crónica
Alégrate Triana, se acerca tu resurrección
tinta de ceniza
La Esperanza vive un multitudinario traslado gozoso de Santa Ana a su capilla de la calle Pureza
Vía Crucis del Santo Entierro: la medida de todas las cosas
![Triana se echó a la calle para el traslado de la Esperanza](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/03/10/triana-traslado-esperanza-R9RtZdS4mZq3mKMFzGYJghP-1200x840@diario_abc.jpg)
La Iglesia, que es sabia por santa aunque esté llena de pecadores, coloca en mitad de la Cuaresma, el cuarto domingo, un día de penitencia rebajada, casi como un alivio de luto en la ascesis de este tiempo de preparación. La Dominica Laetare ( ... así comienza la antífona del introito de la misa, 'Laetare, Ierusalem', o lo que es lo mismo, 'alégrate, Jerusalén') es un descansillo donde recobrar el resuello en la empinada subida de la escalera que conduce a los misterios de la Pasión, Muerte y Resurrección.
Sólo que Triana ha construido en la mesetilla un voladizo con balcón a la calle y lo ha adornado con macetas de gitanillas, con colchas de raso y mantones de manila de flecos enredados, con pétalos de flores y con mucha música. «Alégrate, Triana» porque tu resurrección como barrio está cerca y ya se ve en el horizonte un nuevo Viernes Santo para que los trianeros de la diáspora, desperdigados por la Sevilla del extrarradio, vuelvan a oler los aromas marineros a la vera del río. Alégrate porque en 2025 toca misión evangelizadora en el Polígono Sur y esas son palabras mayores.
Así que Triana festeja con esa alegría a la que invita la liturgia del día el traslado de su Virgen de la Esperanza desde la parroquia de Santa Ana hasta su capilla de los Marineros, pero no en línea recta (dos minutos a pie para recorrer los 160 metros de distancia) sino recreándose en el barrio por Pelay Correa, Rodrigo de Triana, Fabié y Pureza en casi dos horas exactas de recorrido.
Y eso que el día estaba frío como si los equipos de climatización que descargaban en el Altozano con destino al mercado hubieran comenzado a invertir el tiempo meteorológico aun antes de ponerlos a funcionar. No es que sea obligado el sol y las moscas como se pide para una buena tarde de toros, pero un traslado como el de la Esperanza pide calorcito primaveral en el ambiente, que del humano ya se encargaban los devotos y hermanos.
Las andas entraron en la capilla de los Marineros a las 13.30 en punto, mientras las nubes se cernían amenazantes
El repique de campanas en la torre de Santa Ana señalaba a las 11.45 (apenas un cuarto de hora después de que monseñor Saiz hubiera abandonado la parroquia) la salida del cortejo, con cruz alzada, estandarte y seis ciriales precediendo a Nuestra Señora de la Esperanza, a la que saludaron con una lluvia de pétalos multicolores desde la terraza del bar Bistec, que hasta el nombre es Triana pura. Y vivas a la Virgen, a la «Reina de Triana» y griterío como de mañana de Viernes Santo ahogando los sones de 'Esperanza de Triana coronada', la marcha que Albero le regaló a la hermandad.
La Esperanza entró en la capilla de los Marineros a las 13.30 en punto con esa misma marcha que es santo y seña de la cofradía, pero en medio sucedieron muchas cosas. Le tiraron tantos pétalos que uno no sabe si han dejado los invernaderos de Chipiona esquilmados de flores: primero en Pelay Correa, con el sol arañando esquirlas de oro de la toca y la corona bajo un cielo color purísima adornado con nubes de algodón; y luego, por Rodrigo de Triana, a la altura del 42 y del 35 con mantones en los balconcillos, viejitos de asilo en primera fila al paso de las andas mientras sonaba 'Campanilleros'.
Salvo en 'Amarguras', no dejaron de sonar las campanillas en todo el repertorio. Ni de caer los pétalos sobre la imagen, como en Pureza 8, donde los Mora de Triana, poco antes de que se entonara la salve marinera que hace a la Esperanza «capitana clemente» a la que se le suplican «brisas de bonanza» en la vida terrenal. A la hora de recogerse, de cara al pueblo, la brisa amenazaba con traer un coletazo de la borrasca: Alégrate, Sevilla, porque las últimas lluvias nos han dejado agua en los pantanos para casi dos meses más.
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