El incendio mortal de Guillena se debió a la explosión de la batería de un móvil

En la mañana de este pasado lunes miembros del equipo especializado en la investigación de incendios de la Guardia Civil acudieron a la casa número 18 de la calle Fernando Martín de Guillena, donde sobre las ocho de la mañana del pasado domingo se desató un incendio que acabó con la vida del matrimonio formado por José Antonio y Antonia, y sus dos hijos, de 20 y 16 años, José Antonio y Adrián, por inhalación de humo.

La labor de los agentes se presumía fundamental para esclarecer la principal duda que sobrevolaba sobre tragedia que ha asolado este municipio sevillano, que ha vivido el segundo incendio más grave de Sevilla en el siglo XXI, tras los seis muertos de una misma familia de Écija en un incendio en 2008 o los dos abuelos y sus dos nietos que perdieron la vida en similares circunstancias en Arahal en 2014. Entonces el causante fue un ordenador en carga.

La Inspección Técnico Ocular (ITO) del equipo de incendios ha permitido concluir que la causa del incendio de Guillena estuvo en la explosión y combustión de la batería de un teléfono móvil que estaba cargando en la parte inferior de la vivienda. En concreto, este teléfono estaba depositado encima de un sofá.

Esta explosión llamó la atención de algunos vecinos de la calle, quienes ayer contaban a los medios de comunicación que inmediatamente después comenzaron a ver el humo salir de la vivienda de dos plantas. Cuando las llamas ya estaban en plena propagación el hijo mayor del matrimonio regresó a su casa tras salir con sus amigos. No dudó ni un momento en entrar a intentar auxiliar a sus padres y hermano. Los cuatros, ante el progreso del fuego y con el propósito de salir de la casa, intentaron alcanzar la terraza trasera de la vivienda, pero no pudieron porque no podían abrir la reja.

Los vecinos, que rápidamente se activaron para intentar sofocar las llamas y salvar a los cuatro miembros de la familia Rendón Hidalgo, accedieron a la casa afectada por las azoteas colindantes. Consiguieron romper la reja que accedía a dicha terraza trasera y sacar sus vecinos, pero tres miembros de la familia ya habían fallecido. Uno se mantenía con respiración pero, pese a las maniobras de reanimación, no lograron salvar su vida.

Este pasado lunes por la tarde la familia fue enterrada en el cementerio municipal, en un funeral y posterior traslado al camposanto de Guillena a los que asistieron miles de vecinos para dar el último adiós a José Antonio y Antonia y sus hijos José Antonio y Adrián.