Patrimonio
Cofradías seráficas de Sevilla: cuando la estación de penitencia también habla de San Francisco
Sevilla recuerda al 'Poverello d'Assisi' en dos grandes fechas. La principal, el 4 de octubre, como es precepto en todo el catolicismo por la conmemoración de su muerte. La segunda, a lo largo de la semana santa, pues son varias las cofradías que hacen gala de la vinculación con la orden religiosa que fundó uno de los santos más especiales, por su obra y por la inusual celeridad en ser canonizado
![El Cristo de la Salvación bajo la cúpula de la iglesia de San Buenaventura](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/cristo-de-salvacion-RnjHbqoFVRilfshMHQWaZ4J-1200x840@diario_abc.jpg)
El santoral impregna de la manera más notoria a la Semana Santa de Sevilla. Desde el nombre de las sedes canónicas –San Roque, San Benito, Santa Catalina…– a las imágenes, como la de la patrona de los hosteleros en el misterio del Traslado al Sepulcro. ... Sin embargo, existen otros ejemplos quizá menos evidentes que también evocan a figuras clave del catolicismo por su legado y veneración. Uno de ellos es San Francisco de Asís, el humilde fundador de la Orden Franciscana, de las de mayor presencia en el mundo, y en la que se integran la de Frailes Menores, Capuchinos y Clarisas, entre otras.
Aunque se le conmemora cada 4 de octubre por su entrega a los demás y por su modélica profesión de obediencia, pobreza y castidad, son varias las hermandades sevillanas que hacen gala de vinculación seráfica en sus estaciones de penitencia a la Catedral.
El guiño más reciente se añadió justo esta última primavera. De manera sutil, quizá eclipsado por elementos más vistosos como las escalas, las líneas entre imágenes o la redisposición de la entrega del pergamino, pero desde luego dentro del esperado nuevo Misterio del Cristo del Buen Fin.
Y es que la postura de la talla de María Magdalena, arrodillada a los pies del crucifijo, evoca al 'Abrazo de San Francisco', el reconocible lienzo que pintaron tanto el ilerdense Francisco Ribalta como nuestro Bartolomé Esteban Murillo en distintas etapas del barroco. Según su autor, Darío Fernández-Parra, esta génesis comparte inspiración con el relato del obispo genovés del siglo XIII Santiago de la Vorágine, «que en su libro 'La Leyenda Dorada' cuenta que María Magdalena lloró tanto que con sus lágrimas lavó un pie de Cristo cuando aún estaba crucificado».
![María Magdalena del misterio del Buen Fin](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/misterio-buen-fin-U54810057064uUa-760x500@diario_abc.jpg)
«A raíz de ahí han sido infinitas las representaciones en la iconografía cristiana, tanto en escultura, como en pintura, grabados y dibujos a lo largo de los siglos, pero es escasa en los pasos procesionales», añade reconociendo que la esencia franciscana del Buen Fin terminó acercando su propuesta a ese abrazo del Santo al Señor.
Basta con analizar que es a San Antonio de Padua –el otro nombre capital entre los franciscanos– a quien se dedica el templo actual en el que radican, que la Hermandad fue admitida a la Fraternidad Franciscana de la provincia Bética en 1990 o que su túnica emula el hábito de la orden desde finales de los años 40 para tomar consideración del nexo. Amén de que tanto el santo lisboeta como San Francisco de Asís figuran como titulares.
La Virgen de la Porciúncula
Otra de las hermandades que integra a la Orden en su designación canónica es la de Los Negritos, que además de Muy Antigua y Pontificia es Franciscana desde mediados de los noventa. Aunque en el seno de la corporación no tienen referencias claras del origen de la vinculación, sitúan en dos cuestiones el posible germen. Por una parte, el culto a Benito de Palermo, santo fraile menor apodado el Africano, el Moro o el Negro, desde antes de que fuese beatificado (s. XVIII). Por otra, y muy especialmente, por la propia advocación de la dolorosa, pues es la Virgen de los Ángeles la destinataria de los rezos franciscanos desde casi el comienzo de su historia. Concretamente, Santa María de los Ángeles de la Porciúncula.
Así lo explica el diputado de Relaciones Públicas Alfredo Morilla, que pone el acento en la celebración, cada 2 de agosto, del piadoso jubileo en la calle Recaredo, con la misma indulgencia que recibiría aquel que acudiera a la Basílica de Asís: «Se celebraba desde antes de convertirnos en hermandad Franciscana, a través de la Maestranza de Caballería, pero a raíz de firmar el documento de unión entre templos, ya se alcanzan los mismos beneficios espirituales». El jubileo se gana generalmente por comunión, confesión y oración en favor del Papa, pero también desde la víspera del 2 de agosto hasta la siguiente madrugada. «Por eso, tocamos las campanas a medianoche y abrimos la capilla durante casi todo el día, al margen de la celebración del Triduo, que coincide en esas fechas. Es uno de los días en los que hay más movimiento», recuerda Montilla.
Si coincide que la eucaristía la oficia un miembro de la Orden, éste suele explicar toda la génesis del jubileo y el santo de Asís. De hecho, cabe destacar que en Los Negritos existe la figura del tutor franciscano, derivada de la etapa en la que fue director espiritual Fray Ricardo de Córdoba. El exarzobispo Asenjo convino que «era más adecuado que esa función recayese en el párroco, por lo que la hermandad, en agradecimiento a los esfuerzos del franciscano, decidió crear ese cargo que mantuvo hasta su muerte» (falleció precisamente en los previos de la coronación de la Virgen). Actualmente lo ostenta el párroco de Nuestra Señora del Águila de Palmete.
![La Virgen de los Ángeles de Los Negritos](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/negritos-maya-belanya-U73756016421xgT-760x427@diario_abc.jpg)
La muestra de la unión con la Porciúncula está tanto en dos azulejos en el interior del templo, flanqueando la puerta, como en el cortejo, en el medallón central del respiradero frontal del palio. Bajo diseño de Ramón León, es fácilmente reconocible porque muestra la aparición de la Virgen y Jesucristo a San Francisco. Remata un pequeño relicario con una piedra de la propia basílica italiana. Incluso hay otro guiño más oculto y cercano a la dolorosa, pues en un pequeño hueco de la peana se introduce una reliquia del santo que ceden de cara al Jueves Santo las Clarisas de Santa María de Jesús de la calle Águilas, camareras honorarias.
Dirección espiritual
Y de la orfebrería a los bordados. Ahí es donde la Soledad de San Buenaventura muestra su vínculo con la Orden, fraguado desde hace casi 140 años. El escudo franciscano centra uno de los guiones que abren tramo durante la cofradía y también es el motivo principal del faldón trasero del paso.
Aunque cabría esperar una mayor representación para la corporación de una dolorosa que tiene en su haber una marcha titulada 'Soledad franciscana', lo cierto es que ni el santo es titular ni figura su emblema en la heráldica de los de Carlos Cañal. José Ramón Losada, su hermano mayor, lo interpreta por el hecho de que «la cofradía estaba ya muy rematada cuando los frailes llegan al convento, en 1885». De hecho, la Soledad se establece en San Buenaventura 36 años antes –este 2024 se cumplen 175– «tras ser invitados amablemente a irnos de San Juan de la Palma por el párroco de aquel entonces», evoca.
![La Soledad de San Buenaventura](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/soledad-san-buentaventura-U15748513645iWJ-760x427@diario_abc.jpg)
Curiosamente, aquella estancia legó al escudo la Cruz de Malta, pero el camino conjunto con los ascetas de momento no lo ha hecho. Tienen el título de Franciscana, eso sí. «La Orden nos permite usarlo en 1967, pero no es hasta marzo de 1980 cuando los Frailes Menores nos otorgan la carta», aclara Losada. En consecuencia celebran Triduo y Función Solemne el 4 de octubre, acompañan a la fraternidad el 13 de julio por la festividad de San Antonio y su director espiritual es franciscano por precepto de sus reglas.
