Olga Rodríguez, escritora y periodista

«Las causas que dieron origen a las revueltas árabes se están empezando a dar en España»

La ensayista leonesa, que ha estado los dos últimos años en el meollo de las revueltas de Egipto, Yemen y Siria, da voz a los protagonistas de la primavera árabe en «Yo muero hoy» (Debate)

«Las causas que dieron origen a las revueltas árabes se están empezando a dar en España» raúl doblado

JESÚS ÁLVAREZ

Olga Rodríguez Francisco (León, 1975) es especialista en Oriente Medio. Ha trabajado como enviada especial en Afganistán, Egipto, Irak, Irán, Líbano, Yemen, Siria y Jordania, países donde ha vivido en primera persona la llamada «primavera árabe»

—¿Las revueltas las provocaron la falta de libertad o en la falta de pan?

—La falta de libertad llevaban padeciéndola décadas, pero la falta de pan se agudizó en los últimos años. El precio del pan se triplicó en Egipto y en otros países. Y la brecha entre los ricos y los pobres no deja de crecer. La clase media se ha visto empobrecida y humillada por sus gobiernos.

—¿No está pasando ahora algo parecido en Portugal, Italia o España?

—Salvando las distancias, sí. Estamos en el principio, pero ya nos está pasando. La clase media se está empobreciendo mucho y muchas de las causas que las que han provocado este fenómeno en los países árabes, con intervenciones del FMI incluidas, son las mismas que se están viendo ahora en Europa, especialmente en los países mediterráneos.

—¿Teme que lleguemos en Europa algún día a los extremos árabes?

—En las revueltas los que se han expuesto a la muerte en primera línea, ya no tenían nada que perder, y eso todavía no ocurre aquí. Pero hasta donde lleguemos va a depender en buena parte de la reacción de la ciudadanía.

—El 15-M es la única respuesta ciudadana visible en España a lo que está pasando, ¿qué le parece?

—Es una respuesta positiva. Es una muestra de indignación y cabreo que ha logrado legitimar reivindicaciones que antes eran políticamente incorrectas: por ejemplo, los déficits de nuestra democracia o de la soberanía popular en España por la actuación de los partidos políticos.

—En las revueltas árabes han tenido un papel importante las redes sociales. ¿Hasta qué punto?

—Ha sido una herramienta muy importante para sortear la censura, volcar vídeos, lanzar mensajes y dar velocidad a la organización y convocatoria, pero no estoy de acuerdo en que pueda hablarse de revoluciones 2.0. Egipto, que es donde más se usa Internet, la Red sólo llega al veinte por ciento de la población. Y en los días claves de la revolución, los gobiernos llegaron a cortar Internet.

—Y eso hizo, según cuenta en el el libro, que sectores más acomodadoycon más que perder, también se uniera a la revuelta...

—Sí, porque la clase media alta, que no sufría los problemas de carestía de alimentos, no soportó que le cortaran el acceso a Internet, y salieron también a la calle para protestar.

—Usted acude a Galeano para explicar el éxito de estas revueltas: «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo»...

—Sí, es una actitud vital colectiva que tiene mucho que ver con el optimismo, a pesar de haber sido torturados y masacrados por la policía y el Ejército. Frente a la mayoría del sofá, la minoría que tomó las calles ha demostrado que todo suma.

—¿Cuando te tocan la dignidad es cuando uno pierde el miedo, incluso el miedo a la muerte ?

—Sí. Saber que no hay ningún espacio público para ti, aunque tengas un título superior, masteres, idiomas, y que sólo puedes ser taxista o desempleado, es la muerte en vida.

—¿Por eso el grito de guerra que da título a su libro «Yo muero hoy»...?

—En la Plaza Tahrir de El Cairo moría la gente por los disparos de la policía y los que estaban detrás reocupaban el sitio que dejaban los muertos en la plaza. En 15 días en Tahrir murieron más de 800 personas.

—¿Por qué la revuelta no prendió en Marruecos?

—La reacción del Gobierno no fue tan brutal como en Egipto

—¿Qué puede pasar en Siria?

—Varias potencias extranjeras están echando un pulso por el país y esto está creando un conflicto armado al que se están sumando elementos yihadistas que entran desde Libia.

—En las dos últimas matanza en Siria han muerto más de 100 personas, de ellas 30 eran niños. ¿Qué tenía Libia que no tiene Siria para que la ONU intervenga?

—Lo que ocurrió en Libia tal vez haya servido de freno a una intervención en Siria. La misión que se aprobó fue liberar a la población civil de una ciudad, pero se siguió avanzando y armando a un bando hasta que se asesinó a Gadaffi. Los cinco países que forman el Consejo de Seguridad de la ONU son los cinco mayores exportadores de armas del mundo.

—¿Eso quiere decir que porque se haya hecho mal en Libia hay que cerrar los ojos en Siria?

—Aquí se tiene en cuenta para no intervenir que Siria tiene frontera con Israel y aquello podría converirse en un polvorín que se extendiera a toda la región. Israel y EE.UU. prefieren lo malo conocido a lo bueno por conocer.

—¿El miedo a la radicalización islamismo está justificado?

—Olvidamos que hay muchos árabes cristianos, que son más conservadores: para una árabe cristiana es más difícil divorciarse que para una musulmana. En Occidente se confunde a lo musulmán con el radicalismo islamista y conozco muchos musulmanes que proponen un Estado Laico.

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