Poesía
Ve la luz el inédito ‘Pureza’, la antesala de la madurez poética de Juan Ramón Jiménez
Cátedra lo publica por primera vez, en edición de Rocío Fernández Berrocal, como libro exento, con cuarenta y seis poemas, una veintena de ellos inéditos
![Juan Ramón Jiménez en una imagen de 1931](https://s1.abcstatics.com/abc/sevilla/media/cultura/2022/04/24/s/juan-ramon-jimenez4-kFJB--1248x698@abc.jpg)
Cada nuevo rescate de un libro inédito de Juan Ramón Jiménez , quizás el mayor poeta español del siglo XX, es un acontecimiento. Porque «no hay libro menor de un poeta mayor», como resume la doctora en Filología y reconocida experta en el poeta ... de Moguer Rocío Fernández Berrocal , que se ha encargado junto con la editorial Cátedra de que vea por fin la luz, en su prestigiosa colección de Letras Hispánicas, como libro exento ‘Pureza’ , un libro con cuarenta y seis poemas, una veintena de ellos inéditos , que son la antesala de la madurez poética de Juan Ramón Jiménez.
![Detalle de la portada de 'Pureza', editada por Cátedra](https://s2.abcstatics.com/abc/sevilla/media/cultura/2022/04/24/s/pureza-juan-ramon-ka7F-U505778884443ZD-220x270@abc.jpg)
‘Pureza’, escrito durante el último año de retiro del poeta en Moguer , donde residió entre 1905 y 1912, se sitúa en un «momento significativo» de su obra, mantiene Fernández Berrocal, ya que «es un libro que cierra una etapa y abre otra», la de la madurez poética que le llevará a las obras mayores de aquellos años, como ‘Estío’ (1916), ‘El diario de un poeta recién casado’ (1917), ‘Eternidades’ (1918) y ‘Piedra y cielo’ (1919).
Uno de sus grandes periodos creativos que concluirá con su ‘Segunda antolojía poética’ , que cumple un siglo este año, y que consolidan esa poesía pura, esencial y despojada de oropeles modernistas, que, según mantenía este Premio Nobel , es «poesía auténtica, poesía de calidad», «viva en suma».
Pero este primer periodo de madurez no le sobrevino a Juan Ramón Jiménez por generación espontánea, sino, como apunta esta especialista, que fue el fruto de un lento proceso de decantación . Es la etapa de los llamados «borradores silvestres» creados en a finca de Fuentepiña en su retiro de Moguer, años de desbordante creatividad.
La responsable de la edición reivindica este poemario, al considerar que «no hay libro menor de un poeta mayor»
Como señalaba el poeta Antonio Colinas a ‘Idilios’ , otro libro inédito de Juan Ramón Jiménez rescatado por esta filóloga sevillana, se podría hablar de estos años como «una etapa central y decisiva —Rocío Fernández Berrocal la llama «encrucijada clave»— que es la que va de 1908 a 1917. En esos años, añadiría el también poeta Andrés Trapiello , el moguereño «ha descubierto lo esencial de su poesía, y a ello le será fiel hasta el final».
En aquellos fecundos años, Juan Ramón Jiménez escribió versos para una quincena de poemarios , de los que se publicaron solo dos, aunque representantes de todos ellos aparecieron en la ‘Segunda antolojía poética’. El poeta siempre tuvo intención de publicarlos en un futuro como una versión acabada de su ‘Obra’, algo que no logró jamás por las vicisitudes que afrontó desde su salida al exilio como consecuencia de la Guerra Civil . Pero, por ese motivo, dejó más o menos ordenados en sus archivos en vista a su publicación.
Gracias a ello, en los últimos años han visto la luz algunos de aquellos poemarios, como ‘Idilios’ o más recientemente ‘Poemas impersonales’, en todos los casos siempre con la colaboración de los herederos del poeta, especialmente, de Carmen Hernández Pinzón .
Esta desbordante producción de Moguer en verso coincide, además, en el tiempo con la escritura de ‘Platero y yo’ y buena parte de las ‘Elejías andaluzas’ , publicadas también años después.
Intensidad creativa
‘Pureza’, por tanto, se asienta en un periodo de gran intensidad creativa , escrito en 1912, el último año de retiro en Moguer, y corregido posteriormente en Madrid en 1925. De su condición de punto de partida, de antesala, hacia la poesía pura habló también Pedro Garfias , como recoge en su documentada introducción Fernández Berrocal. El libro, afirmó el poeta, «tiene ya las calidades esenciales de la posterior poesía juanramoniana, aunque todavía le falte contención lírica, poder sintético».
Este poemario inicia la evolución que culminará en el esencial ‘Diario de un poeta recién casado’
En sus poemas, como explica esta especialista, Juan Ramón Jiménez abordará los «temas esenciales» que marcarán en los próximos años su poesía, como la «plenitud de lo mínimo», el «valor del instante» y el deseo de convertir «en t rascendente el momento presente ». Algo que se aprecia en versos como «Parece/este moverse el visillo, /la vida universal, todo el respiro/de la tierra, la fuerza [...] Y en la hora/clara y llena de gracia,/lo que es humilde tiene/una belleza eterna».
También se pueden encontrar en estos poemas otros motivos recurrentes en su futura producción, como la necesidad de que el escritor penetre en la realidad invisible para crear los nombres que llevan hacia la belleza o el concepto del poeta como dios inmanente que recrea el mundo.
Depuración
«En este libro se ve ya como menos divagación, menos melancolía, y más un goce del presente, una plenitud, que lo aproxima más al ‘Diario’, que a la vaguedades de su primera poesía. Y va desnudando el verso hacia una poesía pura , despojada de lo que le sobra», explica Rocío Fernández Berrocal.
![El poeta junto a su esposa Zenobia Camprubí el día de su boda en el año 1916](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/cultura/2022/04/24/s/juan-ramon-jimenez2-ka7F--510x349@abc.jpg)
A esa depuración contribuye también un hecho decisivo: el abandono de la estética modernista y las referencias a la poesía francesa que marcó sus inicios, en favor, de un lado, de un componente más meditativo que le viene de Miguel de Unamuno y, de otro, la lectura en la que se adentrará en Moguer, por consejo de la Luisa Grimm , en la poesía en lengua inglesa . Años en los que, como indica Soledad González Ródenas , lee a Blake, Tennyson, Shelley, Poe, Whitman, Byron y Yeats , entre otros,
Todas estas influencias, sumadas a la influencia de su futura esposa Zenobia Camprubí , que detestaba el exhibicionismo sentimental exagerado de su primera etapa, irán desnudando la poesía de Juan Ramón Jiménez hacia esa pureza que marcará su gran poesía y que se irá tiñendo, a partir del exilio, de una profundidad mística desconocida en la poesía española desde el Siglo de Oro .
Como ha escrito Rocío Fernández Berrocal: «Si Bécquer llevó a la lengua española a su madurez, en manos de JRJ llegó a la modernidad. Cuando esto ocurre —señala Eliot — se habla de un clásico ».
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