ley desde la primera carrera, hasta los recientes triunfos del pasado 8 de septiembre en el circuito de Misano (Italia) y el de la semana pasada en el circuito de Cheste (Valencia) para certificar su histórico doblete.
Sin duda, habrá que seguir la pista de 'RR99' o 'Rayo Rápido', como él mismo se bautiza cada vez que sube a su moto, en honor a sus apellidos (Rueda Ruiz) y haciéndole un guiño a Rayo McQueen, el protagonista de la película Cars, y al dorsal de Jorge Lorenzo, su piloto favorito.
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