Fernando Rodríguez Villalobos: «No renegaré jamás de Susana Díaz o Alfonso Guerra»
A sus 71 años, dejará la presidencia de la Diputación de Sevilla tras las municipales del 28M y después de estar gobernándola durante dos décadas
![Fernando Rodríguez Villalobos sentado en el banco de un despacho de la Diputación de Sevilla](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/05/04/fernando-rodriguez-villalobos-Re8nLuGOceWLsjus82EeEnN-1200x840@abc.jpg)
Desde el año 2004 preside, de manera ininterrumpida y con mayoría absoluta, la Diputación de Sevilla. El socialista Fernando Rodríguez Villalobos pone punto final este año a esta etapa después de una extensa trayectoria política que le ha llevado a ocupar diferentes cargos orgánicos ... dentro del PSOE, formación por la que fue alcalde de su pueblo, La Roda de Andalucía, en los inicios de la democracia. Tras el 28M, Villalobos dejará la vara de mandos de la Diputación con 71 años de edad.
—¿No le llega con muchos años a sus espaldas su adiós a esta etapa?
—No lo creo. Lo que tengo ahora es más experiencia y el hecho de haber tenido tantas vivencias estos años con los alcaldes sevillanos me da ahora mismo más fortaleza y la sensación de que me equivoco menos. A mi edad, no me encuentro mayor como un anciano. Además, no me veo jugando una partidita de ajedrez en la mesa de un bar ni levantándome tarde de la cama cada mañana cuando me retire.
—¿Pero al final me puede decir si se va usted, lo echan de su partido o se ha llegado a un acuerdo?
—El que me señala en su día para ser presidente es el PSOE y tras 20 años yo mismo me replanteo que otros cuatro años más ya no lo veo. El partido está totalmente de acuerdo y llegamos a algo imprescindible, que es que mi retirada y que mi salida tiene que ser una salida digna, no por la puerta de atrás. La política es muy puñetera porque a veces tiene muchos sinsabores.
—¿Le ha perjudicado haber sido susanista, ahora que el sanchismo controla el PSOE?
—Yo tengo amistad personal con todos y he jugado en bandos diferentes, pero siempre me he llevado bien con todo el mundo. Las etiquetas muchas veces te la ponen. Yo, durante una época, era antiguerrista pero para mí Alfonso Guerra ha sido y es un referente y además me une amistad con él. Con Susana Díaz me une algo más que la amistad, casi familiar. Que me dijeran que yo era susanista nunca me sentó mal. Ahora tampoco. Nadie del PSOE me dice que por ser susanista tengo que dejar la Diputación. Jamás renegaré de Susana Díaz ni de Alfonso Guerra.
—Deja la Diputación, pero se presenta como número dos en Castilleja de la Cuesta...
—Es por un compromiso con este pueblo y con su alcaldesa, que me lo pidió que repitiera. Como comprenderá, a estas alturas y con mi edad no se trata de ningún objetivo político para dar el salto a otro sitio.
«No está pactado que Javier Fernández sea mi sucesor; eso lo decidirá el partido cuando llegue el momento»
—Durante estas dos décadas ha tenido un lunar con la justicia por el tema de la 'Pará de Gines'.
—Lo que sí le digo es que no ha sido agradable pasar por ese pasillo de los juzgados en su día para declarar, sobre todo cuando sabes que vas por un tema en el que no has metido la mano para beneficiarte. Fue por una denuncia de Podemos de Gines que pensaba que como nosotros dábamos las subvenciones habría algo en el asunto, pero al final, con los testimonios de los habilitados nacionales de la Diputación, que dieron una lección de limpieza, pienso que se quedará en nada.
—Cambiando de tercio, ¿difiere mucho la provincia que se encontró en 2004 a la actual?
—Básicamente en materia de infraestructuras y equipamientos básicos, la cultura o el deporte, que prácticamente no existían entonces o existían con un déficit considerable. Sólo hay que visitar cualquier pueblo y darse un paseo para ver la calidad que respiran allí los vecinos. Hemos dotado de infraestructuras y equipamientos a toda la provincia equilibradamente y con una cohesión territorial en la parte social en infraestructuras. Ahora estamos en lo digital para que no se provoque ninguna brecha en el territorio.
—Con tantas mayorías absolutas, ¿qué papel ha jugado la oposición estos años?
—La oposición ha aportado lo que ha considerado oportuno, porque yo no he limitado en ningún caso las respuestas o los tiempos. Aquí se le trata a todo el mundo por igual. Hemos tratado que en la aprobación de los presupuestos generales de la Diputación hubiera otros partidos políticos, a pesar de tener la mayoría garantizada.
«No me veo en un bar jugando una partida al ajedrez. No me encuentro mayor»
—Hablando de presupuestos, deja la Diputación con el presupuesto récord de su historia, muy similar a la de los grandes equipos de fútbol de España.
—Lo que nos caracteriza en este momentos es la solvencia. Hemos quitado la deuda que cogimos en 2017 de 200 millones de euros y la dejamos a cero. A partir de ahí, vamos generando superávit año tras año y sobre todo después de que el Gobierno de España, tras la ley Montoro de limitar un techo de gasto, suprimiera las excepciones fiscales. Ahora rozamos los mil millones de euros gracias a los remanentes de 300 millones que teníamos en los bancos y no podíamos gastar, que se unen a los 470 millones de los planes Actúa y Supera más otros 300 del plan Supera.
—Pero la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal de España (Airef) le ha llamado la atención por disparar el gasto en el último año del mandato.
—La Airef tiene toda la razón porque es verdad que hemos gastado más de lo que normalmente gastamos pero ha sido porque la ley nos lo permitía, porque teníamos dinero y porque hemos sido capaz de gestionarlo. Además, tenemos el doble del presupuesto y con la misma gente y eso se llama gestión.
—De volver a empezar, ¿le habría gustado cambiar algo?
—No se me ocurre nada. Si se me hubiese ocurrido lo hubiese hecho porque no tenía a nadie ni nada que me lo prohibieran. Quizás, lo único mejorar el sistema de recogida de residuos sólidos urbanos. Hemos avanzado con más rapidez en algunos asuntos, como lo del Consorcio de Bomberos o la gestión del agua, y en otros, como el de los residuos, hemos ido más lentos.
«El efecto Juanma Moreno no creo que llegue a las municipales; Antonio Muñoz ha calado en Sevilla y ganará las elecciones»
—¿Qué destacaría como principales hitos en su gestión?
—El avance que hemos tenido en materia turística, que ha sido fundamental para el desarrollo económico de nuestros pueblos, que vivíamos solo del sector primario del campo, unido a un turismo rural, de naturaleza, que ha crecido mucho, especialmente tras la pandemia.
—¿Ya ha hablado con su sucesor?
—No, porque no está aún nombrado y no sé quién es.
—¿Pero no va a ser Javier Fernández, el alcalde de La Rinconada?
—El PSOE es un partido serio y no un club de amigos. No está pactado que sea él y cuando llegue el momento del nuevo presidente, el partido lo decidirá con sus estructuras y sus estatutos. Si me quieres preguntar si Javier Fernández cumple con el perfil, te diré que sí porque es un buen gestor que ha transformado su pueblo. Siempre me he llevado bien con él, no sólo ahora, sino desde siempre.
—¿Revalidará el PSOE su mayoría absoluta en la Diputación un mandato más?
— El PSOE va a ganar las próximas elecciones y, por lo tanto, será el que gobierne esta casa. El número de diputados está en consonancia, como bien sabes, por los diferentes partidos judiciales y efectivamente hay partidos judiciales en los que se va a decidir por 200 o 300 votos. Un mapa totalmente diferente al que surgió en 2019 no va a pasar, aunque diga todo lo contrario el PP, que está vendiendo el triunfalismo de Juanma Moreno, que no creo que vaya a calar en los municipios, donde se vota más a la persona.
—¿Cómo ve los resultados en la capital, entre Antonio Muñoz y José Luis Sanz?
—Pienso que va a estar igualado y, aunque se hable de empate técnico, al final los extremos resultarán clave para ver quién gobierna Sevilla. Antonio Muñoz ha calado muy bien entre los sevillanos. Todos estaban pendientes de si daba la talla o no, pero para mí no porque lo conozco desde hace muchos años y es una persona muy preparada y con mucha experiencia en la gestión.
—¿No se va a aburrir cuando ya no tenga que atender la agenda institucional y esté más tiempo en su casa con su familia?
—Hasta ahora, siempre que he tenido tiempo he ido yo al mercado a hacer la compra con el carrito, siempre he sido muy generoso con la compra, no tanto para mí, que no tengo un buen saque, sino para mi gente. Eso siempre lo he hecho, pero esa no es mi meta. Mi meta es seguir prestando algún servicio público. Eso es lo que he hecho toda mi vida.
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