literatura
Felipe Benítez Reyes: «Tengo mucha capacidad mimética. Si me hubiera dedicado a la pintura, hubiera sido un buen falsificador»
El literato ha recogido el XIII Premio Iberoamericano de Poesía Hermanos Machado, que otorga la Fundación Lara, por su obra 'La ocasión y el homenaje'
Felipe Benítez Reyes recibe en Sevilla el XIII Premio de Poesía Hermanos Machado
![Felipe Benítez Reyes, este miércoles en Espacio Santa Clara](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/06/14/felipe-benitez-dos-RfkKvqBdxwTeCLPQXmbUd8M-1200x840@abc.jpg)
Felipe Benítez Reyes (Rota, 1960) es un escritor que vive a contracorriente de las prisas y las modas. Desde su Rota natal ha logrado forjar una carrera literaria plagada de galardones y numerosos reconocimientos al que se ha unido el XIII Premio Iberoamericano de ... Poesía Hermanos Machado, que otorga la Fundación José Manuel Lara, por su obra 'La ocasión y el homenaje', publicada dentro de la colección Vandalia. No se trata de un libro unitario, sino de una especie de collage en el que ha recopilado poemas de las tres últimas décadas.
—Este poemario es muy especial porque tiene un carácter caleidoscópico por la variedad de poemas que lo componen en cuanto a su temática y al estilo.
—El libro reúne unos poemas que he ido escribiendo en los últimos treinta años. Su verdadero sentido, su unidad, está en la heterogeneidad. Son asuntos muy diversos los que se reflejan y eso es una opción. Normalmente uno procura que los libros tengan una coherencia interna y muchos de estos poemas son textos que no me encajaban en otros conjuntos de poemas. No son ni mejores ni peores, pero chirrían en el conjunto de poemas en el que estás trabajando en ese instante. Otros sí son poemas más concretos en homenaje a autores concretos que tampoco tenían encaje en otro libros que pretendían esa unidad de conjunto. Esos poemas que van quedando al margen los tenía en una carpeta hasta que pensé que podían formar un libro. De ahí sale este conjunto.
—Muchos de estos poemas tienen el pulso de la actualidad porque hablan de asuntos como la destrucción de la biblioteca de Sarajevo en la guerra de la antigua Yugoslavia, el desastre de Fukushima, el atentado en las Ramblas o las calles vacías durante la pandemia.
—Yo creo que la poesía, en gran medida, es la respuesta que uno procura dar a la realidad, tanto a la íntima como a la colectiva. Ante determinadas anomalías de la realidad, uno tiene el impulso de responder poéticamente a eso. Se puede hacer mediante un artículo de prensa o mediante un poema. Y en mi caso suelo hacer las dos cosas. Cuando trato asuntos en su mayoría catastróficos, como la destrucción de la biblioteca de Sarajevo, el atentado de las Ramblas de Barcelona, el desastre de Fukushima o la pandemia, todo eso eran respuestas a una especie de derrumbe de la realidad. Cómo un hecho anómalo se convierte en la única realidad en ese instante. Como escribir un poema tiene mucho de misterioso, de pronto tienes ese impulso de intentar poetizar aquello o intentar explicar poéticamente aquello. Porque para mí la poesía es un método de pensamiento. Cuando escribo intento poner en claro lo que pienso. Si el pensamiento en mi caso flota en una nebulosa abstracta tiende a confundirme.
—¿Por qué ha incluido unos apócrifos de la antología 'Spoon River'?
—Para mí, la antología del 'Spoon River' es una de las grandes ocurrencias de la literatura universal. A ese hombre se le ocurrió crear unos epitafios de un pequeño pueblo imaginario de Estados Unidos. Desde el ultramundo aparecen una serie de personajes que van contando su historia. Siempre me ha fascinado mucho ese libro. He querido hacer una especie de homenaje a ese mundo con estos poemas, y me lo pasé muy bien escribiéndolos.
—En estos poemas también hay homenajes a Federico García Lorca y a Antonio Machado.
