Las dualidades en la Semana Santa de la provincia de Sevilla

La Soledad de Alcalá del Río el Viernes Santo Hermandad

Muchos municipios de la provincia, especialmente en la comarca del Aljarafe, se ven divididos por dos grandes devociones contrapuestas

Sevilla es dual por naturaleza en todos los ámbitos, pero muy especialmente en el cofrade. También ocurre en la provincia, especialmente en la comarca del Aljarafe y otros municipios en los que la Semana Santa se entiende siempre en torno a dos grandes devociones contrapuestas, ... aunque no necesariamente enfrentadas. Devociones de hermandades muy asentadas en sus enclaves, que están plagados de azulejos de las mismas y que cuentan con un núcleo duro más fiel que amplio.

A lo largo de los días grandes que hoy comienzan, en muchos pueblos de la provincia de Sevilla se vivirá un año más, pues esto suele ser una tradición con siglos a sus espaldas, el fervor auténtico y desmedido repartido a partes iguales entre dos cofradías. A menudo Vera Cruz y Soledad, como ocurre en Alcalá del Río, Gerena, Huévar, Albaida del Aljarafe, Olivares o Benacazón, aunque no siempre son estas las advocaciones que mueven a los fieles de la localidad y los reparten en dos grandes familias. Algunas de estas localidades no están demasiado pobladas, por lo que tiene especial mérito el grado de implicación del reducido número de hermanos en algunos casos.

Las jornadas clave en muchas de las localidades en las que la fe se vive con estas características son las más tradicionales, el Jueves y el Viernes Santo, aunque de nuevo hay casos que escapan de esta norma por un motivo u otro. Asimismo, es mayoritario el hecho de que sean las imágenes marianas el objeto de los piques, las comparaciones y de las pasiones más profundas de los cofrades de estos pueblos. Unas pasiones que se han visto alimentadas o motivadas en algunos casos por el hecho de no quedarse atrás y que han servido para mantener viva la llama de las hermandades incluso en los momentos de mayores dificultades o apreturas, cuando el dinero escaseaba y todo era mucho más complicado.

Las dicotomías aljarafeñas

Así, si vamos recorriendo el Aljarafe, encontramos muchos ejemplos de esta dualidad tan sevillana y que hace crecer a las cofradías en base a una cierta rivalidad (más o menos sana en función del municipio). En Salteras, por ejemplo, las cofradías de Nuestro Padre Jesús Nazareno y el Cristo de la Vera Cruz, que realizan su estación de penitencia el Martes y el Miércoles Santo, respectivamente, son conocidas como las de los Blancos y los Negros, elementos puramente antagónicos. Por su parte, en Benacazón, Vera Cruz y Soledad tienen sus capillas una al lado de la otra e históricamente han tenido disputas acerca del origen del terreno del que proceden ambas.

El paso de palio de la Soledad de Castilleja de la Cuesta Hermandad

Olivares y Albaida, dos localidades vecinas, también presentan similar dicotomía entre cruceros y soleanos, una rivalidad que los albaidejos viven tanto en Semana Santa como en las fiestas de gloria de cada hermandad, al igual que ocurre en Huévar del Aljarafe. En este rincón la dualidad se da eminentemente entre las imágenes marianas, la Virgen de la Soledad, coronada canónicamente el pasado mes de diciembre, y la de la Sangre, cuyos hermanos harán lo propio el próximo junio. En Castilleja de la Cuesta, la rivalidad es tal que el uso de los colores, celeste y rojo, está muy restringido a los cofrades de la calle Real y la Plaza, respectivamente, a los que identifica. Además, ambas hermandades salen a la calle tanto el Viernes Santo (una de madrugada, la otra por la tarde), como el Domingo de Resurrección, cuando la Inmaculada y la Soledad recorren las calles del municipio sin cruzarse en ningún momento.

Alcalá del Río, un caso paradigmático

Uno de los mayores exponentes de esta división entre dos grandes pasiones cofradieras sale de las fronteras del Aljarafe. Hablamos de Alcalá del Río, localidad de 12.000 habitantes que, sin embargo, pareciera que tiene muchos más viendo como gran parte de los mismos se vuelca por completo con las dos grandes hermandades del pueblo. Ambas corporaciones, que residen las dos en la ermita de San Gregorio de Osset, cuentan con varios inmuebles en el municipio, y presentan unos cortejos larguísimos de hermanos tanto en su estación de penitencia como en todas las procesiones y traslados que hacen desde la parroquia hasta la capilla y viceversa. Además de ello, los pasos del Cristo de la Vera Cruz y la Virgen de las Angustias, que salen el Jueves Santo, y los del Cristo en su Misericordia y la Virgen de los Dolores en su Soledad, que salen el Viernes, son unas completas obras de arte sacro.

La Virgen de las Angustias de Alcalá del Río Hermandad

Igual que sucede con otras localidades con sus corporaciones de gloria (Carrión y Cantillana son los casos paradigmáticos), la Semana Santa de la provincia nos ofrece en multitud de pueblos de la provincia una dualidad que aporta riqueza, perdurabilidad en el tiempo y crecimiento a todos ellos. Como dijo Antonio Burgos, esto es «como los plátanos de Canarias: dos mejor que uno. Dos Sevilla, mejor que una. Dos Sevillas distintas y una sola Sevilla verdadera». Una dualidad sevillana que ni mucho menos queda reducida a la capital hispalense y que vive su muestra más clara en las interesantísimas cofradías de la provincia.

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