Lucha contra el narco
El río Guadalquivir, abierto de par en par a los narcos tras la desarticulación del OCON
La incautación de siete toneladas de cocaína en Coria introducidas a través de narcolanchas por la desembocadura del río refleja la relevancia que ha cobrado esta ruta para los criminales
Las mafias del tráfico de cocaína se instalan en Andalucía como puerta de entrada a Europa
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Incautaciones de droga en el Guadalquivir en 2024
Sanlúcar de Barrameda
(14 de febrero)
1.500 kilos de hachís
Coria del Río
(27 de diciembre)
(4 de abril)
628 kilos de cocaína
7.000
kilos de cocaína
(17 de septiembre)
5.500 kilos de hachís
Lebrija
(20 de marzo)
3.388
kilos de hachís
(29 de octubre)
2.500 kilos de hachís
Coria del Río
Sanlúcar de Barrameda
Lebrija
Ch. García / ABC SEVILLA
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Incautaciones
de droga en el
Guadalquivir
en 2024
Coria del Río
(27 de diciembre)
7.000
kilos de cocaína
Coria del Río
Lebrija
(20 de marzo)
3.388
kilos de hachís
Lebrija
Sanlúcar de Barrameda
(14 de febrero)
1.500 kilos de hachís
(4 de abril)
628 kilos de cocaína
(17 de septiembre)
5.500 kilos de hachís
(29 de octubre)
2.500 kilos de hachís
Sanlúcar de Barrameda
Ch. García / ABC SEVILLA
El río Guadalquivir, antaño surcado por los barcos que iban y venían del Nuevo Mundo, y vía de entrada por ese motivo de todas las riquezas llegadas de más allá del océano, se ha convertido en la actualidad en uno de los canales predilectos por ... los narcotraficantes para introducir droga en el continente europeo.
Para muestra, un botón. Este lunes se conocía la operación llevada a cabo por la Guardia Civil mediante la cual incautó en la madrugada del pasado viernes 27 de diciembre siete toneladas de cocaína en Coria del Río, tratándose del mayor alijo de esta droga interceptado hasta la fecha en España introducido por medio de narcolanchas, las embarcaciones semirrígidas de alta velocidad características de estos actos criminales. Estas entraron por la desembocadura del río en Sanlúcar de Barrameda, puerta de entrada para la droga que cada vez está cobrando más relevancia, donde fueron detectadas por los agentes.
Tras un seguimiento exhaustivo a las mencionadas embarcaciones a través de medios aéreos, marítimos y terrestres, se descubrió como los narcos descargaban numerosos fardos, que posteriormente trasladaron a una finca en Coria vigilada por ellos mismos con armas largas. Durante el registro de la misma, se localizaron dos zulos subterráneos conformados por dos contenedores marítimos, donde los criminales almacenaban distintos alijos.
Durante el operativo se detuvo a tres personas, que ingresaron en prisión en la mañana del lunes. Además de los fardos de droga, en la finca se aprehendieron tres armas largas de fuego ―incluido u n fusil de asalto AK-47― y dos vehículos sustraídos. La investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones. Las armas de fuego cada vez son más habituales en temas de narcotráfico, en los que los agentes se ven expuestos a situaciones de auténtico peligro debido a la violencia empleada por los narcos, muchas veces sin medios suficientes para plantarles cara y defenderse.
Aunque no se trata de una ruta nueva, y ha tenido momentos de mayor y menos intensidad de la actividad criminal, el río Guadalquivir atraviesa actualmente una coyuntura de mayor efervescencia en cuanto al narcotráfico. Es una realidad que tuvo que reconocer el propio Gobierno de España hace ya meses, cuando en mayo dejó por escrito que «el incremento de la acción policial sobre la delincuencia organizada en los territorios del ámbito de aplicación del plan especial ha obligado a esta a adaptarse al nuevo entorno y a evolucionar en cuanto a sus procedimientos y rutas utilizadas para el transporte de las sustancias estupefacientes, entre las que se encuentra la reactivación de la ruta fluvial del Guadalquivir».
El narcotráfico crece sin el OCON
La situación coincide con la desarticulación hace dos años del Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico (OCON-Sur), una unidad operativa de élite creada en noviembre de 2018 desde el Ministerio del Interior del socialista Fernando Grande-Marlaska con el objetivo específico de luchar día y noche contra el narco en el Campo de Gibraltar. El organismo, que fue ampliándose hacia el resto de comarcas y provincias donde se le necesitaba, contaba con 150 de los mejores agentes de la Guardia Civil y estaba disponible las 24 horas de cada día durante los cuatro años que duró, hasta que en septiembre de 2022 fue «reestructurado» desde el mismo ministerio que la creó con los argumentos de su elevado coste y cuestiones operativas.
