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Aniversario

La Vera Cruz de Sevilla cumple 575 años de historia

El 9 de mayo de 1448 se fundó la corporación en el convento Casa Grande de San Francisco y sus primeras reglas fueron aprobadas en 1501

Cristo de la Vera Cruz Rocío Ruz
Manuel Luna

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La hermandad de la Vera Cruz de Sevilla cumple este 9 de mayo 575 años de vida. La corporación se fundó en 1448 en un lugar que ya no existe como es el convento Casa Grande de San Francisco, donde hoy está la plaza Nueva. Más de medio milenio de vida en el que la cofradía ha vivido todo tipo de avatares desde epidemias hasta invasiones o exclaustraciones.

Cuando todavía no se habían unido Castilla y Aragón a través de los Reyes Católicos, ya había cultos a la «Verdadera Cruz de Nuestro Señor Jesucristo» en el desaparecido cenobio donde en la actualidad está la plaza Nueva. La cofradía vivió una época de esplendor en sus primeras centurias por el patrimonio que tenía y su unión con los franciscanos.

La primera salida procesional la efectúa veinte años después de su fundación, provocando que en numerosos lugares del reino de Sevilla empezaran a organizarse otras cofradías del mismo nombre. En localidades como Alcalá del Río, Aracena, La Algaba o Lebrija, la devoción a la cruz de Cristo llegó desde la capital hispalense. Además, la corporación tuvo numerosas bulas y privilegios venidos desde Roma en una época en la que se sucedían las guerras a lo largo y ancho de Europa.

En una Semana Santa completamente diferente a la que se conoce en la actualidad, la Vera Cruz citaba a sus hermanos en el XVI a las cinco de la tarde del Jueves Santo, «confesados y comulgados». Los disciplinantes vestían una «camisa larga de anjeo ceñida a la cintura con el cordón franciscano y no faltaban los capirotes romos».

Virgen de las Tristezas de la Vera Cruz Rocío Ruz

Los que portaban cera iban con «túnicas negras y las hachas». Todos debían llevar los escudos de guadamecí (una piel curtida de carnero adornada con relieve, dibujos pintados o dorados; era una piel utilizada antiguamente sobre todo para colgaduras) con la insignia de la Santa Vera Cruz y hacer la estación descalzos o con alpargartas los que no pudieran. Tras los distintos rezos de preparación, salían a las diez de la noche y hacían estación en el sagrario del convento de San Francisco, en la Catedral y en los templos del Salvador, la Magdalena y San Pablo, recogiéndose alrededor de la una de la madrugada.

Hay que señalar que varios lugares mencionados desaparecieron por los cambios urbanísticos de la ciudad como son el convento de San Francisco para hacer la plaza Nueva o la antigua parroquia de la Magdalena, la cual se derribó para hacer la plaza del mismo nombre. Además, el cenobio de San Pablo alojó la parroquia derruida de la santa.

Resurgimiento

La hermandad sufrió la invasión francesa, perdiendo su capilla y sus posesiones. Asimismo, sus titulares acabaron en la iglesia de San Alberto casi un siglo hasta que en los año 40, un grupo de jóvenes logró revitalizarla, recuperar al crucificado más antiguo de la Semana Santa de Sevilla y poseer a una dolorosa de Antonio Illanes que es una de las más destacadas del siglo XX. Con mucho esfuerzo, fueron recuperando el carácter que se perdió en la memoria de la ciudad.

En lo que va de esta centuria, se ha podido observar a lo largo de los años cómo ha regresado ese esplendor a través de la recuperación de las pinturas murales en la capilla de la Vera Cruz, en la restauración de los Baños de la Reina Mora o en la forma de realizar los cultos de una corporación fundamental para conocer la religiosidad popular anclada en la urbe desde hace más de medio milenio.

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