María Luisa Lombardero: «Las empresas con un propósito social lo tienen muy duro para ser rentables por sí mismas a corto plazo»

María Luisa Lombardero tomó la palabra en primer lugar para hablar sobre la inversión de impacto social. «Se trata de un concepto que va extendiéndose rápidamente, que es bueno definirlo y ponerle nombre rápidamente para evitar los malos usos y apoyar su avance regulatorio. Así como la parte medioambiental está más regulada, la parte social no, y para abordarlo hay que definirlo», explicó.

En ese sentido, Lola Moya definió los proyectos que Fundación MAPFRE está llevando a cabo en cuestión de impacto social: «Ayudamos a gestionar los fondos que llegan del Fondo Social Europeo. Los proyectos van en la línea de impulsar el empleo, potenciar el entorno rural para ayudar en su desarrollo económico con las mejoras que están introduciendo los gobiernos».

Otras de las iniciativas con impacto social que tuvo espacio en la jornada fueron las de Grupo Agbar, representada por Carmen Piñán, subdirectora de acción social de la compañía. «Cuando hablamos de acción social nuestro saldo cualitativo ha sido apostar por una acción social transformadora, que tenga un impacto positivo, que se basen en proyectos de alto impacto y mediante alianzas con distintos tipos de entidades sociales y las administraciones», definió.

También Pilar Suarez-Inclán García De La Peña, Directora de RR.II. Relaciones y Reale Fundación, quiso hacer hincapié en el trabajo que desarrolla Reale Fundación en relación a iniciativas de impacto social. «En los años que llevamos nos hemos dado cuenta de que siempre que hay una crisis quien primero sufre es la cultura, aunque sea generadora de desarrollo y formación», explicó. «Nosotros desde la fundación trabajamos con once organizaciones que se dedican a generar trabajo y desarrollo, salud y bienestar e inclusión, quitando esos vetos de los grupos vulnerables para que se sientan parte de una sociedad donde creo que cabemos todos», añadió.

Hablando de éxitos y fracasos en la inversión de impacto social, María Luisa Lombardero, definió las claves para conseguir proyectos con propósito: «Las empresas con un propósito social lo tienen muy duro para ser rentables por sí mismas a corto plazo. Es muy complicado la sostenibilidad económica con el fin social. Nosotros estamos empezando a apoyar este tipo de empresas y el primer paso es ver cómo las seleccionamos».

Para ello, Lombardero explicó que es necesario dejar atrás el romanticismo para caer en la realidad. «Es importante que el equipo sea multidisciplinar, con gente que sepa qué es el fracaso. Además, también hay que tener claro la posibilidad de tener un socio comercial que te ayude en esta etapa y definir las alianzas estratégicas que pueda tener la empresa», detalló. Además, Lombardero también destacó el papel del inversor, que tiene que «pensar en el impacto y ser paciente, porque tiene que saber que ésta no es una inversión tradicional».

Un ejemplo de éxito que identificó Lombardero es el proyecto Fondo de Fundaciones de Impacto, un vehículo inversor que invierte recursos en entidades sociales. «Es un banco de prueba para que de forma conjunta empecemos a hacer prestamos y apoyemos a empresas sociales», explicó. Actualmente, el fondo participa en ocho proyectos.

En el caso de Fundación MAPFRE, la entidad lleva catorce años apoyando diferentes tipos de programas. Para definir los casos de éxito, Lola Moya destacó que es importante «analizar a las entidades e identificar quiénes saben hacer bien las cosas». «Otro elemento común de los proyectos que solemos escoger es que la mayoría de ellos no pueden realizar su trabajo sin el apoyo de entidades públicas», argumentó.

Para Fundación MAPFRE, el entorno rural es su ámbito de acción preferente. «Estamos muy concienciados con la problemática que tiene la despoblación y para ello tenemos las convocatorias de ayudas +Rural», destacó. Carmen Piñán repasó algunos de los proyectos que desarrolla Grupo Agbar, destacando el Programa OLA, en alianza con Cruz Roja y que buscar superar la vulnerabilidad de algunos colectivos a través de la empleabilidad, o las Becas Jóvenes Talentos y las cátedras vinculadas al agua que tienen en diez universidades de España.

Sobre apostar por la formación también estuvo de acuerdo Pilar Suárez-Inclán, que definió el trabajo de Fundación Reale en ese sentido sosteniendo que «para que haya cultura hay que promocionar el talento, y esto no tiene que ver con las clases sociales». En concreto, Fundación Reale trabaja con otras entidades como Escuela Superior de Música Reina Sofía o Fundación Alalá para promocionar la formación cultural entre los jóvenes. Para medir el éxito de los proyectos que llevan a cabo, Fundación Reale analiza tres pasos: «Si hemos llegado a sensibilizar, si hemos llegado a impactar y si hemos llegado a transformar», concluyó.

Carmen Piñán repasó algunos de los proyectos que desarrolla Grupo Agbar, destacando el Programa OLA, en alianza con Cruz Roja y que buscar superar la vulnerabilidad de algunos colectivos a través de la empleabilidad, o las Becas Jóvenes Talentos y las cátedras vinculadas al agua que tienen en diez universidades de España.

Además, Piñán también hizo hincapié en la importancia de introducir la innovación en los proyectos sociales. «Nos preguntamos en cómo aprovechar el uso inteligente del big data para dar respuesta a ámbitos sociales», explicó.

La respuesta la tuvo Jorge del Río, CIO de Konecta, que durante el debate analizó el impacto de la inteligencia artificial en las empresas y cómo puede ayudarlas a tener un mayor impacto social. «Los ingenieros a veces confundimos el fin con los medios, y en Konecta, cuando empezamos a perfilar la empresa del futuro, vimos que era importante bajar al barro y hablar con los agentes», señaló.

El experto explicó que la compañía se debe a sus clientes y 130.000 empleados, pero también «es importante preguntarse qué pasaría si pudiéramos usar la IA para ayudar a las personas que no tienen recursos». En ese sentido, Del Río definió el efecto Luis, un proyecto de Konecta que pasa por democratizar y facilitar a las personas los accesos a la IA para que puedan poner en valor todo el conocimiento que tienen. «La realidad es que el negocio está en las personas y reclutamos a uno de nuestros empleados, Luis, que nos ha servido de ejemplo para demostrar que esa visión se está cumpliendo», sostuvo. «Es importante dar la oportunidad a todos los Luises para demostrar que somos capaces de ayudar a las personas y colectivos que lo necesiten en el desarrollo de su trabajo», concluyó.