cultura
Juan Manuel de Prada presenta su monumental novela sobre la Francia ocupada en una Feria del Libro de Sevilla llena de público
El escritor ha presentado 'Mil ojos esconde la noche' junto a Eva Díaz Pérez
Juan Manuel de Prada: «Los intelectuales y artistas defienden en privado una cosa, pero en público acatan toda la morralla»
Tras las aciagas jornadas del miércoles y el jueves, donde la Feria del Libro de Sevilla tuvo que cerrar sus puertas a consecuencia del temporal que ha azotado toda España, el pasado viernes retomó su actividad con normalidad y este sábado el público ha respondido en masa llenando el recinto de los Jardines de Murillo durante toda la mañana. La carpa Hermanos Machado también ha contado con muchos asistentes para la presentación de la que es hasta la fecha última novela del escritor y articulista de ABC Juan Manuel de Prada, 'Mil ojos esconde la noche' (Espasa), un retrato certero y muy fiel de la Francia ocupada por los nazis en 1940-1941 a través de la mirada del falangista Fernando Navales, que ya protagonizara 'Las máscaras del héroe'.
La presentadora del acto ha sido la escritora y periodista Eva Díaz Pérez, quien ha señalado de la obra de Prada que «ha sabido asimilar la tradición para darle su estilo personal. Soy una lectora fiel de sus novelas, de sus auténticas epopeyas literarias. Y esta es una nueva epopeya literaria comparable a los 'Episodios nacionales' de Galdós, a la serie de 'El laberinto español' de Max Aub y a los 'Episodios de una guerra interminable' de nuestra querida Almudena Grandes». Según esta autora, «esta novela muestra el mundo de la bohemia alucinada y Juan Manuel ha hecho un trabajo admirable para reconstruir aquel tiempo. Se ha bebido lo mejor de la prosa de autores como Baroja, Valle-Inclán o Cela, pero con estilo propio».
Juan Manuel de Prada ha comenzado diciendo que la novela ocupa 1.300 páginas y que, por decisión del editor, se dividió en dos partes, «la primera que ocupa los años 1941 y 1942, con esa Francia ocupada por los nazis y en donde los alemanes van ganando la guerra. La Falange vigilaba en París a los españoles exiliados de la República. La segunda parte va de 1942 a 1944 y el paisaje ya es distinto porque Alemania empieza a perder la guerra. Ahí Navales experimenta un cambio».
Sostiene el autor de 'La tempestad' que «todo lo que se cuenta es cierto. Muchos españoles ocultaron lo que hicieron en esta época». En ese sentido ha puesto el ejemplo del periodista César González Ruano, que «cuenta cosas pero no te puedes fiar». También ha aludido el libro de Carles Fontserè 'Un exiliado de tercera'. Este cartelista republicano confiesa en su libro de memorias que «colaboró con periódicos antisemitas porque tenía que comer». A partir de aquí ha dicho que «tenemos una imagen muy peliculera de esta época derivada del cine. En mi novela no aparece la Gestapo, sino la SD, que era la policía de las SS y la verdaderamente dura. La Gestapo era la Policía del Estado». También ha señalado que los nazis apenas aparecen en la novela porque ha preferido centrarse en la colonia española en París, que es «un mundo poco conocido».
También este autor ha dicho que en aquellos años «hubo muchos getas», y ha señalado en ese sentido al pintor aragonés Manuel Viola, que fue muy popular en aquellos años y que «se lo inventó todo». «Él se vendió como antifranquista, pero su casa en París la consiguió gracias al cónsul en París. Eso lo averigüé gracias a los archivos policiales, que son muy buenos porque revelan la verdad». Asimismo, ha revelado que en la Biblioteca de Cataluña «hay archivos y correspondencia privada de esta época con cosas incómodas. Los hijos de estos artistas como Emilio Grau Sala se deshacen de estas cartas privadas que al llegar a los archivos se hacen públicas».
Por otra parte, ha querido recordar el caso de Gregorio Marañón, destacado intelectual de la II República del que, durante muchos años, «sus familiares lo han vendido como representante de la tercera España, pero eso es falso. Él fue un intelectual de la República pero en estos años colabora con Falange en París. De hecho, la biblioteca que tiene la Falange en París la ordenan la mujer e hijas de Marañón». Sin embargo, también esta novela desvela un episodio hasta ahora desconocido del médico y escritor cuando pronunció una conferencia por el Día de la Raza (12 de octubre) ante una sala llena de nazis y falangistas: «Fue una conferencia heroica porque dijo que la raza es la lengua y que todos los que hablan español eran de nuestra raza. Ahí hizo una defensa de los sefardíes. Los nazis censuraron esa conferencia heroica, que no llegó a la prensa española ni a la francesa».
El autor de 'Lucía en la noche' asegura que «los archivos me han cambiado la vida, ya que no podría escribir sobre esta época sin los archivos. El problema de la literatura española que escribe sobre esos años es que lo hacen sobre mitos y tópicos. El escritor debe liberarse de la esclavitud de su tiempo. La morralla ideológica de tu tiempo te esclaviza. Chesterton hablaba de que el escritor de librar de su tiempo. Hay que escribir para la generación del futuro, para los que aún no han nacido».
Los nazis no molestaron a Picasso
El caso más paradigmático de los artistas 'desenmascarados' en 'Mil ojos esconde la noche' es el de Picasso, a quien Fernando Navales describe como un «pintamonas con aspecto de garabatista». Según Juan Manual de Prada, el artista malagueño es un ejemplo de «construcción de una biografía ficticia» y ha añadido que «humanamente era un personaje muy deplorable, además de que se ha rodeado de una aureola ideológica falsa». Tras haber investigado en los archivos policiales, el escritor ha descubierto que los nazis jamás emprendieron ninguna acción en contra de Picasso. Eso se debe a que cuando Hitler visitó el París ocupado en 1940 en 1940 le preguntó a su escultor, Arno Breker, qué debía hacerse con los artistas que había en París que simbolizaban el llamado «arte degenerado». El escultor le dijo que «París debía ser un escaparate y había que dejar tranquilo a los artistas, especialmente a Picasso y Cocteau». Por eso, según Prada, «Picasso hizo lo que le dio la gana. Lo pillaron fundiendo bronce cuando eso estaba totalmente prohibido porque lo usaban para el armamento, pero no le pasó nada. También lo pillaron evadiendo divisas y tampoco no pasó nada. Cuando a los nazis les fue peor la guerra, descubren en el banco una caja blindada de Picasso con y no se la entregaron. Picasso era tan rico que dicen que tenía un armario en su casa lleno de lingotes de oro».
A esto ha añadido que el artista malagueño «se inventó su propia película como resistente, pero no se hizo comunista una vez que son derrotados los nazis. Durante la guerra no tuvo una actividad política». Sobre este tema finalizó diciendo que la «condición humana de Picasso se parece a la de una hiena». En cuanto a las acusaciones que tuvo de maltrato con sus mujeres, señaló que «la violencia psicológica destroza a las personas. Una mujer se suicidó por Picasso y Dora Maar se quedó destrozada. Nuestro juicio sobre un hombre ilustre no tiene que ver con su arte»
Respecto a la figura de Navales, este personaje es un villano pero el escritor asegura que «quería crear un antihéroe que despertara cierta simpatía en el lector. Me ha influido 'La conjura de los necios' de John Kennedy Toole. Ahí está Ignatius Reilly, que es un malvado y un misógino, pero crea una ternura. Yo quería que Navales, que es un villano, creará cierta simpatía. Es un villano, pero con sensibilidad artística. Ve por ejemplo a María Casares y se conmueve. Nadie es un villano absoluto».
Respecto al corresponsal de ABC en París Mariano Daranas, que aparece en la novela y que hoy en día es recordado por denunciar la actitud de Manuel Machado tras el levantamiento nacional, hecho que hizo que fuera encarcelado, Prada asegura que «más que un villano era un fanático. La gente se tomaba muy en serio la nueva España de Franco y gente como Daranas piensan que lo que hace Machado le parece muy tibio. No soporta que liberales que habían vivido en la República como Marañón hubieran sido perdonados por Franco». Además, ha añadido que a Daranas «le tocó vivir una época en la que se pedían adhesiones fuertes. En los archivos policiales de París descubrí que casi todos los republicanos del exilio colaboraron en las actividades de la Falange por supervivencia. No niego la existencia de villanos y santos, pero la mayoría estamos entreverados y tenemos ramalazos de villanos y de santos».
También el autor de 'El séptimo velo' ha calificado de «vergüenza» la actitud de Francia durante la Segunda Guerra Mundial. «Tras haber caído en apenas dos meses contra los alemanes, al final Francia consigue que se les reconozca como una de las cuatro potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, cuando tuvo en verdad una postura ignominiosa. Eso lo logró De Gaulle». También el escritor ha criticado que los franceses no ejercieran ninguna resistencia en el primer año de la ocupación. «Sólo cuando Stalin avanza pide a los comunistas franceses que resistan. Tras la batalla de Stalingrado de 1943, en la que pierden los nazis, miles de personas se alistan a la resistencia. Lo que sí hubo fue mucho colaboracionismo».
Finalmente ha dicho que tiene ideas para continuar la historia de Fernando Navales en el Madrid de la posguerra en el año 1944. Tras mostrar la trayectoria de este personaje justo antes de la Guerra Civil en 'Las máscaras del héroe' y ahora en la Francia ocupada, Eva Díaz Pérez le ha preguntado a Prada si hará una novela de Navales ambientada plena contienda española. Ante esta cuestión el escritor ha dicho que «la escribiré cuando sea más adulto, porque si publico ahora una novela de Fernando Navales ambientada en la Guerra Civil me crucificarían y me cerrarían las pocas puertas que aún tengo abiertas». Además, ha señalado que «lo que ocurrió en el año 1936 fue muy fuerte y tengo que ser más adulto para poder contar esa historia».
Los libreros, satisfechos por los tres días de prórroga
Por otra parte, los libreros consultados por ABC se han mostrado satisfechos por el nivel de público que está asistiendo a la Feria del Libro de Sevilla durante este fin de semana, algo que compensará los dos días de cierre por la lluvia. Igualmente han aplaudido la medida adoptada por el Ayuntamiento de Sevilla de ampliar este evento hasta el próximo miércoles después de que el recinto de los Jardines de Murillo estuviera cerrado el miércoles y el jueves por causa de la lluvia. Aunque no haya actividades durante los tres días de prórroga, los libreros confían en que el público se siga pasando durante esas jornadas.
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