Manuel Marlasca: «El caso Marta del Castillo estuvo maldito desde el principio»

—¿Por qué ha dado el salto de investigador de sucesos a escritor de novela negra?

—Ha sido un salto con mucho vértigo. Antes que escritor y periodista, soy muy lector. Leo entre 30 y 50 libros al año. Esas lecturas dejaron un poso en mí. El otro factor son los 36 años que llevo como periodista de sucesos. Esa trayectoria me ha dado miles de historia: Puerto Hurraco, Alcàsser, Marta del Castillo… En todos los crímenes importantes desde 1988 he estado yo. He tenido la fortuna de conocer también a muchos investigadores. Esa es la parte de documentación que me he ahorrado y que tiene que hacer cualquier escritor. Si hubiese centrado mi novela en un puerto, hubiera tenido que estar viviendo ahí para documentarme bien.

—¿Qué atractivo tenía escribir una trama de ficción?

—El atractivo para mí era enfrentarme a un reto. No ha habido ninguna ligereza ni frivolidad en nada de lo que he hecho. Ha sido como un reto deportivo. He corrido maratones y esto era un reto parecido. Quería hacer una novela en lo formal muy rigurosa para que no se ruborizase cuando estuviera al lado de las novelas de otros grandes escritores. También quería hacer una historia con personajes creíbles. Ha habido dos esfuerzos muy grandes en los más de 500 folios de la novela: hacerla verosímil y creíble, y luego ser muy cuidadoso en lo formal. Si publicas literatura, te debes a quienes hacen literatura. Debes de seguir las normas de la literatura. El periodismo es otra cosa bien distinta.

—¿Cómo definiría al grupo X?

—Lo definiría como un grupo de gente heterogénea, con tres generaciones de policías, pero con el punto en común de reparar a las víctimas el daño que han sufrido. En este caso, el asesino priva a la víctima de humanidad y dignidad. Los policías tratan de que esa mujer que ha sido víctima recupere la dignidad. Los asesinos que he investigado han cosificado a las víctimas. Los policías deben restituir esa dignidad a las víctimas. Es algo que traspasa el trabajo policial y que se debe hacer para detener al asesino. Todo el trato humano hacia las víctimas y los familiares es un añadido al trabajo de un policía, pero es fundamental. Si no, es muy complicado que se pueda iniciar el duelo por la víctima. La policía tiene un papel muy importante porque acompaña en esos primeros momentos del duelo.

—¿Cómo es el inspector Jimmy Valle?

—Es un tipo muy descreído, taciturno y solitario. Un día se hizo policía para salvar el mundo, pero se da cuenta de que esto no es posible. Él hace su trabajo. Me quedaría muy tranquilo si conociera a una persona como él por cómo hace su trabajo. Tiene partes de sombras y oscuridad, pero se compromete con su trabajo. Los policías de homicidios deben estar muy comprometidos con lo que hacen. En mi novela los policías tienen puntos más claros y toros oscuros porque nadie es absolutamente bueno ni malo.

—También juega un papel fundamental Julia Zaldívar.

—Julia Zaldívar representa a esa generación de policías jóvenes con varios grados que lleva una vida sana y que bebe batidos de proteínas. Son de una generación joven muy preparada, pero no tienen ninguna calle. Uno de los atractivos de la novela es ver cómo chocan y se complementan esas dos escuelas de policía, la de Jimmy Valle y la de Julia Zaldívar. Ahora están conviviendo en la vida real esas dos generaciones. Pero al final es cierto que se ponen de acuerdo pese a las diferencias tan grandes que tienen.

—¿El grupo X ha llegado para quedarse?

—Eso lo dirán los lectores. Ojalá que sí. Me encantaría seguir con la serie, pero depende de la acogida de los lectores. Me están rondando nuevas historias. Tengo nuevos problemas y crímenes para estos personajes.

—La respuesta de los lectores está siendo muy positiva, ¿no?

—Los lectores que han leído la novela la están disfrutando mucho. Cada uno tiene su personaje favorito, pero las reseñas están siendo muy buenas.

—¿La realidad es más cruel que cualquier obra de ficción?

—La realidad es infinitamente más rica que la ficción. La realidad nos da cada día casos que el novelista más retorcido es incapaz de darnos. Si enumerase los casos que he investigado, es imposible que ningún guionista pensara en crímenes como el de Dos Hermanas, donde enterraron en una fosa séptica bajo un cuarto de baño a un hombre, una mujer y a una niña, cuando parece que esta estaba aún viva, y luego los cubrieron de sosa cáustica.

—¿Qué piensa del caso de Marta del Castillo?

—Que estuvo maldito desde el principio. Los inicios de la investigación complicaron lo que hubo después. Luego fue difícil recomponer las cosas. Siempre en un homicidio los primeros pasos son fundamentales. Una mala toma de declaración te puede arruinar la investigación de un crimen. En el caso Marta del Castillo haría falta que uno de los implicados tuviera algo de humanidad para decir donde está el cadáver.