cultura
Eva García Sáenz de Urturi: «A mí las musas nunca me han visitado, todo ha sido a base de horas de esfuerzo»
La escritora ha firmado en la Feria del Libro de Sevilla ejemplares de la reedición de su novela 'La vieja familia', primera de 'La saga de los longevos'
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Eva García Sáenz de Urturi ha firmado esta semana en la Feria del Libro de Sevilla
Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria, 1972) ha estado esta semana en la Feria del Libro de Sevilla, donde pudo firmar muchos ejemplares de algunas de sus novelas más destacadas ante una gran legión de seguidores. Acaba de publicar 'La vieja familia' ... , primer volumen de 'La saga de los longevos', que estaba totalmente agotado y que ahora ha reeditado doce años después Planeta. En esta novela se habla sobre una serie de personajes misteriosos que llevan viviendo miles de años y que deben cambiar su identidad cada cierto tiempo para no ser descubiertos. El plan es reeditar también en 2025 la segunda parte, 'Los hijos de Adán' y dar el cierre a esta trilogía con una nueva novela totalmente inédita, 'El camino del padre', que también aparecerá el próximo año y que supondrá el cierre perfecto de esta serie.
—¿Qué supone para usted volver a la Feria del Libro de Sevilla y reencontrarse con sus lectores?
—Los lectores de Sevilla son muy amables y educados. Normalmente es un público muy lector y culto, ya que tiene gran respeto al autor, te tratan de usted y vienen con las novelas leídas.
—¿Por qué ha vuelto ahora a 'La saga de los longevos'?
—Las dos novelas aparecieron en 2012 y 2014. Los lectores seguían pidiendo esta saga. El público pedía esos libros, pero estaban agotados en las librerías. Agradezco a Planeta el esfuerzo de editar las dos primeras novelas, además de publicar la tercera parte, que será el cierre de la saga. La segunda y tercera novela aparecerán en 2025. En esta reedición, sobre todo ha habido una labor de suprimir pequeñas subtramas que tenían que ver con el museo de arqueología para darle más fluidez a los textos. En 2024 leemos de manera distinta al 2012. Después de nueve novelas y más de tres millones de lectores ha habido muchas horas de oficio. He reeditado la novela de forma honesta tal y como la hubiera escribido ahora en 2024.
—Además, era casi imposible encontrar estas novelas en el mercado de segunda mano.
—Encontrar las dos primeras novelas era casi un incunable. Había escrito sobre libros de segunda mano en varias novelas mías como 'El libro negro de las horas' y no me esperaba que pidieran 760 euros por esa primera edición del primer libro de 'La saga de los longevos'. Me parecía que lo más lógico era que se reeditaran y que la gente lo pudiera comprar a 20 euros.
—¿Qué significa para usted reeditar esta novela doce años después?
—Los lectores han cambiado mucho, están los móviles y a todo el mundo le cuesta trabajo concentrarse. Los verdaderos lectores se deben aislar de los móviles y dedicarle unas horas a la lectura. Eso implica que los escritores hayamos cambiado nuestra manera de escribir. Ahora no tenemos tanta paciencia para aguantar 250 páginas de descripciones sin un conflicto, como ocurre en novelas como 'Ana Karenina'.
—'La saga de los longevos' reflexiona sobre la inmortalidad. El grupo Queen escribió una canción para la película 'Los inmortales' en la que se preguntaban quién quería vivir para siempre.
—'Los longevos' siempre ha sido una novela muy especial y lo que le ha rodeado ha sido algo épico o mágico. Los lectores me piden después de doce años qué ha pasado con Iago, con Adriana, Jairo y otros personajes. Te planteas delante de un espejo si quieres vivir tantos siglos. Lo que quise fue llevar esa premisa de la inmortalidad al día a día. Toda la industria farmacéutica busca la eterna juventud, pero yo me planteo si de verdad eso nos haría más felices. Los nacidos a partir de 2005 van a tener una esperanza de vida de unos 120 años. La esperanza de vida de los que nacimos en los 60 o 70 puede llegar a los 100 años. La ciencia busca que lleguemos a los 100 años, pero con más décadas de salud. Lo que se está buscando es salud.
—Lo que nadie discute es que detrás del éxito de sus novelas hay un enorme esfuerzo
—Cualquier profesión creativa tiene una visión desde fuera muy romántica. Mi particular batalla es quitarle ese romanticismo a la escritura, y siempre lo defiendo en mis conferencias, firmas, etc. Se habla del talento, de las musas, pero a mí las musas nunca me han visitado, todo ha sido a base de horas de esfuerzo. Siempre he dicho que hacer una novela es como hacer una tesis doctoral, que te solía llevar unos cinco años. Hoy en día se nos exige que publiquemos incluso cada año y eso tiene una carga enorme de trabajo. Cada escritor decide cuándo publicar, si cada año o cada dos o tres años.
—¿Sus novelas tienen un Macguffin hicthockniano, es decir, algún elemento irrelevante que puede despistar al lector y luego desaparecer de la trama?
—Mis novelas no tienen un Mcguffin como en las películas de Htichtock. En todas las novelas lo que sí existe es un leitmotiv. En las novelas de la serie Kraken está el elemento de la protección, el eguzkilore. Es una planta –un cardo que crece en estado salvaje– que se usa como elemento que se pone en los caseríos vascos para que no entren los espíritus nocturnos. En 'La saga de los longevos' está la lavanda y la vuelta a la naturaleza. Iago cuida la lavanda, es esa parte de hombre salvaje que queda. Cada diez años tienes que cambiar de identidad para que la gente no se dé cuenta de que no envejeces. Eso supone que al final tengas que renunciar a enamorarte y formar una familia, porque deberás cambiar de identidad cada diez años.
—¿Qué novela o novelas hizo que usted decidiera convertirse en escritora?
—He sido muy lectora desde niña. Con 18 años me marcó mucho la trilogía de la serie 'Océcano' compuesta por las novelas 'Océano', 'Yaiza' y 'Maradentro', de Vázquez-Figueroa. Eran novelas de costumbrismo mágico. Es un escritor que hace mucha novela de aventura, eso en aquellos años estaba de moda y además han envejecido muy bien.
—¿Por qué es tan complicado escribir un buen thriller?
—El thriller es de los géneros más difíciles porque requiere un mecanismo de relojería. Tienes que meter varios sospechosos, uno más sospechoso desde el principio, otro segundo sospechoso que aparece luego y el culpable real del asesinato, que está presente desde los primeros capítulos y que al final es el culpable porque se ha producido un cambio de función en la trama. Son novelas muy técnicas que requieren de planificación. Lo bonito de escribir novelas es que si no me retan intelectualmente, lo voy a pasar mal. Tienes que mantener el enamoramiento vivo.