empresario del año por ey
Dámaso Quintana (Cunext): «Europa se ha vuelto loca con la regulación y cada vez entra más producto chino»
Invierte 230 millones para fabricar cables de cobre a partir de chatarra en Córdoba y hará lo mismo en los próximos cinco años con el aluminio
Crecerá en Estados Unidos con la compra de empresas
![Dámaso Quintana es el presidente de Cunext, grupo dedicado al transformado del cobre y el aluminio](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/19/MN240469_PREMIOS_PEA_2024_CUNEXT_POSADO-5-Rq1NsaKcTC4IOHMCA52mgYN-1200x840@diario_abc.jpg)
«Soy un firme defensor de que no crecer es decrecer», asegura Dámaso Quintana (Madrid, 1976), el CEO de Cunext. Este grupo industrial que se dedica, entre otras actividades, al transformado del cobre y el aluminio, apunta a impulsar su negocio en Estados Unidos con ... la compra de nuevas empresas.
Cunext ha invertido 230 millones para inaugurar en 2026 la primera fábrica que hará cables de cobre a partir de chatarra. Además, aspiran a hacer lo propio con el aluminio en los próximos cinco años. Su producto final es el cable, que se emplea en vehículos eléctricos, molinos eólicos y equipos eléctricos, entre otros.
Precisamente, este material clave para la transición porque es el principal conductor de la energía. La previsión es que el consumo mundial de este recurso se duplique en las próximas décadas. A pesar de ello, Quintana asegura que su negocio no crecerá en Europa: «lo normal es que cada vez entren más productos asiáticos y no podamos competir en precio».
Ingeniero industrial de formación, comenzó su carrera profesional como consultor en firmas como PWC u Oliver Wyman. En la actualidad, además de CEO de Cunext es presidente del grupo industrial Haizea Wind, que con más de 2.000 empleados es líder en fabricación de torres eólicas marinas, y de Esnova Racks, centrada en las estanterías de acero para almacenes.
Por otro lado, Cunext se ha hecho con el 2,9% de las acciones de Cox, la firma que integró Abengoa. «Para mí era una tragedia el final de la compañía, Riquelme aportó una solución y en la empresa estamos muy orgullosos de apoyarles», asegura.
Es viernes por la tarde. Los últimos rayos de sol se cuelan por el enorme ventanal de las oficinas que la empresa tiene en el polígono cordobés 'Parque Joyero'. Quintana tenía previsto hacer esta entrevista a mediodía, pero los planes se han tenido que reajustar porque el debut en el parqué de Cox se atrasó un día.
Por la mañana, el empresario estuvo tocando la campana en la Bolsa, el resto de la jornada la ha pasado grabando un vídeo con motivo de que EY le haya galardonado como emprendedor del año en Andalucía. Y esta conversación, la primera entrevista que ofrece, se da a última hora del día, bajo la atenta mirada de dos de sus cinco hijas, que orgullosísimas felicitan a su padre por su exposición.
—Cunext tiene previsto inaugurar la primera fábrica de cobre verde de España. ¿Qué inversión total contemplan y qué usos tendrán esos productos?
—Invertimos 120 millones en las nuevas instalaciones y 110 en ampliar otra fábrica que ya tenemos para hacer lo mismo pero con cobre reciclado. La única diferencia: hoy consumimos unas 210.000 toneladas de cobre, de las que el 85% procede de la mina. La bondad de que sea reciclado es que tendrá un impacto ambiental muy reducido y ahorrará a la atmósfera un millón de toneladas de C02, es como un millón de coches uno encima de otro. Esta iniciativa permitirá hacer un producto de calidad a partir de chatarra con las mismas propiedades. Además, generará una actividad económica, una industria auxiliar y empleo. Y crea una necesidad energética muy importante en un momento en el que Andalucía se quiere posicionar como hub de energía renovable sostenible. ¡Tiene muchísimas bondades!
—Ahora mismo la mitad del cobre que emplean se recibe de Atlantic Copper, ¿qué porcentaje van a tener de reciclado en las nuevas instalaciones?
—Inicialmente, el 60% del cobre que use la fábrica de Córdoba será reciclado. De ahí hacia arriba. Este es un mercado global y todos competimos tanto por el cobre como por el reciclado. ¡Competimos para comprar chatarra!
