Los Farruco y la Navidad más larga del mundo

Llevan varias ediciones presentando un espectáculo conjunto por estas fechas, aunque todo comenzó como una excusa: «Como por trabajo no coincidimos, se me ocurrió que hacer una obra todos era una forma de estar juntos desde octubre hasta enero, así no lo solo festejamos el 24 y 25 de diciembre», comenta. «Es mucha la confianza que tenemos, pero más el respeto. El formato ha ido creciendo y esta vez venimos con el más ambicioso de los proyectos en cuanto a producción. Es el primer musical flamenco, con Josemi Carmona detrás y otros instrumentistas. La idea es la misma: mostrar lo que ocurre en casa».

Y qué se baila, le pregunto. Y a quién añoran: «Bailamos de todo: desde un villancico hasta Juan Luis Guerra y Michael Jackson. Echamos de menos a mis abuelos y a mi padre, a La Faraona... Sin embargo, esas sillas vacías las han ocupado otros. Están las mujeres de mis hermanos, la mía, mis niñas…», sonríe como solo hace un padre vencido a la alegría. Y su niña, Soleá, que en 2020 representó a España en Eurovisión Junior, participa en la obra 'Un cuento de Navidad': «Cuando no disfrute del escenario, la quito. Ahora me cuesta bajarla. ¡Niña, salte ya!», vuelve a reír, recordando, estoy seguro, el instante de verla recreándose bajo los focos.

Dice que bailar de oficio es lo peor, pero que alguna vez ha tenido que hacerlo: «Me ha sucedido dos horas antes de una actuación. Cuando me calzo las botas, me entrego con lo que tenga». Las vivencias, para él, que en mil fiestas ha estado, son importantes: «Para contar hay que vivir. No somos atletas». La falta de convivencia en la profesión la acusa a la falta de afición, no de tiempo. No bebe alcohol, señala, «pero me dan las claras del día con facilidad». La Navidad de su casa es una estación.

El Cigala no tiene música propia en los oídos de sus seguidores; con cientos de ellos lo he comprado. Sin embargo, es una estrella del flamenco y de la música en España, Latinoamérica, donde reside, Europa y Estados Unidos. Ha consolidado una trayectoria de éxitos a través de la versión aflamencada de canciones populares. No son suyas, pero las ha hecho propias sin añadir más elementos que la voz.

Se cumplen veinte años desde que triunfó junto a Bebo Valdés con el álbum 'Lágrimas negras' y anda por el mundo festejando la efeméride. Su siguiente parada: hoy mismo, jueves 15 de diciembre, en el auditorio Cartuja Center Cite de Sevilla, donde a partir de las 21 horas interpretará los temas que le auparon a la fama: 'Corazón loco', 'Se me olvidó que te olvidé', 'Inolvidable'... Logró vender más de dos millones de discos en aquella aventura. Y se dedicó, desde entonces, a la versión de rancheras, tangos argentinos, milongas y gran parte del folclore de la otra orilla del Atlántico. Rebelde, caricaturesco, bohemio… su imagen es un icono fuera de nuestras fronteras, tiene presencia en las programaciones más destacadas del mundo, notoriedad en televisión y se ha codeado con lo más granado de la cultura universal, entablando amistad, por ejemplo, con Gabriel García Márquez o el propio Bebo. Entre el surrealismo y la sorpresa ha vivido lo que ahora canta.