Lo que el ojo no ve de la alfombra roja de los Goya 2023

Ana Mencos Íñiguez

Sevilla

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12/02/2023 a las 14:35h.

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Luces, cámaras, vestidos, trajes, actores, actrices, directores, productores y un sinfín de fotógrafos y periodistas. Eso es lo que se ve a un lado y al otro de la alfombra roja pero detrás hay una parte que no se ve o que pasa desapercibida, que queda fuera del foco, algo que muchas veces tampoco ven los que están dentro del meollo. Por eso hay que abstraerse de todo lo que brilla y no dejarse llevar por esa rueda que no te deja ver otras cosas. La alfombra roja, o azul en este caso, deja muchos detalles que se asemejan a los de cualquier celebración que se precie y a las que todos hemos asistido, como por ejemplo una boda. Sí, las bodas son las alfombras rojas de la gente de a pie y por mucho glamour y muy estrellas que sean repiten las mismas cosas que cualquiera de nosotros.

Por ejemplo, cuando nos tenemos que poner delante de la cámara quien no ha intentado darse los últimos retoques usando la cámara del móvil, tal y como pudo verse al actor Álvaro Cervantes comprobando si estaba bien peinado mientras hacía la cola para pasar por el photocall, momento que también le sirvió a Amaia Salamanca para comprobar que su increíble vestido palabra de honor estuviese bien colocado, porque sí, aunque sean famosos, se les puede bajar el escote y tienen que hacer colas, y a veces, esa cola se complica y es más larga de la cuenta. Pero tranquilos que como en todos lados siempre hubo clases y algunos actores con más reconocimiento o más impacto mediático, como Penelope Cruz o Luis Tosar podrán saltarse esa cola, que a medida que se acerca la hora de la gala es más larga y se complica más para los organizadores. ¡Ay! ese pobre personal de protocolo, organización, azafatas llámalos como quieras pero qué trabajazo se pegan en estas veladas para que todo sea perfecto y ¡ojo! que no es que los periodistas y fotógrafos que están ahí sepan quienes son, es que a medida que van llegando y colocándose para la fotografía, uno de los miembros de la organización está allí para cantar el nombre y la película por la que está ahí para que no haya opciones de equivocación.

Hay personajes que nunca se llevan los focos son las «Paquitas Salas», sí esa agente, asistente personal, llámenla como quieran pero en esa serie se hacía un homenaje a esa agente 360 que lo mismo te consigue un casting que te lleva a una entrega de premios o te sujeta el bolso y el abrigo mientras posas ante los fotógrafos, y en la alfombra azul de los Goya había muchas y también se merecen ese reconocimiento. También son las que cuidan de que su representado tenga unos minutos en pantalla con Carlos del Amor o Elena S. Sánchez.

Otro de los detalles que no pasan desapercibidos cuando estás observando lo que sucede en la alfombra roja son los saludos. La mayoría lleva un maquillaje perfecto por lo que para evitar que se estropee los besos se dan sin llegar a tocarse las mejillas, algo que el común de los mortales pasamos por alto y acabamos saliendo en las fotografías de nuestros eventos con una marca de barra de labios roja en la mejilla. ¡Cuántas fotos no habremos descartado por eso! Es cuando nos saludamos cuando halagamos el estilismo (me niego a decir look) de nuestros amigos y conocidos y eso mismo hacen los artistas, el claro ejemplo fue la imagen de Belén Cuesta y Anna Castillo en la que la primera expresa su aprobación mientras la nominada por 'Girasoles silvestres' paseaba para que se viese bien el efecto del mono de terciopelo negro que llevaba.

Por cierto, si alguien creía que si era invitado a una entrega de premios de los Goya podría pasar por la alfombra azul, siento desilusionarlos, pero ese espacio está reservado para un número muy limitado de personalidades y la gran mayoría pasará al auditorio donde se celebra la gala por una entrada que está fuera de los objetivos aunque eso sí una vez se acabe el evento todos podrán posar delante del photocall y sentirse famosos al menos por un rato.