El Sargentillo: Una de las tascas más antiguas del Aljarafe
El Sargentillo, que ya va por la quinta generación familiar, se aproxima al siglo y medio de vida
Carmen, Rafael y Manuel Romero, tío y sobrinos, en el interior de la bodega
Difícil resultaría hablar de Sanlúcar la Mayor, sin referirnos a la taberna El Sargentillo , que este año cumple su 146 aniversario y es uno de los emblemas de la localidad aljarafeña para tomar mosto. Un negocio legendario que ha ido pasando cinco generaciones de padres a hijos, durante c asi un siglo y medio y que conserva en su interior la esencia de otra época. Paredes encaladas y suelo hidráulico desgastado por el paso del tiempo. Un lugar que ha sido testigo de numerosas historias.
Rafael Romero es el tío de Carmen y Manuel Romero, pertenecientes a la quinta generación de este local. A sus 64 años, lleva más de 50 trabajando en El Sargentillo, desde que lo abriese su bisabuelo en 1870 . Rafael es taurino. Prueba de ello es que en su local hay colgadas dos fotografías taurinas; una de él en la Maestranza de Sevilla, y otra de Pereda, el toreo, con una dedicatoria personalizada al tabernero.
Una vieja radio
En medio de la estantería reposa una vieja radio a 125 voltios que en su día pudo llegar a ser la envidia del pueblo. La reliquia reposa silenciosa, a diferencia que en otros tiempos, como reflejan algunas fotografías en blanco y negro , donde aparece Rafael siendo un niño, junto a su padre y sus tíos.
La peculiaridad de este sitio, es que esconde una gran bodega , además de distintas prensas para la elaboración de vino. «Recuerdo cuando mi padre y mi hermano traían la uva del Condado de Huelva, y aquí la pisábamos y hacíamos mosto que, tras tres meses en los barriles, se convertía en vino joven», cuenta Rafael. Casi un mes pisando uva entre septiembre y octubre, daba como resultado la bebida más demandada popularmente.
Pisando caldo
De recuerdos de su niñez puede hablar Carmen, de 38 años, que recuerda cuando pisaba la uva con su familia. «Ese mismo caldo recién obtenido, ya se estaba sirviendo a los clientes», cuenta. Ella ha estado desde que nació detrás de la barra, ayudando a su familia, pero no fue hasta hace 8 años, con la muerte de su padre, cuando empezó a trabajar allí, ayudando a su hermano. Según asegura, en los últimos años ha habido un gran cambio en la clientela del bar . «Cuando yo era pequeña, en el bar sólo había hombres que venían a tomar vino, porque estaba mal visto que las mujeres salieran a beber, y por suerte, poco a poco ha ido cambiando esa imagen», señala.
Carmen cuenta que el vino, que era el protagonista en cada historia de barra, ya no es tan demandado como antes por su clientela. «La juventud venidera ya no es de vino, sino de cerveza, y se echa de menos el olor a vino », lamenta.
Hoy en día, el vino ya llega exprimido y la prensa hace tiempo que dejó de utilizarse , al caer la demanda. En El Sargentillo lo que sí se encuentran ahora son los botellines de cerveza bien fríos, acompañados por tapas frías, como los mejillones «Titanic», y de temporada como los caracoles, además de los míticos montaditos.
Muchos son los que allí llegan en busca de chacinas de Extremadura , que se venden al peso y se colocan sobre una antigua balanza que funciona con gran precisión, pese a tener más de medio siglo.
Un lugar de referencia
El Sargentillo sigue haciendo las delicias de autóctonos y foráneos. Tanto es así que el bar obtuvo el premio en el año 2011 , en reconocimiento desde el consistorio sanluqueño, a su trayectoria. Personalidades del mundo del toreo, el fútbol, la televisión y la radio han pasado por allí. El local también ha sido escenario del programa de Canal Sur «Éste es mi pueblo» y ahora se prepara para el rodaje de una película ambientada en la posguerra española, a cargo del director Joaquín Ortega.
Los recuerdos de este bar emblemático de Sanlúcar han quedado grabados en las mentes de cinco generaciones de clientes que han pasado por este lugar, han degustado el mosto de la zona y han disfrutado observando cómo el tiempo se detiene al atravesar su puerta.
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