Aunque fue concebido con carácter temporal, el OCON se mantuvo durante varios años demostrando ser un eficaz aparato para combatir el narcotráfico que campaba a sus anchas en el estrecho de Gibraltar y cada vez más en otros puntos del litoral andaluz, especialmente en la entrada del río Guadalquivir, algo que comenzó a tambalear con su desaparición, como denunciaron distintas voces, entre ellas la de la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).
El río, en el ojo del narco
En este contexto, y al contrario de lo que había ocurrido en los primeros meses tras el desmantelamiento del OCON, dos años después se están produciendo incautaciones de gran calado, como la de esta semana, pero no es menos cierto que dichas requisas están coincidiendo con una bastante mayor actividad de los narcos, que últimamente parecieran tener vía libre para entrar y salir del río, una de las puertas por las que entra la droga a Occidente, lo que lo está colocando a unos niveles cada vez más similares a los del Estrecho.
A lo largo del año 2024, la Guardia Civil ha realizado distintas incautaciones a narcotraficantes que se adentraban con narcolanchas en el Guadalquivir, tanto con hachís procedente de Marruecos como de cocaína con origen latinoamericano. Así, en marzo se requisaron más de cuatro toneladas de hachís en Lebrija, mientras que Sanlúcar de Barrameda, donde se encuentra la desembocadura del viejo río Betis, fue el escenario de la incautación de 628 kilos de cocaína en abril, y también de 1,5 toneladas de hachís en febrero, otras 2,5 en septiembre y 5,5 toneladas el pasado mes de octubre, erigiéndose como otro de los puntos calientes de la droga en Andalucía y España.
Frente a otros puntos del litoral gaditano más cercanos al continente africano, pero también más controlados y con menos espacio para maniobrar con las narcolanchas, la amplia desembocadura del Guadalquivir y su amplio y largo cauce, con 90 km navegables hasta Sevilla, constituye una forma de lo más atractiva de que los narcos introduzcan la droga en España y, ya desde la capital hispalense y su área metropolitana, la hagan llegar hasta múltiples puntos del globo, perdiéndose su rastro.
Así, las organizaciones criminales aprovechan localidades que se encuentran junto al cauce del río, como Coria, La Puebla o Isla Mayor, para establecer las guarderías en las que almacenan los grandes cargamentos introducidos por el Guadalquivir. Esta es la razón por la que de vez en cuando aparecen narcolanchas en lugares a priori extraños como Coria del Río, como ya ocurrió el pasado mes de febrero, otra prueba de que, hoy por hoy, muchos de estos narcos son capaces de remontar las aguas prácticamente hasta Sevilla con impunidad.
Conflictos entre bandas
Al mismo tiempo que la presión de las fuerzas del orden sobre los narcos ha descendido ―algo prácticamente inevitable, puesto que el OCON realizaba batidas diarias a lo largo y ancho del litoral, tanto en la costa del Estrecho como en la Bahía de Cádiz y las inmediaciones de la desembocadura del Guadalquivir―, la violencia de estos criminales se ha ido recrudeciendo, tanto con los agentes como entre ellos mismos. Si bien los distintos clanes que operan en la zona tienen establecidas unas redes de apoyo y cooperación para sortear las patrullas y llevar a cabo sus fechorías, la competencia entre ellos se ha incrementado sensiblemente en el último año, sobre todo en lo que al robo de cargamentos y los secuestros se refiere.
Sirva como ejemplo de ello el tiroteo que el pasado 20 de junio protagonizaron dos bandas en el paraje de la Dehesilla del Rey de La Puebla del Río, limítrofe con Coria. Los responsables, enfrentados por el control del río, habían llegado a la finca en tres todoterrenos, uno de los cuales se empotró en la puerta del garaje, comenzando poco después los disparos. Se marcharon antes de que llegaran la Policía y la Guardia Civil, dejando allí uno de los coches y un fusil de guerra, y habiendo sembrado pavor entre los vecinos.
Sin embargo, y por desgracia, todas estas situaciones son cada vez más habituales por culpa de la sensación de confianza e inmunidad de los narcos, que han establecido en torno al Guadalquivir su patio de recreo y no tienen reparo alguno en dejarse ver a cualquier hora del día una vez han conseguido abrirse paso.
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