Y, lo más importante, la hermandad lleva «en el ADN» el espíritu seráfico. «En su forma de ser, sencilla. En su presencia, clásica y sin ostentación. Pues es una forma muy particular de ser cristiano y eso lo intentamos llevar a gala. Que no haya símbolos no quiere decir que la hermandad no esté plenamente imbuida del espíritu franciscano», incide el hermano mayor. Por ejemplo, el código de la hermandad dicta que se deben evitar en la medida de lo posible procesiones extraordinarias. «La Soledad celebró sus 350 años de fundación en el año 2006 y nadie se planteó sacar a la Virgen en un paso», concluye.
La primera franciscana
Esa misma forma de entender la vida de hermandad la comparte la primera de las corporaciones en gozar del título de Franciscana: la Vera+Cruz. Se podría decir que desde su mismo germen, al crearse en el seno del desaparecido Convento Casa Grande de San Francisco, ubicado en la actual Plaza Nueva entre los siglos XIII y XIX. Las primeras reglas quedaron aprobadas en el arranque del siglo XVI, pero la corporación se había fundado en 1448 con la firme intención de rendir culto al santo leño, que tanta fascinación había provocado en San Francisco hasta su muerte.
Es cierto que la hermandad se reorganizó en 1942 tras su período de decadencia, pero no por ello la nueva etapa quedó exenta de influjo franciscano. Prueba de ello es el guion que abre uno de sus tramos, los cíngulos de esparto que completan sus túnicas y, sobre todo, el hecho de que fuera la primera corporación sevillana en introducir en las juntas de gobierno la figura del diputado de Caridad. El nexo quedó refrendado en 1965, cuando renovaron la Carta de Hermandad con la Orden Seráfica, firmada inicialmente cuatro siglos atrás.
![Cristo de la Vera Cruz](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/vera-cruz-doblado-U48316330554jLN-760x800@diario_abc.jpg)
Tanto es así que hace ocho años se bendijo la imagen de un San Francisco de Asís para que presidiera uno de los retablos de las naves laterales de la Iglesia del Dulce Nombre de Jesús. La pequeña talla, de 150 cm, destaca por el estofado de sus túnicas pero especialmente por –y aquí va el guiño a la inversa con la Semana Santa– portar en la mano izquierda un crucifijo en el que el autor, Alberto Pérez Rojas, plasmó una réplica en miniatura del Cristo de la Vera+Cruz.
El culto a la sangre de Cristo
Precisamente la representación cristífera es la vía de herencia de la quinta y última hermandad de este compendio, la del Sol. El Varón de Dolores es una de las principales devociones de los Franciscanos y Agustinos, la doble vía religiosa sobre la que se cimenta la cofradía del Plantinar, por el convento del Pozo Santo y el de Serradilla.
Curiosamente es el cortejo que muestra más símbolos del nexo. Además del guion franciscano, que remata una pequeña efigie del santo en madera de tilo alemán, en su estación de penitencia figuran hasta tres relicarios. En palabras del flamante consiliario primero, y autor de todas las imágenes procesionales, José Manuel Bonilla Cornejo, uno luce en estilo neogótico y se aprecia en la delantera del primer paso, «con una porción del hábito y una astilla de la cama de San Francisco». El segundo, en la trasera, «con tierra extraída de su sepulcro».
![El Cristo Varón de Dolores de El Sol](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/25/hermandad-el-sol-U03525785000ULJ-760x427@diario_abc.jpg)
El tercero fue dádiva de la Orden «en el momento de otorgar la Carta de Hermandad», trámite que se produjo en 2010. La pieza se sitúa sobre la mesa del paso del Varón de Dolores, intercambiando el lugar según el año. En el relicario se exponen restos de Fray Diego de Alcalá, el santo sevillano de la Orden Primera que da nombre a su sede canónica. Y por último, aunque es lo primero que se percibe de su transitar nazareno, la sui géneris cruz de guía. No tanto por la forma y su textura arbórea, sino porque en la cruceta se encaja parte del Lignum Crucis. Son los fragmentos que saltaron cuando los Franciscanos cubrieron con láminas de plata un agujero de la Santísima Cruz original.
Así lo atestiguó en 1768 el Fraile Aloisio de Bastia, custodio de Tierra Santa; y así lo puede venerar Sevilla. Como sucede en cada uno de estos detalles que hablan de la imborrable huella de San Francisco en la tierra donde se sublima la Pasión y Muerte de Cristo.
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