Santiago León Domecq ingresa en la Academia de Buenas Letras
El teniente de hermano mayor de la Real Maestranza ensalza la colaboración entre las instituciones en su discurso como académico de honor
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La Real Academia de Buenas Letras ha recibido este viernes a su nuevo miembro, Santiago León Domecq, teniente de hermano mayor de la Real Maestranza de Sevilla, quien ha ensalazo en su discurso de ingreso la íntima relación entre la institución académica y la que él mismo representa. Esta colaboración, mantenida desde hace años, ha permitido desarrollar iniciativas tan interesantes como las jornadas sobre tauromaquia y cultura que se celebraron en el salón de actos de la propia academia, que tiene su sede en la Casa de los Pinelos.
Al inicio de su intervención, León Domecq ha tenido un recuerdo para todos los caballeros maestrantes que han sido académicos, remontándose a Fernando de Gabriel Ruiz de Apodaca, que ingresó en 1855, y José Sebastián y Bandarán, que lo hizo medio siglo después. Todos contribuyeron a unir lazos entre las dos instituciones y «para el que hoy tiene el honor de hablarles, han sido estos seis últimos años un periodo de estrecha vinculación y de recíproca y fructífera amistad», ha segurado, dando cuenta de la continuidad de esa relación. Entre los directores de la Academia ha destacado a Rafael Valencia e Ismael Yebra, a los que tenía especial afecto, así como al actual, Pablo Gutiérrez-Alviz, que ha pronunciado un discurso a modo de laudatio antes de la recogida del título como académico de honor que se le ha otorgado al teniente de hermano mayor de la Real Maestranza.
«La institución nobiliaria que represento, nacida en 1670, sabe muy bien que no existe mayor nobleza que la de hacerse dignos continuadores de los hechos y las glorias de nuestros antepasados», ha continuado, por eso dedica gran parte de sus recursos al fomento de la cultura, las ciencias, las artes y las letras. «Con eso queremos ser fieles a nuestros principios y al papel y la responsabilidad histórica que en cada momento nos toca desempeñar», ha recalcado.
Estrecha colaboración
Y dentro de este mecenazgo, ha destacado la colaboración de todas las reales academias sevillanas en diversas actividades como las publicaciones o la organización de jornadas científicas y culturales. Estas instituciones «siempre cuentan con nuestra ayuda y, en concreto, la de Buenas Letras con el apoyo para iniciativas como los ciclos históricos, patrocinando la publicación de su prestigioso boletín anual y convocando conjuntamente con ella el premio de Investigación, con el título genérico Cultura y Nobleza: Mecenazgo, Obra Social y Coleccionismo».
«Siempre Sus Majestades nos han alentado al dirigirse a los caballeros maestrantes a continuar sin descanso con la labor que desde hace siglos se viene desarrollando, que es seguir conjugando lo mejor de nuestros valores tradicionales con las actuales necesidades sociales, culturales y humanas de Sevilla», ha resaltado. De la misma forma ha considerado «sugestivo» que dos instituciones con tanta historia «compartan en estos tiempos su afán de innovación y de modernización, ajustándose al desafío que nos presentan la realidad actual y los requerimientos de los difíciles nuevos tiempos que vivimos».
«Ha cumplido históricamente esta real academia y aspira a seguir cumpliéndo un papel angular en la formación de la conciencia cultural de Sevilla y sigue siendo una referencia insoslayable a la hora de articular una visión de la ciudad asentada en el rigor histórico y en la seriedad investigadora, lejos de los fáciles estereotipos que tantas veces deforman su verdadera personalidad», ha sentenciado. Y por eso mismo se ha comprometido a que su corporación siga apoyándola en esta tarea.
Santiago León Domecq ha recordado igualmente a académicos «que brillaron con luz propia en ámbitos de la investigación, la creación intelectual y la difusión del conocimiento» como Cándido María Trigueros, Alberto Lista, José Blanco White, Pablo Forner, Manuel María del Mármol, justino Matute, Amador de los Ríos o Antonio Machado Núñez, Francisco Rodríguez, Marín, Joaquín Guichot, José Gestoso, Luis Montoto, etcétera. «Son nombres espigados de una extensa relación que refleja lo más valioso de la tradición cultural de nuestra ciudad de los últimos tres siglos», ha asegurado.
Mecenazgo
En ese afán de fomento del conocimiento que lleva a cabo la Real Maestranza hizo especial mención a los Premios Universitarios con los que se reconoce «la excelencia, el esfuerzo y el afán por aprender de nuestros alumnos, algo que supone, por parte de la corporación una firme y decidida apuesta en el apoyo a la ciencia y al desarrollo de los diversos campos del saber», resaltó.
Así, ha recordado que desde el año 1966 se conceden estos galardones a los mejores expedientes académicos de sus facultades y escuelas técnicas. «De los cinco premios de los que partimos hemos llegado a veintiséis que se entregan en la actualidad en un solemne acto público que en el año 2006 presidieron los entonces Príncipes de Asturias y en 2015 lo hizo Don Felipe ya como monarca reinante», dijo. También ha compartido que «el actual director de la Academia de Buenas Letras fue premio de la Real Maestranza al mejor expediente en 1982».
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