gota a gota
Primer golpe. Gaudeamus igitur
En un siglo Los Estudiantes han aportado al mismo tiempo frescura y rigor, gente muy formada e innovaciones
«Alegrémonos pues, mientras seamos jóvenes» Así reza el primer verso del himno universitario que hoy suena en este recuadro en honor al centenario que este domingo celebra la hermandad de Los Estudiantes. Hoy lo importante, la conmemoración, debe estar por encima del urgente, que es el proceso electoral coincidente con el jubileo. El 17 de noviembre de 1924 era lunes. En el mismo lugar donde hoy se encuentran las imágenes, en la Anunciación, un grupo de profesores y alumnos firmaron hace un siglo justo el acta fundacional de una cofradía que con el paso del tiempo se ha convertido en clave para entender la Semana Santa contemporánea. Los Estudiantes han aportado al mismo tiempo frescura y rigor, gente muy formada e innovaciones. Hasta hoy llega el recuerdo de dos figuras que podemos considerar como claves: Ricardo Mena y Juan Moya Sanabria que trasladaron al conjunto de las cofradías todo lo que se cocinaba en el seno de la hermandad. Hubo más gente, sin duda, pero de ellos dos todavía queda mucho.
El siglo que ha pasado nos lega una hermandad con dos grandes tesoros. El Cristo de la Buena Muerte, aquel crucificado que estaba en un pasillo, obra cumbre de la imaginería y el paso de la Virgen de la Angustia cuya excelencia es asombro de quienes lo admiran. Y sobre todo lega una sensación, la de sentirnos cada año más jóvenes cuando cada Martes Santo pasan Los Estudiantes. Gaudeamus igitur.
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