Los trinitarios abandonan Sevilla tras casi cuatro décadas en el Polígono San Pablo y en la pastoral penitenciaria
El superior provincial de la Orden, Pedro Aliaga, ha comunicado la decisión al arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses; la falta de vocaciones nuevas y la edad de sus miembros están detrás de esta decisión
Fernández Alejo: «En las cárceles hay un 12 por ciento de fieles a la Iglesia frente al 1 de las parroquias»
![Fachada de la parroquia San Ignacio de Loyola](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/04/19/parroquia-sanignacio-loyola-R8x4AQ9VATL0MpzrizXxwRM-1200x840@diario_abc.jpg)
La Orden de la Santísima Trinidad y los Cautivos llegó a Sevilla en 1986 de la mano de Jesús Calles Fernández, ya fallecido, y Manuel Ángel Cano, hoy párroco diocesano en Alcalá de Guadaíra. Su primera casa en la ciudad se levantó en la ... parroquia de Valdezorras y Aeropuerto Viejo. Dos años después aterrizaron en el Polígono San Pablo, en la parroquia de San Ignacio de Loyola, donde germinó una relación muy estrecha entre los trinitarios y el barrio, entre los trinitarios y la hermandad del Señor Cautivo y Rescatado. El próximo mes de junio esa unión llegará a su fin. La familia trinitaria abandona Sevilla y con ella se van quienes se han volcado en cuerpo y alma a la pastoral penitenciaria durante más de treinta años.
Fundada por el francés Juan de Matha en el siglo XII y aprobada por el Papa Inocencio III el 17 de diciembre de 1198 con la bula 'Operante divine dispositionis'. Era la primera institución oficial no armada de la Iglesia dedicada al servicio de la redención, armada únicamente con la misericordia y con la única intención de devolver la esperanza en la fe a los hermanos que sufren bajo el yugo de la esclavitud.
Los hermanos de la Santísima Trinidad, a través de su superior provincial, Pedro Aliaga, ya le ha comunicado la decisión al arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses. La parroquia San Ignacio de Loyola pasará ahora a manos de la Archidiócesis, así como la pastoral penitenciaria, que dirigían los hermanos de la Santísima Trinidad desde hace décadas. Así lo ha confirmado a ABC el sacerdote trinitario Pedro Fernández Alejo, quien fuera delegado diocesano de Pastoral Penitenciaria y el miembro de la orden que más tiempo ha estado en la casa de Sevilla, quince años, hasta que hace tres fue trasladado a Málaga.
El adiós definitivo llegará el próximo mes de junio. Los motivos que están detrás de esta decisión son los mismos que llevaron a otras órdenes religiosas cerrar casas en la ciudad hispalense. De un lado está la avanzada de edad de la mayoría de los hermanos trinitarios, más de 70 años, y, de otro lado, la escasez de nuevas vocaciones, que son los que podían estar «al pie del cañón». «No hay suficientes», según Fernández Alejo.
Carisma trinitario
Esta situación no es nueva y ya causó en 2019 que la orden decidiera unificar toda las provincias de España en una sola. Es una crisis que afecta a la mayoría de órdenes religiosas e institutos femeninos, que se ven abocadas a cerrar comunidades por falta de miembros y por la edad de los que ya están, lo que impide desarrollar en toda su extensión su labor pastoral.
Corría el año 1986 cuando el entonces arzobispo de Sevilla, monseñor Amigo Vallejo, recibió a los trinitarios Jesús Calles Fernández y Manuel Ángel Cano. Llegaba la Orden de la Santísima Trinidad a la capital. Instalaban su casa en la parroquia de Valdezorras. Dos años después, el Arzobispado también les concedió la dirección pastoral de la parroquia del Polígono San Pablo.
Comenzaba entonces una relación fructífera entre el barrio y los trinitarios y entre éstos y la hermandad del Señor Cautivo y Rescatado y Nuestra Señora del Rosario, que se fundó en 2005. Cautivo y Rescatado es un título trinitario, un carisma que ha marcado los primeros años de vida de la corporación del Lunes Santo.
Pero si algo ha vertebrado la vida y obra de los trinitarios en Sevilla ha sido su labor en la Pastoral Penitenciaria, cuya delegación han coordinado durante décadas, en momentos por el propio Pedro Fernández Alejo. Ahora volverá a manos de la Archidiócesis.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete