Historia
Cuatro siglos de la primera estación de penitencia de la Macarena, a través de una estampa
La hermandad recrea en el anuario cómo fue esa salida desde el desaparecido convento de San Basilio con un crucifijo y una imagen de la Virgen de la Esperanza
Más de 60.000 personas pasaron por el besamanos de la Macarena
La hermandad de la Macarena cumple este 2024 cuatro siglos de su primera estación de penitencia y la corporación ha contado en su anuario cómo se desarrolló en aquel mes de abril. En un detallado reportaje, se cuenta cómo el cortejo lo presidía un crucifijo ... y una imagen de la Virgen de la Esperanza desde el convento de San Basilio, sede donde se fundó la cofradía en 1595.
Además, llama la atención la estampa con la que ha recreado aquella primera estación de penitencia cuya idea original y recreación ha sido de Ignacio Sabater Wasaldúa y el dibujo de Javier Jiménez Sánchez Dalp. En el cortejo, se ve desde un muñidor que abría hasta las andas de la Virgen. Los miembros de la corporación no portan túnicas aunque sí se reconocen un estandarte y un guión de la hermandad.
También, aparecen algunas mujeres que iban en el cortejo y llama la atención la forma en la que portaban al crucifijo, en vertical pero sin andas, algo similar a lo que ocurría con los titulares de El Museo y la Vera Cruz en sus orígenes. Asimismo, a través de los documentos que se explican en el reportaje del anuario, se ha representado cómo era el escudo de aquel momento: un ancla y una cruz.
Esta primera estación se produjo en un contexto en el que comenzaban a fraguarse las procesiones barrocas porque apenas 20 años antes, el cardenal Fernando Niño de Guevara ordenó a las corporaciones ir a la Catedral durante los días de Semana Santa mientras que en 1595, los hortelanos crearon esta cofradía en el cenobio de los basilios en la actual calle Relator, antigua Cruz de la Caja.
Asimismo, cabe recordar que en el barrio se encontraba la cofradía del Cristo de la Humildad y Paciencia y La Cena, que acabaron fusionándose en la parroquia de Omnium Sanctorum en el siglo XVII. Precisamente, el titular de la cofradía sigue procesionando después de 400 años el Domingo de Ramos.
Observando el dibujo, se puede contemplar cómo se ha transformado al completo una cofradía en la calle y cómo no había llegado aún a la hermandad de la Virgen de la Esperanza el misterio del Señor de la Sentencia ni la actual talla de la dolorosa. Aún quedaban décadas para que llegaran nombres como Felipe Morales, Cristóbal Pérez o el taller de Roldán a la corporación, así como el traslado a la parroquia de San Gil o la decadencia que sufrió en el siglo XVIII.
La estética que se observa es la que pudieron ver los vecinos de aquella collación de San Gil que tenían al lado de sus casas a los basilios y vieron aquella tarde de abril de 1624 por primera vez al cortejo de la hermandad de la Virgen de la Esperanza de camino a la Catedral. Pasados cuatro siglos, la hermandad ha cambiado al completo: ya no son 300 hermanos como había al principio del XVII, sino 17.000, y más 4.000 en el cortejo que acompaña a los titulares cada Madrugada hasta el primer templo metropolitano.
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