—Con Machado me he imaginado cómo pudo ser el desarrollo de ese último verso suelto —«Estos días azules y este sol de la infancia»— escrito a la manera machadiana. En el caso de Lorca, a partir de uno de sus 'Sonetos del amor oscuro' intenté mantener las palabras que rimaban, pero escribiendo un poema distinto a la manera de Lorca. Son ejercicios, pastiches. A mí me divierte mucho homenajear a autores que te han gustado, jugar con la tradición. Si se traslada a un ámbito pictórico, viene a ser como el pintor abstracto que por divertimento pinta una tabla flamenca o un cuadro renacentista. Es una forma de homenaje a la tradición, al lugar de donde vienes y a los autores que te han acompañado siempre.
—Es muy simbólico que haya recibido el Premio Hermanos Machado, unos poetas a los que usted venera.
—Para mí los hermanos Machado son dos grandes poetas, cada uno en su dimensión y su manera. Antonio Machado es un grandísimo poeta. Manuel decía que él era un poeta menor y que el gran poeta era su hermano. Creo que Manuel Machado escribió alguno de los mejores poemas de su tiempo y de cualquier tiempo, pero pienso que tuvo un descreimiento continuo de la poesía. Él, más que afanarse en escribir, se afanó en renunciar a la poesía. Admiraba tanto a su hermano Antonio que pensaba que lo que él hiciese no tenía importancia. Pero Manuel Machado tiene poemas imprescindibles y magistrales que siguen estando vivos. Lo que pasa es que cuenta con la antipatía de muchos sectores que lo ven como poeta asociado al régimen franquista. De eso habría mucho que hablar porque esa adhesión suya fue desesperada, como la que tuvo que hacer mucha gente. La guerra le sorprende en Burgos fuera de su casa, con lo puesto, y se tuvo que quedar allí. Eso puede ser visto hoy por hoy moralmente reprobable. Pero ninguno estábamos en las circunstancias en las que él se encontró. Héroes retrospectivos somos todos, lo malo es cuando nos vemos metidos en un conflicto de realidad.
—Su libro tiene también unos poemas en arte menor, un tipo de versos que suelen encerrar un pensamiento muy profundo.
—Soy muy admirador del cancionero tradicional porque es una lección a todo el que escribe. Cómo con muy pocas palabras se puede decir mucho si hay suerte. En los cancioneros tradicionales te das cuenta de la capacidad de reverberación que pueden tener unos versos de arte menor muy sencillos y que dicen mucho más de lo que dicen. Todo lo accesorio queda suprimido. Los Machado hicieron mucho ese tipo de poesía por tradición familiar. Su padre era un recopilador de la tradición oral y de los cantes flamencos. Es un reto decir en tres versitos una cosa que merezca la pena. Crear un pequeño mundo con mucha capacidad de sugerencia. Es como un núcleo, un átomo que puede generar una explosión. Es el poder de la brevedad y de la sugerencia. En poesía a veces puede funcionar lo explícito, pero también lo sugerido. Los buenos poemas siempre tienen una especie de algo invisible alrededor que descubre quien lo lee.
—El libro posee igualmente homenajes a grandes poetas como Fernando Pessoa y Carlos Marzal.
—Pessoa es un poeta que me ha acompañado desde que era adolescente y que he leído con mucho interés. La poesía de la que me siento más cercano es la de Álvaro de Campos, que era su heterónimo. También me interesa mucho de Pessoa su sentido de la identidad. Nadie es nada y todos nos podemos multiplicar porque somos muchos a la vez. No tenemos una identidad unitaria. Acabamos siendo una sorpresa para nosotros mismos. Esa disolución del personaje real en otros ficticios me interesa mucho. En cuanto a Carlos Marzal, aparte de buen amigo es un poeta al que admiro muchísimo. Escribí tres poemas con el diapasón suyo, con el tono suyo. Era hacer un ejercicio a la manera de Carlos Marzal porque me apetece y me gusta su tono. Era un homenaje a un amigo al que quieres y admiras. Yo tengo mucha capacidad mimética. Sin en vez de la poesía me hubiera dedicado a la pintura, hubiera sido un buen falsificador.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete