Crítica de Flamenco
'Caprichos'
- Baile, coreografía y dirección artística: Javier Barón
- Baile y coreografía: Rosario Toledo
- Dramaturgia y dirección de escena: Alfonso Zurro
- Composición, dirección musical y guitarra: José Torres Vicente
- Cante y cajón flamenco: Antonio Campos
- Percusión: Karo Sampela
- Clarinete: Javier León
- Oboe: Jacobo Díaz.
- Teatro Central: Estreno absoluto
- Día:
- 3 de septiembre de 2024
La obra 'Los Caprichos de Goya' ejemplifican un mundo en crisis, una idea constante de cambio, algo que puede transportarse con naturalidad desde el siglo en el que vivió el gran pintor aragonés a nuestros días. Vinculados a distintas tradiciones, cultas, populares, desde los ... escritos de los ilustrados, a los refranes, el carnaval, el teatro..., este mundo mágico de los sueños ha nacido de la razón pero niegan la razón a través del sueño. La sátira sobre la sociedad española del siglo XVIII, está servida.
Estas y otras son las justificaciones de la importantísima obra de Goya en la que se ha basado la obra 'Caprichos' de Javier Barón y Rosario Toledo, con la importante dirección escénica y dramaturgia de Alfonso Zurro,que realizó en la noche del 3 de septiembre en el Teatro Central su estreno absoluto.
Esta es una de las ocasiones en las que la figura del dramaturgo y director es fundamental, no sólo por la intensidad en este caso de los 'Caprichos', sino porque al ver el resultado de la puesta en escena parece claro que esa mirada externa de alguien como Alfonso Zurro, experimentado autor y galardonado director teatral, ha conseguido sacar unos registros hasta ahora desconocidos de los bailaores Javier Barón y Rosario Toledo, sacándolos de su zona de confort y convirtiéndoles en el instrumento para realizar el relato dancístico de la obra de Goya.
Otra de las bazas importantes de este espectáculo es la composición musical de José Torres Vicente, quien también toca la guitarra en la obra, una guitarra a veces, «poco flamenca», pero eficacísima a la hora de conseguir el ambiente sonoro y musical junto al oboe, el clarinete y la percusión. Todo ello conforma una banda sonora de gran factura y calidad, y sobre todo, es la que necesita esta obra. En lo musical la voz fundamental de Antonio Campos, quien pone el incuestionable punto flamenco a esta banda sonora.
Dieciséis son los 'Caprichos' elegidos de entre los 80 que realizara el pintor, y hay que ir con extrema atención a lo largo de la obra porque cada uno de ellos tiene una corta duración, a veces tres o cuatro minutos, por lo que enlazan unos con otros con la agilidad necesaria para que el relato tenga ritmo.
Tanto Rosario Toledo como Javier Barón son los protagonistas absolutos de este paso a dos constante, que se desarrolla en una estancia que parece una mudanza, escenografía de Alvaro Delso, llena la escena de muebles tapados con plásticos y cajas por abrir, donde se ve algún cuadro del grabado de los 'Caprichos'. El estupendo vestuario de Gloria Trenado y la espléndida luz de Florencio Ortiz completan la ficha técnica.
![Rosario Toledo y Javier Barón en el inicio de la obra 'Caprichos'](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/10/04/baron-bienal-tres-U00070028833GQu-760x427@diario_abc.jpg)
Javier Barón y Rosario Toledo se han dejado llevar por los 'Caprichos', metiéndose en el papel interpretativo con solvencia. De Rosario Toledo sí conocíamos su vena humorística que en algún otro espectáculo hemos podido ver, así como la de interpretación, pero Barón se prodiga mucho menos en este aspecto. Pues bien, Zurro ha conseguido que ambos estén cómodos en sus respectivos papeles; hay complicidad entre ambos; las coreografías son exigentes y muy elaboradas en cuanto a la expresión de brazos, en el Capricho de la Rayuela por ejemplo, y siempre que meten los pies el zapateado suena ágil, sonoro, musical y en ocasiones vertiginoso.
Hay humor, mucho, sobre todo como cuando Rosario Toledo cuenta la impagable anécdota de cómo conoció a Rafael Alberti en Cádiz saliendo del instituto, «y veo a un hombre de melena blanca rascando su zapato en el suelo, y es que Rafael Alberti acababa de pisar una mierda gaditana» (el público estalla en risas), o cuando se reinventan uno de los 'Caprichos' convirtiéndolo en el de 'Brad Pitt', con careta incluída. Hay humor, mucho, y eso es algo que se ve muy poco hoy día en la escena flamenca.
Espléndida la escena de la boda, con guiños constantes al público, en un falso final que da paso al último 'Capricho' titulado 'Baile«, como no podía ser de otra forma.
Es una obra densa, en la que hay que ir 'preparado', simplemente leerse el programa, para poder seguirla como si la lista de los 'Caprichos' fuera un mapa, y en la que hay dos bailaores, de muy diferentes talantes y estéticas que han conseguido conectar en escena y trasladar esa conexión de forma eficaz y auténtica al espectador, en un relato ágil compuesto además por muy buen baile. Con 'Caprichos' se ha clasurado el programa de la Bienal de Flamenco en el teatro Central. Buena clausura.
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