Festival de Cine Europeo de Sevilla
Abajo la juventud
Sólo Miguel Gomes ha salvado la aciaga jornada en la Sección Oficial
![‘La isla de Bergman’ no cumplió con las expectativas](https://s3.abcstatics.com/abc/sevilla/media/cultura/2021/11/08/s/la-isla-bergman-kChB--1248x698@abc.jpg)
El debut en la larga duración de Chema García Ibarra lo confirma como nuestro Wes Anderson ‘freaky’, un decorador de planos donde el pálpito de la verdadera vida se esfuma ante la apuesta por el control exhaustivo del espacio doméstico —aquí un ... barrio de Elche ensalzado en su aspecto hortera a partir de atrezzo ufológico y mercadería egiptológica— y de sus moradores, no-profesionales de estirpe ‘lombrosiana’ a los que se explota con cierto cariño. No estamos aquí, sin embargo, en el barrizal de ‘Destello bravío’ , pues García Ibarra salva los muebles al rozar con inteligencia su particular esperpento ilicitano con una verosímil trama ‘thriller’, lo que inculca algo de ‘pathos’ en estas máscaras semi-grotescas y les ofrece un poco de volumen con que desgajarlas del reino de la imagen fija.
Si ya ‘Maya’ (2018) hizo saltar las alarmas, ‘La isla de Bergman’ parece la tumba definitiva de Mia Hansen-Love , aquella joven que deslumbrara con ‘Tout est pardonné’ y ‘Le père de mes enfants’ y que ahora hace cine de autor para los domingos por la tarde (ese cine que, como apuntara Umbral en ‘Las ninfas’, tiene como única función prepararnos para la dura realidad del lunes). No se sabe qué es más molesto aquí, si el insoportable tonillo ‘arty’ metarreflexivo, si alentar la versión malencarada de dos buenos actores como Roth y Krieps, o la espantosa creencia, para una directora cinéfila, de que Bergman fue el superficial cineasta misántropo de la crisis sentimental y matrimonial antes que uno de los grandes y apasionados experimentadores de las formas fílmicas. Puede que fuera a Haneke a quien Mia fue a buscar a la isla de Farö.
‘¿Qué vemos cuando miramos al cielo?’ es una de esas películas que cuesta creer que aún se hagan, pues llega unos veinte años tarde, lo que tendría su gracia si el asunto no rondara las dos horas y media de metraje. Koberidze logra, eso sí, un ‘digest’ o ‘ensaladilla déjà-vu’ que hace de Kutaisi la capital del cine mundial: de la cancela Lumière al plano podólogo de Bresson, al agujereo de lo real de Kiarostami o el cine dimensional de Ruiz, al fantástico metafísico de Fitoussi o Apichatpong , del ludópata Gomes a la narrativa tentacular de Llinás … todo está aquí, tarde (además de que Claude Heymann ya contó lo del amanecer con la cara de otro, y sus consecuencias, en la olvidada ‘La belle image’ , allá por 1951). Uno, de Georgia, quiere al Otro, a un Paradjanov o un Iosseliani , no a un imitador de voces.
También ha comparecido en esta jornada, precisamente, Gomes y sus ‘Diarios de Otsoga’ , pero de ello hablaremos mañana, que merece más espacio.
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