Música procesional

El exquisito repertorio de la banda de Tejera tras el Cristo de Burgos

La emblemática formación musical sevillana interpretó una selección de marchas dedicadas mayoritariamente a imágenes de Cristo en la salida extraordinaria del crucificado

El Cristo de Burgos tocó el sol invicto de junio

David Hurtado: «'¡Miradlo en la cruz!' ha sido para mí una catarsis, he volcado todo lo que llevaba dentro»

El Cristo de Burgos en su procesión extraordinaria de regreso a San Pedro Manuel Gómez

La procesión extraordinaria del Cristo de Burgos el pasado sábado 1 de junio fue histórica en varios sentidos. Tres horas y media de recorrido entre la Catedral y la parroquia de San Pedro después de la misa estacional fueron suficientes para dejar a los devotos y cofrades en general absortos y obnubilados ante la hermosa conjunción de la talla de Juan Bautista Vázquez 'el Viejo' en su paso de estilo neorrenacentista y el soberbio acompañamiento musical de la Banda de Música del Maestro Tejera.

450 años no se cumplen todos los días. La hermandad era consciente de ello, lo que motivó que dotara a su titular de música procesional, que había llevado de manera regular hasta 1948, pero que desde entonces había sido suprimida. De la misma forma, tanto la corporación como la banda mostraron una suma delicadeza y mimo a la hora de confeccionar un repertorio personalísimo y marcado por la calidad y la atemporalidad.

No se quedó en lo 'fácil' de las clásicas marchas fúnebres que suenan habitualmente tras los pasos de palio. como 'Amarguras', 'Virgen del Valle' o 'Soleá, dame la mano', que ni siquiera sonaron; en lugar de eso, se optó por una cruceta compuesta mayoritariamente por composiciones dedicadas a imágenes de Cristo, que casaban a la perfección con el crucificado de San Pedro y que demostraron que las bandas de música también están hechas para este tipo de pasos, no sólo para las imágenes marianas.

La escogida cruceta de la procesión

Así, sonaron marchas como 'Cristo de Vera Cruz', de Borrego; 'Nuestro Padre Jesús', de Cebrián; e incluso las notas eucarísticas de 'El Corpus' y 'Triunfal', más alegres pero muy en consonancia con las fechas de la procesión en plena semana del Corpus Christi. Otras obras menos conocidas que pudieron escucharse fueron 'Cristo de la Sangre', también de Cebrián; 'Jesús de la Pasión', de Pedro Braña; 'Expiración', de Font Fernández; o una más reciente, 'La Vía Sacra', compuesta por Rafael Wals en 2013.

Sin embargo, a pesar del excelente e histórico repertorio interpretado durante toda la procesión, lo más destacado musicalmente fue el estreno tras el Cristo de Burgos de '¡Miradlo en la cruz!', presentada por Tejera en concierto la pasada Cuaresma. La lluvia impidió que pudiera sonar el Miércoles Santo, pero en la salida extraordinaria hubo oportunidad de disfrutarla en todo su esplendor.

Su autor, David Hurtado, que volcó «todo lo que llevaba dentro» al componerla, como explicó a ABC, fue invitado a llamar al paso instantes antes de su recogida. La marcha, que sonó un total de tres veces, causó un gran impacto entre el público, y no es para menos. El dramatismo de la obra tras la magnífica talla bajo los intensos rayos de sol generaba un contraste tan sublime como conmovedor.

Por su parte, un autor tan completo como Pedro Gámez Laserna estuvo bien presente en la procesión con marchas como 'Saeta cordobesa' y 'El Cachorro', cuya emblemática saetilla acompañó al crucificado por su plaza; y también lo estuvo Manuel López Farfán con 'Nuestra Señora de la Palma', dedicada a la dolorosa de la hermandad. No obstante, fue 'Procesión de Semana Santa en Sevilla' (Marquina) lo último que sonó para el Santísimo Cristo de Burgos antes de que los dramáticos compases finales de '¡Miradlo en la cruz!' volvieran a desgarrar el alma de los valientes cofrades que permanecían en torno a la puerta de San Pedro al filo de las tres y media de la tarde.

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