MÚSICA
Tres Caídas y cuarenta años: La historia de cuatro décadas en Triana
La Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas de Triana cumple cuatro décadas. La formación ha contribuido al crecimiento de la devoción del Señor. Su fusión con la cuadrilla de costaleros del paso de misterio le ha valido este año para recibir el premio “Demófilo” de la Fundación Machado
Muy posiblemente, aquellos que decidieron, hace cuarenta años, fundar una banda en Triana no sospechaban en lo que se iba a convertir cuatro décadas después.
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Los años 70 del pasado siglo había removido los cimientos de las cofradías sevillanas. Los grupos jóvenes nacían como cantera para unas hermandades que habían pasado el desierto de la posguerra y se estaban revitalizando gracias a aquella “juventud cofrade”.
Lo que no sabían aquellos fundadores es que ligar Triana a la música procesional iba a dar tan buen resultado, hasta el punto de haber convertido a la Banda de Cornetas y Tambores de las Tres Caídas en uno de los colectivos más fuertes de la ciudad y, sin dudas, el más emulado en su ámbito fuera de nuestras fronteras.
La banda nació en 1980 con una clara vocación de imitar los sonidos de la Agrupación Musical Santa María Magdalena de Arahal, cuyo estilo había revolucionado la música cofrade en Sevilla. Sin embargo, pronto optó por el estilo de la Policía Armada con el sonido rotundo de las cornetas y tambores. Desde aquel tiempo al momento actual, mucho se ha transformado la banda, enriqueciendo de instrumentos la formación y planteando un colorido musical a sus marchas.
La dimensión del colectivo se vio multiplicado cuando el dramaturgo Salvador Távora la incorpora durante una década a la gira de su espectáculo “Carmen”. El sonido de Tres Caídas se oye en los cinco continentes. El día que cayeron las Torres Gemelas estaban en Nueva York levantando de los asientos, los días siguientes a la tragedia, a un país que sabía que a partir de esa fecha nada volvería a ser igual.
De puertas hacia dentro, hoy la Banda de Cornetas y Tambores comandada por Julio Vera es capaz de movilizar a 400 personas distribuidas en la propia formación y en la estela musical que ha sabido crear a lo largo del tiempo: la Banda de Cornetas y Tambores de San Juan Evangelista y la Banda Juvenil del Santísimo Cristo de las Tres Caídas. A ese colectivo habría que incorporar la cuadrilla de costaleros del misterio pues la fusión del paso con la banda ha logrado cuajar una simbiosis inigualable. Este año, recibirán el premio “Demófilo” de la Fundación Machado por la belleza armónica y estética que logra esa conjunción entre la música y la manera de andar del Cristo de las Tres Caídas.
De cara a la galería se cuentan por miles los seguidores de una música que ha fidelizado a un público y que ha creado una escuela. Quizás porque la Banda de las Tres Caídas, no solo, hace música. También emociona, enseña, hace patria allá donde va y ha sido clave para el extraordinario crecimiento que ha experimentado la hermandad y la devoción al Cristo de las Tres Caídas en los últimos tiempos.
Marchas que marcaron una época
Son numerosas las marchas interpretadas por esta banda de cornetas y tambores que se han popularizado hasta llegar a interpretarse en todos los rincones de España. A juicio de Julio Vera, si tuviéramos que quedarnos con una decena de esas composiciones que marcaron una época, estas serías las siguientes:
“Silencio blanco”, de José Julio Vera. Dedicada a la Hermandad de la Amargura.
“Manué”, de Ángel Manuel Cebrero Miranda y Francisco Javier Rodríguez Domínguez. Dedicada a la Hermandad de Los Gitanos.
“Bulería en san Román”, de José Pavón Moreno. Dedicada a la Hermandad de Los Gitanos.
“Al cielo el rey de Triana”, de José Manuel Reina Romero y Rafael Vázquez Mateo. Dedicada a la Hermandad de la Esperanza de Triana.
“La Pasión”, de Manuel Alejandro González Cruz. Dedicada al IV Centenario de la Hermandad de las Tres Caídas.
“La Fe”, de Francisco José Ortiz Morón. Dedicada a un miembro de la familia del autor.
“María Santísima del Rocío”, de José Ramón Pérez Soto. Dedicada a la Hermandad del Beso de Judas.
“Triana”, de Ángel Manuel Cebrero Miranda. Dedicada a la hija de Julio Vera.
“Caridad”, de Manuel Alejandro González Cruz. Dedicada a Cáritas Diocesana.
“Toques de Triana”, de Rafael Soto Reyes. Dedicada a las Tres Caídas de Triana.
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