El paso de un pequeño tornado por Paradas causa daños importantes en el recinto ferial
El remolino de viento tuvo de 10 a 15 metros de ancho, según describen testigos presenciales de este fenómeno meteorológico
Un pequeño tornado ha provocado a primera hora de la tarde daños importantes en la localidad de Paradas, en Sevilla. El remolino de viento de 10 a 15 metros de ancho, según describen testigos presenciales de este fenómeno meteorológico, se llevaba por delante enormes estructuras de casetas del recinto ferial, lugar donde se han registrado más daños.
Los hechos han ocurrido a primera hora de la tarde. «Vimos una columna de viento y tierra bajar por esa calle hasta el recinto ferial», cuentan testigos presenciales. Se refieren a la calle Albéniz cerca del polígono industrial. Por los daños causados la trayectoria de esta columna de viento fuerte ha pasado primero por el polígono industrial, llevando por delante techos de naves y muros, ha bajado por la calle citada que acaba en el recinto ferial donde ha provocado destrozos importantes.
La estructura de varias casetas ha caído completa al suelo, incluída una de las de mayor tamaño, Zyanya, terraza club, conocida como la caseta de la Juventud. Los hierros del techo estaban retorcidos, la parte menos dañada era el pasillo de entrada. Otras dos estructuras de casetas cercanas estaban completamente destrozadas.
La columna de ciento o pequeño tornado ha sido selectivo porque se ha llevado por delante cualquier tipo de estructura que encontraba en su camino, señales de obras, de tráfico, muros y techumbres de varias naves del polígono industrial. Incluso la montera de una vivienda que ha lanzado en la azotea de otra vivienda cercana.
El propietario del Bar Los Galgos, José Manuel González, limpiaba a primera hora de la tarde los destrozos que este fenómeno meteorológico ha causado en la terraza de su establecimiento llevándose por delante macetas con flores y dañando la estructura. «No lo he visto pero ha sido algo inaudito, ha arrancado de cuajo la montera de la azotea de la casa de mis padres. Cuando ocurrió todavía no había cerrada el kiosco (uno que está en la calle Albéniz) y lo que estaban en él vieron venir un remolino de tierra de 10 a 15 metros de ancho que iba arrasando con todo a su paso».
Los trabajadores municipales delimitaban la zona dañada a poco de ocurrir el suceso mientras los primeros vecinos visitaban el recinto ferial atraídos por los mensajes de whastapp que no ha tardado en extenderse por varios pueblos de la comarca. En Marchena también han tenido que intervenir los bomberos en dos zonas de la localidad, calle San Sebastián y camino del Loro donde han caído árboles, señales de tráfico y placas solares.
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