—¿Tienen algún proyecto similar para su otro recurso: el aluminio?
—Después del cobre, no podemos hacerlo todo a la vez.
—¿Está en los planes de los próximos años?
—Me gustaría que fuera así. Estamos obligados a maximizar la rentabilidad, la recuperabilidad y la circularidad. El cobre es un material noble, que tiene la bondad de que funde a 1.200 grados. Por tanto, todas las impurezas se funden antes y las puedes descremar. Es como la nata, la vas quitando y vas dejando el cobre puro. En el caso del aluminio, este funde a 600 grados y las impurezas no las puedes diluir porque funden más arriba. Por tanto, refinar aluminio es muy complicado y, de hecho, las refinerías de chatarra que hay de este material se emplean para ventanas, tubos o perfiles, pero no para uso eléctrico. Nosotros somos el fabricante de Europa con más porcentaje de recirculable en la actualidad. El proyecto de cobre verde estará listo en primer trimestre de 2026.
—¿Y cuándo el de aluminio?
—Deberíamos tener un proyecto para el aluminio 'verde' en los próximos cinco años.
—¿Qué inversiones contempla el grupo para los próximos años?
—La necesidad de redes en el mundo es creciente porque electrificar la economía exige dotar de nuevas capacidades de transmisión y distribución en todos los países. En una charla en un banco en Estados Unidos decían que la inversión en redes en los próximos cinco años va a ser superior a la hecha desde que se empezaran a instalar las primeras en el siglo XIX. Reino Unido también tiene inversiones billonarias en redes eléctricas. Vamos a seguir potenciando nuestras capacidades tecnológicas para ser capaces de servir a ese mercado creciente.
—¿En qué producto?
—Aún no te puedo contar, pero sé cuáles son (Ríe).
—Tradicionalmente han trabajado el cobre hasta que en el año 2015 sumaron también una línea de aluminio. ¿Cuál será el siguiente recurso que incorporen?
—En nuestra corporación industrial tenemos una pata para el cable con las dos fábricas de Córdoba, las dos de Vitoria, dos en Vizcaya, una en Zaragoza, otra en Italia y Estados Unidos. Siempre hemos apostado por el crecimiento inorgánico porque, por desgracia, Europa no crece. Si tengo la posibilidad de crecer en productos o geografías, lo haré.
—¿Quiere decir que tienen ya el nuevo recurso sobre la mesa?
— (Silencio).
—¿Cuál es?
— (Silencio).
—Al menos dígame en qué geografía van a crecer.
—En Estados Unidos. Siempre prefiero el crecimiento inorgánico, porque crear fábricas nuevas es un lío. Digamos que ahora mismo no estamos yendo al supermercado a comprar, pero estamos permanentemente viendo el mercado de nuestra competencia.
A los mercados financieros no les gustan las industrias pesadas como nosotros
—¿Os gustaría debutar en Bolsa?
—No está en el plan. A los mercados financieros no les gustan las industrias pesadas como Aurubis o nosotros. No somos a los que mejor valoran. No sé si es por difícil entendimiento, por el sector o por el apetito. ¿Por qué Ferrari cotiza a un múltiplo y Volkswagen o Citroën a otro cuando los euros que ganan son los mismos?
—El cobre es fundamental para la transición energética. ¿Qué perspectiva de crecimiento tiene la compañía en estos momentos?
—Todos los análisis dicen que se va a doblar el consumo mundial de cobre, unos apuntan a que será en diez años y otros aseguran que será en 15 o 20. Es unánime, es el conductor por excelencia y la transición energética se basa en descarbonizar vía electrificación. ¡El cobre es el pilar!
—Ante este escenario, ¿qué previsión de crecimiento tienen para los próximos años?
—En Europa no veo crecimiento, lo normal es que cada vez entren más productos asiáticos y no podamos competir en precio. Soy un convencido de que el que no crece, decrece. Así que para poder crecer haremos inorgánico.
—El precio del cobre cotiza al alza desde que se desató la guerra en Ucrania. ¿Cómo afecta a la compañía la volatilidad del mercado?
—Es intrínseca al sector. Los metales son estructuralmente alcistas. Si coges el precio del cobre en los 70, 80, 90, 2010 o 2020 es una línea de precio alcista. Asumimos los riesgos de materias primas y no me preocupa. Sí me preocupa la falta de suministros, por el Canal de Suez, o que juguemos con diferentes reglas. Por ejemplo, Turquía puede comprar cobre a Irán, donde lo venden 2.000 euros más barato porque no tienen dónde venderlo, o que China compre ese cobre y lo importe aquí en forma de cable a menor precio sin ninguna sanción. Yo no puedo comprar cobre a Irán.
—¿Cómo afecta a la industria europea que se juegue con diferentes reglas?
—Nos estamos equivocando. Europa tiene que regular sí, pero se ha vuelto loca con la normativa. Yo no puedo comprar cobre a Irán, pero China sí y luego, como decía, lo vende aquí. La normativa es incompleta, es ineficiente y hace perder competitividad a la industria europea. La industria que se va, ¡no vuelve! Cuesta horrores crear tejido industrial.
—En Andalucía eso lo sabemos bien.
—Andalucía tiene grandes fortalezas, pero hay un gran hándicap: está en el sur de Europa. En una charla con empresarios de aquí me preguntaban qué diferencia veía entre nuestra fábrica en Córdoba y la de Italia. Les dije que la única es que la primera está a cuatro horas en camión de Alemania. Es una limitación geográfica, pero tiene otras fortalezas. El PIB industrial de Andalucía es demasiado bajo, aunque en la región existe la voluntad por industrializarse. A lo mejor tiene suerte con el automóvil chino. Pero tiene que ser industria que viaje bien porque está en el sur de Europa... Además, debe tener un punto tecnológico, pero el problema es que no tenemos grandes compañías que traccionen... ¡A Andalucía le faltan cotizadas y muchos más Cox y Acerinox!
—Ustedes mismos podrían contribuir siendo una de esas cotizadas.
—Definitivamente. Siempre digo que uno de los retos que debe tener la Junta de Andalucía es que la región tenga al menos el mismo número de cotizadas que Cataluña, es lo que le correspondería por número de habitantes. Es muy difícil porque sin dimensión no puedes internacionalizar y estás muy expuesto a Europa, que es un mercado que no crece. ¡Es muy difícil generar recursos económicos!
—Cunext es propietaria del 2,9% de Cox, ¿por qué le habéis acompañado en la salida a Bolsa?
—Abengoa era una empresa que hacía mucho bien a España. ¡Todos los ingenieros industriales queríamos trabajar allí! Para mí era una tragedia que se perdiera. Soy accionista de Arteche, firma a la que dejó un impago de nueve millones de euros. A pesar de ello, estoy diciéndote que Abengoa era importantísima para el sector eléctrico español. Traccionó y creó una industria y cadena de suministros tremendamente buenas. Las capacidades industriales que tiene Cox, la antigua Abengoa, son tremendas. ¡No hay una compañía con más homologaciones en agua que Cox!
¡Todos los ingenieros queríamos trabajar en Abengoa! A mi firma le dejó un impacto de 9M€
Personalmente, tengo una gran confianza tanto en Enrique Riquelme como en la firma. Y Cunext, como empresa andaluza, tiene que apoyar al tejido industrial de la región y más si es de nuestro sector. Siempre he dicho en todos los foros que Andalucía no debería haber permitido que Abengoa llegara a una situación de liquidación. Debería haber habido una solución andaluza, con empresas andaluzas y empresarios andaluces. Como la solución la ha aportado Enrique Riquelme, no puedo ir diciendo eso y luego no ser parte de ella. Cunext ha decidido apoyarles y estamos muy orgullosos de haberlo hecho.
—EY le ha designado como Emprendedor del Año en Andalucía y Extremadura.
—No lo tomo como algo personal sino como un reconocimiento a la empresa. Me parece útil y necesario todo lo que sea reconocer a las compañías para que se genere ilusión en la gente para crear más actividad. ¡No lo digo porque me lo hayan dado a mí! Es bueno el reconocimiento social a la empresa, a los trabajadores y a los directivos porque necesitamos de esa actividad económica.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete