Un valiente alumno sevillano de la Policía Nacional salva a una joven en el metro de Madrid: «Arriesgué mi vida»
Pablo, vecino de Nervión y alumno de Policía Nacional, le salvó la vida a una joven en Madrid
Redada de la Policía Nacional en el barrio sevillano de la Bachillera
Pablo, un alumno sevillano de la Escuela Nacional de Policía, no dudó en poner en riesgo su propia vida para rescatar a una joven de 18 años que se encontraba desorientada en las vías del metro de Madrid. El incidente ocurrió mientras él viajaba rumbo al barrio de Salamanca para visitar a una amiga.
Un rescate rápido, pero arriesgado
El tren en el que iba Pablo se detuvo inesperadamente, y tras preguntar al personal qué era lo que estaba ocurriendo, se dio cuenta de que había una joven caminando por el túnel. Vestida con un chándal blanco y con una marca negra en la cara, la mujer no respondía a los gritos desde el andén. Ante esta situación, y pese al peligro de que continuara el paso de trenes en el sentido contrario, Pablo decidió saltar a las vías.
«No sabía si había circulación en el otro sentido, pero entendí que no podía esperar. Somos policías las 24 horas, incluso fuera de servicio, y nuestra formación nos prepara para afrontar este tipo de situaciones», explicó el joven, vecino de Nervión.
Ya en las vías, Pablo volvió a identificarse como policía y logró sujetar a la joven, conduciéndola de vuelta al andén. Con la ayuda de personal de seguridad privada del Metro de Madrid, la mujer fue asistida y llevada a un lugar seguro..
El rescate fue cuestión de segundos, pero la responsabilidad y tensión en ese breve lapso son enormes, aseguró el futuro policía. Este episodio, aunque no fue su primera experiencia en situaciones de riesgo, reafirmó su vocación.
Su vocación: ayudar a las personas
Apenas tres meses después de ingresar en la Escuela Nacional de Policía, Pablo ya había demostrado su compromiso en otras situaciones extremas. Durante la reciente DANA en Valencia, pasó ocho días colaborando con vecinos afectados por las inundaciones. Su formación le ha inculcado no solo técnicas de autoprotección, sino también la necesidad de actuar con rapidez y decisión en cualquier circunstancia.
«Nos enseñan que la vocación no tiene horarios y que nuestra misión es proteger a las personas. Este rescate es un ejemplo de lo que significa ser policía desde el primer día», comenta Pablo, destacando el apoyo de sus profesores y compañeros en su formación.
Un gesto valiente que demuestra que incluso los más jóvenes en formación pueden marcar la diferencia cuando la situación lo requiere.
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