José Moreno Vega, Hermano Mayor de los Gitanos: “La hermandad sufre mucho en la madrugada”
– El día 8 La Virgen de las Angustias vuelve a San Román aunque sea por unas horas
– Va a ser algo importantísimo. San Román para varias generaciones ha sido un lugar donde hemos dejado muchas cosas. Yo me casé, bauticé a mis hijos. La Virgen salió del templo una madrugada en 1993 y ya no volvimos. Nos fuimos de san Román sin saber nada.
– Para usted cual es el mejor recuerdo de San Román y el más triste.
– El más triste fue abandonar la Parroquia. Fueron 117 años de nuestra historia lo que pasamos allí. Los mejores han sido sin duda las entradas y la salida de la cofradía en aquella plaza que era un sitio de embrujo.
– San Román fue la primera casa de la Virgen y la última de las anteriores imágenes. Hay quien sigue pensando que no se quemaron en 1936.
– Bueno, eso se dice del Cristo. ¡Yo he escuchado ya tantas versiones! Los libros de la época lo daban por desaparecido y no por quemado. Pero digo yo que a estas alturas ya habría aparecido la Imagen ¿no? De todas maneras el actual pertenece a nuestra generación. Hoy el Señor de la Salud tiene tanta o más devoción que el antiguo.
– Quieren embarcarse en una casa de hermandad. ¿La hipoteca es también un problema para una cofradía?
– Como para todo el mundo. Estamos viendo como planteamos la financiación pero no es tan fácil como hace 5 ó 6 años. Pero hay mucho avanzado.
– Qué va a suponer esa nueva casa
– La proyección para un futuro porque tendremos instalaciones para poder desarrollar toda nuestra labor de catequesis y de asistencia además de exponer nuestro patrimonio.
– ¿Y qué harán con la actual?
– Los hermanos decidirán. En la actualidad nos está sirviendo para poder abrir el dialogo de financiación. No tenemos otra cosa de patrimonio
– ¿Los hermanos tendrán que pagar más cuota por la construcción?
– No está en nuestra mente. Una cuota extraordinaria está absolutamente descartada. Estamos planteando una inversión que sea asequible y que no disminuya ni un euro la aportación a la bolsa de caridad.
– Hablando de casas, ¿Qué tal con la Casa de Alba?
– En tiempos difíciles la Casa de Alba nos abrió sus puertas. Mientras exista la hermandad de los Gitanos tendremos que estar agradecidos.
– En las reglas que se preparan, ¿está previsto que que el hermano mayor siga siendo de raza gitana?
– Ese es un tema que no está claro. No quisiéramos quitarlo. En todo caso en el seno de la hermandad no genera debate. La comisión de reglas está trabajando en cosas más importantes.
– ¿Hábleme de la Madrugada?
– La hermandad sufre mucho. El parón de este año de 25 minutos es muy gordo, porque además coincide con la hora en la que cambia la temperatura. Nuestro palio entró este año en la calle Orfila porque yo me empeñé en dejarle paso a la Macarena que viene por Cuna. Nos estrujamos. Hicimos una anormalidad por la que me criticaron, y con razón, mis hermanos.
– ¿Y esto cómo se soluciona?
– Con esfuerzo de todos. Para que la normalidad llegara a la madrugada yo estaría dispuesto a sentarme con los hermanos mayores. Nosotros en su día aceptamos que El Silencio pasara por delante nuestra. Pero quiero dejar claro que La Alameda no es la normalidad para Los Gitanos.
– Nuevos estatutos del Consejo
– Me gusta la comisión que los ha redactado. De esa comisión no puede salir nada malo para las hermandades.
– Qué le parecieron los “indignados”
– Cuando hay que pedir algo al Consejo tenemos un sitio donde hacerlo: el pleno de penitencia.
– ¿Están más relajadas las cosas en su hermandad?
– No al 100% pero creo que sí están más calmadas.
– ¿Va a continuar 4 años más?
– Hay que percibir que los demás valoran tu gestión. Si no veo buen ambiente, para qué me voy a presentar otra vez
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