El saludo de la Macarena y la Esperanza de Triana: cara a cara en la Catedral de Sevilla casi 30 años después

La Magna con la que culmina este domingo el II Congreso de Hermandades y Piedad Popular de Sevilla ha propiciado una imagen histórica en el interior de la Catedral. Las dos Esperanzas de la Madrugada, Triana y Macarena, juntas, frente a frente, tras sus respectivos traslados de sus sedes para participar ya por la tarde en la procesión junto al Cristo del Cachorro, el Gran Poder, la Virgen de los Reyes, la Virgen de Setefilla, la Virgen de Consolación y Nuestra Señora de Valme.

Las dolorosas vuelven a coincidir en la Seo hispalense casi treinta años después, pero no un Viernes Santo, sino un día de la Inmaculada atípico en el que Sevilla entera está volcada. Aquella noche de 1995 la lluvia obligó a ambas titulares a refugiarse en la Catedral durante su estación de penitencia. Este 8 de diciembre, todo ha sido diferente. La Esperanza de Triana llegaba hasta la iglesia catedral a primera hora de la noche del sábado 7 de diciembre, después de seis horas de recorrido desde la Capilla de los Marineros y un paso de ida por el puente a plena luz del día.

Diez horas más tarde, la Macarena, que sí inició su traslado en un horario similar al de cada Madrugada, entró en el templo catedralicio en torno a las 7 de la mañana. La dolorosa de San Gil está de estreno.

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La Virgen de la Esperanza se trasladó a la Catedral en una procesión multitudinaria que evocó a una madrugada del Viernes Santo y en la que se replicó, tres décadas después, el encuentro con la de Triana

Además de lucir su flamante rosa de oro, este sábado ha probado por primera vez el cambio de recorrido que iba a aplicarse desde la pasada Madrugada del Viernes Santo, por lo que ha llegado a la Alameda de Hércules por Relator, omitiendo el paso por Correduría y La Europa.

Ambas corporaciones han compartido en sus perfiles de redes sociales las imágenes de esta coincidencia histórica que demuestra el hermanamiento de las dos devociones, fotografías de la que también se ha hecho eco el Arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses