Antonio López y Daniel Bilbao, dos pintores frente a la luz que amó Sorolla
Ambos artistas protagonizan un intenso diálogo sobre pintura en el patio de la Jabonería de Ayamonte
Las exposiciones que no te puedes perder en este mes de agosto en Sevilla

El encuentro de Antonio López y Daniel Bilbao ha tenido lugar en el patio de La Jabonería de Ayamonte, el estudio-museo creado por el pintor Florencio Aguilera, lugar que es sede de exposiciones así como del prestigioso Festival Internacional de Música Ciudad de Ayamonte y los conciertos de Las Noches del Patio.
El encuentro estuvo organizado por la Asociación Cultural la Escalera, que promueve el Paseo por el Arte, un evento que convierte las calles de Ayamonte en galerías colgando cuadros en las fachadas de las casas y que, entre otras cosas, ha generado una nueva 'escuela ayamontina' de pintura. «Los de la asociación me pidieron tener un encuentro con Antonio López. Sabían que yo comisarié su exposición en el Colegio de Arquitectos de Sevilla, y lo llamé», dice Daniel Bilbao, decano de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.
Antes de iniciar el diálogo, la esposa del pintor Florencio Aguilera, así como su hijo Chencho Aguilera, acompañados del alcalde de Ayamonte y el presidente de la Diputación de Huelva, mostraron el espacio a Antonio López, donde también pudo contemplar los cuadros de Rafael Aguilera, padre de Florencio e iniciador de esta saga pictórica. Rafael Aguilera a la edad de 16 años conoció a Joaquín Sorolla cuando el valenciano trabajó en Ayamonte para pintar el último gran panel de la serie 'Visión de España' encargada por la Hispanic Society de Nueva York. Sorolla alabó entonces el trabajo de Rafael Aguilera y sus aptitudes para el arte. El pintor realizó en Ayamonte el último gran panel de su obra titulado 'Pesca del atún', que dicen es uno de los mejores de la serie, y que tuvo gran influencia en la obra de Rafael Aguilera, según relataba siempre su hijo Florencio.
Ante un patio de la Jabonería abarrotado, los dos pintores se sentaron frente a frente para hablar de pintura. «Desde que llegó Antonio López por la mañana conversé con él, y ya se sabe que conferencias no da, pero 'le tiras la pelota y juega solo', es fantástico», dice el pintor decano de Bellas Artes.
Recordaba Daniel Bilbao en el arranque la figura de Sorolla y su relación con Andalucía y Ayamonte, y cómo en una de sus cartas a su esposa Clotilde le comentaba que Sevilla la recordaba la luz de África. «Sin embargo Antonio López dice que la luz es más homogénea en muchos sitios, lo que cambia es la identidad del paisanaje, el carácter de las personas, la forma de vivir«, y de ahí la conversación derivó más hacia cómo en Andalucía respiraba un clima más afable y agradable, fijándose más en las cosas pequeñas y lejos de lo convulso de otros lugares. «Le pareció Ayamonte un paraíso lumínico. Desde el parador vimos el atardecer, mirando hacia el Guadiana y Portugal, prácticamente un encuadre parecido al que tuvo Sorolla. Esa caída del sol produce en el cuadro de Sorolla unos brillos especiales en el agua».
Fue definitivo cuando en relación con el entorno, Antonio López dijo que se sentía «muy cerca de las personas que cuentan las cosas de verdad desde el lugar donde las han vivido».
Murillo y Velázquez
La conversación recorrió muchos caminos, hablando Antonio López de las sensibilidades, «de la parte amable y comprometida de la pintura, comparando a los dos grandes pintores sevillanos, Murillo y Velázquez. Para Antonio López, Murillo ve la realidad más amable, mientras que Velázquez se mete en las tripas de la sociedad de la época, con una pintura más cruda. Murillo, dijo, pinta los niños comiendo uvas y es una escena dulce, y Velázquez pinta un enano de la corte y es demoledor».
La conversación derivó por el aspecto del compromiso de la pintura, «que no debe ser simplemente estético, y recorrimos su identidad como individuo, desarrollada durante su infancia en Tomelloso, y su relación con su tío que era pintor, y que fue quien le avaló ante sus padres para ser ser artista, porque era una apuesta arriesgada. Comentó que nunca entendió la pintura de su tío hasta que no se desarrolló como pintor en Madrid. Quizás esa formación en Tomelloso le ha hecho apreciar cosas cotidianas, las cosas pequeñas que según él, son las más importantes, porque muchas veces la grandeza del ser humano no está en mirar el Cosmos, sino más a tu lado. Y Antonio López tiene esa mirada: mirar un vaso de agua, o un membrillo, una flor marchita».
Confesó López que pinta todos los días, «en estos momentos está pintando un cerro cerca de Madrid, y hoy mismo a su vuelta se iba a pintar, porque él tiene mucha fijación con la luz, sobre todo en los elementos paisajísticos y arquitectónicos. Cuando la luz incide de una determinada manera en una época del año, López empieza sus cuadros en esa franja que puede ser de unos meses. Luego cambia la luz y abandona sus cuadros hasta el año siguiente».
Esto ocurrió con los cuadros que pintara Antonio López en Sevilla, obras que el pasado año se expusieron en el Colegio de Arquitectos de Sevilla bajo el comisariado de Daniel Bilbao, y que López realizó en el año 2012 desde la torre de Schindler. «Los cuadros los dejó en un principio en la torre Schindler, venía en primavera y pintaba hasta agosto, empezaba a cambiar la luz, dejaba los cuadros allí y se iba. Claro, al final se los tuvo que llevar a Madrid porque un año entero con el calor y el frío al final la pintura estaba afectada. Al final, pudimos exponer los cuadros a Sevilla, porque yo creo que en la obra de Antonio una de las cosas más importantes es el proceso, el recorrido. Yo en el diálogo en Ayamonte, dije la frase de Kavafis sobre Ítaca, 'no esperes llegar a Ítaca porque Itaca empieza en el camino'. Algo así es la pintura de Antonio López, resume muy bien su alquimia pictórica».
Antonio López está en estos momentos trabajando en las puertas de la Catedral de Burgos, una puertas realizadas en bronce y que en principio estarán terminadas a finales de este verano, «nos comentó cómo iba esa obra, y también el inicio del cuadro del cerro de Madrid. Es un trabajador infatigable».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete