Celebraciones
Desmontando un altar de cultos de Sevilla
Tres destacados priostes explican todo el proceso creativo que envuelve la liturgia en honor a los sagrados titulares, su levantamiento y complejidad arquitectónica y todos los entresijos que permiten contar con cientos de ordenados puntos de luz, dando una nueva dimensión a la palabra hermandad
El programa de la Semana Santa de Sevilla de 2024
![Altar de quinario del Cristo del Buen Fin](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/buen-fin-rechi-RLZzD397n2sf7yN9yUhmJLJ-1200x840@diario_abc.jpg)
No son exclusivos de la Cuaresma, pero sí parte indisoluble de la introspección que atraviesa el sevillano cuando apenas son un par de hojas en el calendario las que le separan de la primera cruz de guía. Los espectaculares altares de culto de la ciudad, ... donde confluyen varios centenares de puntos de luz, estructuras de varios metros de altura y elementos de simbología variada no sólo son un inmejorable amplificador de la esfera piadosa del acto, sino que además dan buena cuenta del nivel artístico con el que trabajan las priostías sevillanas.
El origen habría que buscarlo varios siglos atrás, si bien lo que nos ha legado está principalmente supeditado al Concilio Vaticano II, pues hasta la celebración de esta 'cumbre' eclesiástica los altares debían coronar el Santísimo y la presencia de las imágenes devocionales era meramente testimonial.
Así lo recuerda Jesús Corral Zambruno, prioste de una de las corporaciones que más está sobresaliendo en los últimos años a la hora de revestir de arte la liturgia: El Buen Fin. «Realmente la hermandad siempre montó este tipo de altares pero no eran tan conocidos como ahora. Desde mi llegada a la priostía he tratado de recuperar aquellas imágenes en blanco y negro, aquellos altares clásicos», explica el también director artístico de la cofradía. Lo hizo por ejemplo en 2018, cuando para el quinario en honor al crucificado no sólo situó a la Virgen de la Palma y a San Juan Evangelista a los pies del Señor, sino que además colocó a las tres Marías, «como en una antigua litografía».
O en el más reciente, el de 2023, cuando enmarcó al Cristo del Buen Fin con la reproducción de una pintura de una iglesia desacralizada de Colonia (Alemania). «Fue un guiño a la ilusión que plantea el barroco, en este caso con el gusto por unos paisajes de fondo que generalmente tenían poco que ver con la Pasión pero sí con los alrededores del lugar de culto», detalla.
![Triduo a la Virgen de la Palma del Buen Fin](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/palma-de-rechi-U07381212848qEJ-760x800@diario_abc.jpg)
La evolución de los altares sevillanos desde el concilio ha dado paso a jugar con las disposiciones, con el color de las velas o con el de las flores, a establecer según cada caso rotaciones cíclicas en el atavío de las imágenes, a incorporar elementos que evoquen efemérides o estampas pasadas… Lo refiere otra 'autoridad' en el asunto, Domingo Pozo, prioste hasta 2021 de las Penas de San Vicente, a la que aún sigue vinculado pero en calidad de fiscal -su antigua labor la desempeña precisamente su hermano Francisco. «Se suele utilizar la cera blanca del tiempo ordinario, pero algunos años la colocamos morada en alusión a los cirios de los nazarenos del Cristo y a los codales del paso», aclara consciente de que esta opción oscurece mucho el altar: «Una llama que se refleja en un cirio blanco a su alrededor multiplica la iluminación».
No todos los años se ha situado el Cristo a la misma altura, como tampoco es fija la posición de la Virgen o de San Juan. Esto hace que las velas no se coloquen siempre igual, más allá de la disposición en forma de piña. Es más, la lateralidad con la que cae el Cristo, no sólo rompe la simetría del altar sino que además rige el replanteo de la cera. No se puede tapar ni la mano que abraza la cruz ni el pie que sobresale de la túnica.
![Quinario del Señor de las Penas de San Vicente](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/penas-de-rechi-U65207784782KMc-760x427@diario_abc.jpg)
Tienen experiencia e inspiraciones pasadas para ello. «Los primeros altares con esta espectacularidad los montó Vicente del Río, que también era prioste del Buen Fin y del Valle, en el Quinario de 1924. Con el tiempo se redujo el número de velas, retomado en los 90 «salvo en el período en que estuvimos en San Isidoro, pues no era aconsejable poner tantos puntos de luz -por el humo- de cara a la pintura de Pedro de Campaña del altar principal». Para tomar una referencia, en el último Quinario colocaron 230 velas. En la Función Extraordinaria que celebraron en enero por el centenario de la reorganización el total ascendió a 260.
La raíz común
Más allá de casos concretos, existe una serie de reglas implícitas a la hora de montar este tipo de escenografías religiosas. Una de ellas es el efecto pirámide en cuyo punto superior se sitúa el titular, para favorecer así la sensación de divinidad, de conducir al devoto al cielo con su oración.
Otra pasa por garantizar que los elementos del culto en sí tengan un lugar preeminente y estén donde tienen que estar. «El Sagrario debe quedar a los pies del altar, con los paños blancos, las bandejas -generalmente de plata- con el cáliz y las vinajeras, las credencias, los seis puntos de luz, que serían siete si oficia el obispo... Nosotros colocamos una especie de baranda que era muy típica en el siglo XIX y que preserva la zona donde verdaderamente se va a celebrar la liturgia», añade Jesús Corral haciendo alarde de su máxima a la hora de 'gestar' un altar: «Todo tiene que tener un sentido, y nunca debería ser el gusto personal de alguien, como se hacía en la década de los ochenta en la que se vieron cosas muy caóticas».
Una tercera es la de controlar las perspectivas y jugar con los tamaños. Lo que visto desde cerca puede ser una vela muy larga, a la distancia de los bancos de fieles se aprecia de manera armónica, y viceversa. El Señor de las Penas se ha colocado este año a 4,20 metros de altura. De la sapiencia de estos profesionales se extrae que los puntos de luz y las jarras de flores se deben ordenar tomando como referencia el eje central. Algo que puede parecer sencillo… hasta que se llega a crear una escena con más de 300 velas.
En ese sentido es inevitable no pensar en las estampas ofrecidas durante décadas por la Soledad de San Lorenzo, con cera generosa que aportaba una sinigual atmósfera intimista en torno a la Madre de Dios. Y que además cuentan con la particularidad de ir «rascadas y superpuestas, no fundidas», según explica su prioste, Federico Carrasco.
![Altar de quinario de la Soledad de San Lorenzo](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/soledad-de-rechi-U86645610400yxt-760x427@diario_abc.jpg)
Esta mezcla de excepcionalidad y fragilidad obliga a que sean hombres de la caña los que enciendan diariamente esta imponente tribuna de luz. Concretamente, son miembros de la saga de los Santizo los encargados desde hace años, que además imprimen al trabajo del pabilo una velocidad inasumible para un profano. Y que aún así puede llegar a las dos horas.
Aunque en los últimos quinarios el número ha sido sensiblemente menor, este 2024 parece que devolverá aquellos «cañaverales de velas». Así se deduce de las cautas palabras de Carrasco, que lleva semanas ideando el inminente altar soleano… por simple cuestión de posibles.
La importancia de la fecha
Por muy amplio que sea el patrimonio de una corporación, lo que realmente permite que se levanten semejantes estructuras es la generosidad que se teje entre las distintas hermandades, sobre todo en la cesión de candeleros.
Sin embargo, cuando una Semana Santa es tan temprana como la que está por venir la historia se complica, pues se pisan prácticamente todos los cultos. Carrasco no duda en reconocer que tendrá que «desplazarse a otra provincia andaluza» para poder ampliar el número de candeleros. Es lógico si se piensa en los centenares que se tienen por meta.
En las Penas de San Vicente se parte de las buenas relaciones con la compañera de parroquia, las Siete Palabras; a la que se suma la Exaltación, el Valle y, en condiciones normales, Montesión. Este año llevan piezas de Torreblanca. «En la delantera se coloca la candelería del palio de la Virgen de los Dolores, para que tape la diversidad de estilos que lleva detrás», explica Domingo Pozo.
Sea como sea, se sentaron a configurar el diseño después del verano, entre otras cosas para calcular cuántas velas de cada tipo necesitaban encargar. Por gestionar, tuvieron hasta que pedir un permiso municipal que permitiera al distribuidor llegar con la cera hasta la parroquia de San Vicente con un Casco Antiguo blindado al tráfico por Navidad. Sus reglas marcan que el quinario no puede empezar antes del martes posterior al Día de la Epifanía ni tampoco 'pisar' el 22 de enero, día del mártir que da nombre a su sede.
![Altar de la función conmemorativa de los 100 años de la refundación de las Penas de San Vicente](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/pensa-de-rechi-U33816258002Pjg-760x800@diario_abc.jpg)
Da la casualidad de que en lo referente al diseño ninguno de los tres priostes emplea programas informáticos o aplicaciones en 3D, un método que va ganando adeptos. Para ellos, no hay nada mejor que llevar la idea en la cabeza. «Seguramente influya mi formación y lo que me enseñaron Manuel Palomino y Paco Morillo», reconoce Jesús Corral, perito industrial y todo un experto en maximizar los elementos de los que dispone la hermandad del Buen Fin. «No me gusta utilizar lo que está pensado para la cofradía. Como mucho las jarras, pero nunca unos candelabros de cola o de guardabrisa», incide. «Hemos tenido que crear el patrimonio de cultos desde cero, pero se ha conseguido involucrando ya no sólo al sector de la priostía, sino también a esos hermanos 'manitas' que han atornillado, lijado, echado el yeso…».
Con ese planteamiento han creado desde los pedestales para las flores hasta el emblemático dosel, que este año se ha podido ver en el Quinario del Cristo de Burgos. La apariencia del metal noble se creó con láminas de aluminio, que posteriormente sí recibieron un baño de plata. «Ahora se ha encargado en orfebrería, por lo que en pocos años formará parte de nuestros altares», concluye el también director artístico de la Cabalgata de Reyes Magos de Sevilla.
![Quinario del Cristo de Burgos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/02/26/cristo-de-burgos-U02208085460Rlj-760x427@diario_abc.jpg)
En San Lorenzo hay también varios estrenos. Para empezar, se ha renovado la estructura interna de su dosel. Aunque el que copará todas las miradas será el tocado francés del siglo XIX que el propio Carrasco, vestidor de la Virgen desde 2020, ha querido donar. Lo lleva luciendo desde el besamanos, hito que marca el inicio del montaje del altar del quinario pues se emprende siempre al día siguiente «desde las dos de la tarde hasta las dos de la mañana y con un total de 20 personas».
En este arranque de año, el prioste ya ha montado otros dos altares más, el del Beato Marcelo Spínola y el del Triduo de la Virgen de Roca-Amador. Más ejemplos de la efervescencia creativa y de espiritualidad que inunda los presbiterios de la ciudad cuando la Cuaresma deja de ser un anhelo para Sevilla y la oración ante las imágenes se convierte en un trance a la luz de las velas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete