Suscríbete a
ABC Premium

XXII Bienal de Flamenco de sevilla

Esencial Rafael Riqueni

El guitarrista sevillano protagoniza un soberbio recital en el Lope de Vega, de los que permanecen años en la memoria de los aficionados

Luz Arcas, Riqueni y un concierto de clausura para el cierre este sábado de la Bienal

Rafel Riqueni durante su concierto en el Lope de Vega J. M. Serrano
Jesús Morillo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Bienal de Flamenco de Sevilla

'Herencia'

  • Guitarra: Rafael Riqueni
  • Sonido: Manu Meñaca
  • Diseño de luces: Antonio Valiente
  • Dirección artística: Paco Bech
  • Lugar: Teatro Lope de Vega
  • Fecha 1/10/2022

Rafael Riqueni echó uno de los cierres posibles —hasta tres citas había ayer en la jornada de clausura— a la Bienal de Flamenco con un recital en un Teatro Lope de Vega con las entradas agotadas desde el arranque del festival y de esos que con los años permanece en la memoria de los aficionados. Una cita que podría calificarse de esencial, al menos, en dos de las acepciones que recoge para este adjetivo el diccionario de la Real Academia Española: «perteneciente o relativo a la esencia» e «imprescindible o absolutamente necesario».

Porque, para empezar, lo que propuso el autor de álbumes tan aclamados como 'Mi tiempo' (1990) o el más reciente 'Parque de María Luisa' (2017), fue un recital que fue no solo a la esencia del flamenco de concierto, sino a la del estilo único e intransferible de Rafael Riqueni.

Al desnudo

El guitarrista se presentó al desnudo, acompañado tan solo de su instrumento, sin palmas ni cajones que pudieran distraer al espectador de lo que fue un recital sin aditivos, de guitarra en estado puro, donde el flamenco sostenía un discurso en el que respiraban otras influencias, del nacionalismo español a las armonías clásicas, presentes en temas como 'Farruca bachiana', con referencias al genio de Eisenach pero también a la visión que ofreció de él en sus composiciones el brasileño Villa-Lobos.

Todo ello con un intérprete que exhibió una envidiable plenitud de facultades, con virtuosismo y sensibilidad sobrados para ir desgranando diferentes tonalidades según evolucionaba el recital, sustentado en una puesta en escena tan austera —solo unos detalles de escenografía con referencia a la guitarra y una lograda iluminación— como efectiva para situar en el centro del escenario a Riqueni y su guitarra.

Desde el comienzo, el sevillano exhibió ganas y un toque limpio y preciso, capaz de extraer a su instrumento esa sonoridad poderosa y absolutamente flamenca que mostró en 'Soleá de los Llanos', que arrancó los primeros 'oles' del respetable y que puso los cimientos de la hora y media —tres bises incluidos— de maestría en el toque. Cuando continuó con uno de sus clásicos de su discografía, esos fandangos dedicado 'Al Niño Miguel', Rafael Riqueni ya tenía en su bolsillo al público del Lope de Vega.

Otra de las claves del éxito del guitarrista estuvo en la elección del repertorio y su modulación en escena, arrancando potente y ofreciendo su personal visión sobre los palos clásicos en la primera mitad del concierto, con momentos tan especiales como una seguiriya de extraordinaria hondura.

Lirismo y sutileza

En la segunda, desarrolló más ese toque lleno de lirismo y sutileza, más abierto a otras influencias más allá del flamenco y, por eso mismo, más personal, que tan bien condensó en 'Parque de María Luisa'. Sensibilidad extrema del guitarrista en 'El Estanque de los Lotos', otro de los momentos más aplaudidos de la noche.

Para el final, Rafael Riqueni se reservó un toque por tangos capaz de poner en pie al Lope de Vega, pleno de ritmo y sabor, así como unas bulerías que fueron creciendo a a cada nota, con el guitarrista sabedor que había logrado un nuevo triunfo en su ciudad. De por medio en los bises, como no podía ser de otra manera, acometió 'Amarguras', otro clásico de su repertorio y con la que el público sevillano contiene el aliento en cada nota.

No quiso el guitarrista irse sin dar las gracias al calor recibido del público que «me permite seguir haciendo lo que más me gusta en el mundo, que es tocar la guitarra». Y que sea por muchos años, porque durante el recital del Lope de Vega Rafael Riqueni, aplaudido durante minutos tras el final, ilustró la otra acepción de 'esencial' a la que hacía referencia al principio de esta crítica, es decir, que este intérprete y compositor es una figura «imprescindible» para el flamenco contemporáneo.

Había otros posibles finales para esta Bienal de Flamenco, aunque muy pocos con el sello de clásico y la condición de «absolutamente necesario» que tiene Rafael Riqueni.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación