775 años de la Reconquista
Cómo conquista Valme
Descubrimos el secreto encanto de la protectora de Dos Hermanas. Es un sentimiento y una emoción única. La invocación del Rey Santo quedó para siempre perpetuada y es el asidero continuo de sus devotos. En el día a día, ante cualquier tribulación: 'Váleme, Señora'
Horario y recorrido de la procesión extraordinaria de la Virgen de Valme y San Fernando: todos los detalles del cortejo
Valme para los desvalidos
![El rostro de la Virgen de Valme](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/11/25/valme-virgen-1-RWqNDDFMKkfKghaXjwQZSkN-1200x840@abc.jpg)
Son dos oraciones sencillísimas. Por un lado, el sonoro agradecimiento por las gracias recibidas que los nazarenos expresan con los vivas. Pero todo nace de la petición susurrada que da nombre a la pequeña imagen: para echar a andar cada mañana, ante un parto complicado, ... a la hora de afrontar aquella delicada operación e incluso a la hora de escribir este reportaje: 'Váleme, Señora'.
La imagen de la protectora de Dos Hermanas es una talla gótica de las denominadas 'fernandinas' y Pasión en Sevilla la redescubre muy cerca: en la intimidad gracias a las facilidades de la hermandad y de su hermano mayor, Hugo Santos. El brillante fotoperiodista Raúl Doblado queda impresionado durante las casi dos horas que dura esta sesión de fotos. Hasta hay que apremiarle para que vaya terminando, que María Luisa Díaz, su camarera, junto a Isabel, esperan impacientes para vestirla para el quinario. Con Hugo Santos departe durante largo rato este reportero, al que la emoción también embarga.
Es conquistadora. Menuda, pero de infinita belleza y calidad artística. Es una talla de bulto redondo en madera policromada y dorada cuya altura no supera los 68 centímetros. Anónima, de origen medieval. Su iconografía deriva de modelos bizantinos presentes en el románico. Representa a la Virgen en majestad, como trono de Dios sosteniendo al Niño en la rodilla. Al contemplarla sin manto, tal como ha permanecido en el periodo final de este año jubilar por el 50 aniversario de su coronación canónica, la vemos sentada en algo parecido a una peña; con cierto giro o escorzo en su cintura. En su costado izquierdo sostiene o presenta al Niño y en su mano derecha sostiene una flor de organdil que es capaz de sanar a enfermos o necesitados: «Muchas personas que están ingresadas o necesitan ayuda nos la piden», cuenta Hugo Santos y la camarera las cede con cariño para que hagan su efecto.
Según el informe de los técnicos del IAPH que la restauraron en 2014, «su composición supera la frontalidad e hieratismo del modelo iconográfico tradicional, avanzando hacia propuestas más realistas, al decidir su anónimo autor presentar al Hijo sobre la pierna izquierda y no en el centro. Se muestra Jesús Niño en actitud de bendecir con su mano derecha, mientras que en la izquierda porta un pájaro (símbolo de la Resurrección). Los rasgos físicos de ambas figuras están suavemente modelados y se caracterizan por unas facciones individualizadas, aunque conservan el idealismo propio del gótico internacional. En todo caso, dichas facciones presentan gran refinamiento y solemnidad», concluyen.
Mutilada para vestir
Según la moda barroca, la talla original se convierte en una imagen de candelero o de vestir. A mediados del siglo XVII, fue mutilada. Se le adaptó un candelero y unos brazos postizos a fin de poderle colocar manto. Los primeros testimonios iconográficos de la Virgen de Valme la muestran así y corresponden a la segunda mitad del siglo XIX, coincidiendo con el resurgimiento de su culto auspiciado por los duques de Montpensier. Se sabe que en 1647 estaba ya en candelero. Permanece así hasta 1894. Según el relato del hermano mayor, «lo que hacen es extraer al Niño. Quitarle la mano primitiva al igual que la del Niño para poderla vestir». Se reviste con los ropajes, el cetro y la media luna a los pies, que aún se conservan. Por iniciativa del poeta Lamarque de Novoa, y ante el deficiente estado de la imagen, se decide devolverla a su estado original. Es una tarea que le encomiendan al escultor Adolfo López bajo la supervisión del pintor Virgilio Mattoni, «no exenta de polémica porque el pueblo se había acostumbrado a verla así durante 300 años».
![Imagen principal - El hermano mayor, Hugo Santos, muestra los detalles ocultos de la Virgen de Valme, desde el rostro del Niño Jesús hasta el testigo que se dejó de la antigua policromía en la espalda de la imagen](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/11/25/valme-virgen-4-U82758022722IRy-758x470@abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - El hermano mayor, Hugo Santos, muestra los detalles ocultos de la Virgen de Valme, desde el rostro del Niño Jesús hasta el testigo que se dejó de la antigua policromía en la espalda de la imagen](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/11/25/valme-virgen2-U18878081187ifQ-464x329@abc.jpg)
![Imagen secundaria 2 - El hermano mayor, Hugo Santos, muestra los detalles ocultos de la Virgen de Valme, desde el rostro del Niño Jesús hasta el testigo que se dejó de la antigua policromía en la espalda de la imagen](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/11/25/valme-virgen-3-U80018606413ush-278x329@abc.jpg)
La imagen se construyó a partir de una única pieza obtenida del centro de un chopo o álamo blanco. El hermano mayor se atreve a decir que pudiera ser «autóctono de la zona». Esta pieza está seccionada en la actualidad en tres partes. Durante largo tiempo se pensó que la talla se secciona por la cintura de la Virgen en la intervención del siglo XVII. El estudio realizado con técnica de tomografía axial computerizada (TAC) permite desmentir lo anterior y asegurar que lo seccionado en la mencionada intervención fue el volumen de madera que representa la figura del Niño, comprobándose por la continuidad de las vetas que después fue restituido a su primitiva posición.
Largos meses en la Cartuja
La Virgen ya estuvo además en Sevilla en 2014 cuando se somete a una intervención en el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico dependiente de la Junta. Aquí se le lleva a a cabo un estudio de las policromías y se le detectan hasta cuatro capas. La que hoy se observa, de 1894, y la inmediatamente inferior, guardan el mismo cromatismo. En ambas las vestimentas, decoradas mediante la técnica del estofado, coinciden en el color: manto azul y túnica roja en la Virgen, y gris en el Niño. Por su parte, la policromía medieval tiene un cromatismo diferente: el manto de la Virgen es rojo y la túnica azul; ambos están decorados con un pequeño dibujo, según detalla el informe del IAPH.
Hugo Santos llama la atención sobre un testigo que conserva la Virgen de Valme «de la policromía gótica. Lo que vemos ahora es una reconstrucción sobre una tercera capa de policromía que se le aplica en algún momento. Según los colores originales el manto era de un rojo vivo y la túnica de un color verdoso oscuro, azulón... con unos dibujos muy llamativos. Tuvo como tres intervenciones en épocas que no están muy claras», mantiene el hermano mayor. Con los desgastes de la mano recuerda el Hugo Santos un debate convertido ya en anécdota: «Y es que los técnicos eran partidarios de reintegrar la policromía de la mano. La junta prefirió dejarla como está porque era fruto de la devoción del pueblo a lo largo de los años». Desde aquel año el besamano de la Virgen se decidió cambiarlo por una veneración y a la talla se le manipula con los cuidado recomendados por los técnicos y con el uso de guantes de tela y gamuzas para evitar que se pueda arañar. La imagen cuenta con ojos de cristal incorporados en el siglo XVII o XVIII, que dulcifican su expresión. También sabemos que lució pendientes durante la época de candelero y que se le mantienen hasta mediados del siglo pasado. Así la recuerda su camarera que llegó incluso a vestirla con ellos.
Para esta sesión fotográfica, la talla reposa sobre un sillón neorrenacentista elaborado en 1929 para la carreta. Tiene un tamaño muy manejable. El que usa de diario en el altar es neogótico y data de finales del XIX. Ya en los 50 del siglo XX se diseña la primera jamuga y en 1973 se le encarga una más para la coronación canónica.
La Virgen de Valme en Sevilla
Vino con San Fernando y al igual que ocurrió en 1948, la Virgen de Valme va a procesionar por las calles de Sevilla este sábado 25 de noviembre, para conmemorar el 775 aniversario de la restitución del culto cristiano en la ciudad.
Ha llegado a la capital un día antes y se expondrá en la Capilla Real frente a la Virgen de los Reyes antes de situarse en el altar del Jubileo. La salida se realizará en el remodelado paso que estrenó para el cincuentenario de la coronación canónica y acompañada por la banda nazarena de Santa Ana. La talla irá precedida por la imagen de San Fernando, de Pedro Roldán, y que habitualmente participa en el Corpus. Y como sucede cada 15 de agosto con la Virgen de los Reyes, los labios nazarenos y sevillanos susurrarán una oración: «Ayer, hoy y siempre, Váleme Señora...».
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