REPORTAJE
Tras la pista de los Blood: así abrió la primera sucursal estable de una banda latina en Sevilla
La Guardia Civil cree que empezó a operar con regularidad en 2022 con las primeras agresiones en grupo en la zona del Aljarafe
El jefe de la investigación detalla para ABC cómo aterrizó en la provincia una banda que ha sembrado el terror en grandes urbes como Madrid
Radiografía de las pandillas que salen de cacería por Sevilla
![Uno de los cabecillas del bloque sevillano es acompañado por dos agentes de la Guardia Civil tras su arresto](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/03/01/menor-detenido-guardia-Raw4iUW0dHdvPjLBY3Pnb7N-1200x840@diario_abc.jpg)
Brotherly Love Overcomes Oppression and Destruction (el amor fraternal vence a la opresión y a la destrucción) es la frase que esconde el acrónimo Blood, que además de significar sangre en inglés es el nombre de la primera banda latina que ha conseguido ... abrir una sucursal estable en la provincia de Sevilla. Un hecho muy preocupante, teniendo en cuenta que este tipo de organizaciones han sembrado de víctimas las calles de la principal urbe del país: Madrid. Una reciente operación de los servicios de Información de la Guardia Civil de Sevilla conseguía descabezar a una filial local de este grupo a finales del año pasado. «Creemos que hemos conseguido eliminar la amenaza, pero la investigación sigue abierta».
El jefe del operativo recibe a ABC en dependencias de la Comandancia de Sevilla. Desde estas dependencias en Montequinto se coordinó un trabajo que arrancó en 2022, cuando se detectaron las primeras agresiones en grupo en varios municipios del Aljarafe (Castilleja de la Cuesta, Bormujos, San Juan y Tomares). A los agentes les llegaron vídeos que habían colgado los protagonistas en redes sociales, principalmente en Tiktok y en Instagram, con los que hacían ostentación de sus peleas. «Había algún indicador que nos hacía sospechar que podría tratarse de una banda latina, pero era necesario verificar que no se trataban de simples imitadores».
La importancia de la 'Operación Macana', como así la ha bautizado el Instituto Armado, reside en que por primera vez los agentes se han topado con una delegación estable de una banda latina en Sevilla, a la que le habían encomendado el control territorial de esta zona y que estaba subordinada a los jefes centrales que operan en Madrid.
En el último año, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han llevado a cabo otros operativos que acabaron con la detención de dos hackers a sueldo de los Trinitarios o a los integrantes de otras pandillas juveniles que tratan de imitar los códigos de este tipo de bandas. Pero en ningún caso conformaban una ramificación estable de organizaciones que llevan décadas implantando el terror en grandes capitales europeas.
Un jefe de 15 años
En las primeras fases de la investigación, los agentes lograron identificar a los dos hombres fuertes del bloque (como así denominan los Blood a las filiales). No eran adultos precisamente. Son dos menores que ahora tienen 17 años, «con una altísima capacidad de liderazgo. Llamaba la atención por lo jóvenes que son. Pero habían conseguido ganarse el respeto del grupo, que se sometía a sus órdenes sin discutir«, detalla este agente de la Benemérita. Hasta su caída en noviembre, estos menores no habían sido arrestados antes. Sí habían tenido problemas de convivencia en sus centros escolares donde constaban como alumnos conflictivos.
Uno de ellos tiene a parte de su familia afincada en Madrid y viajaba frecuentemente a la capital madrileña donde permanecía largas temporadas. Fue en una de esas cuando entró en contacto con los Blood y con algunos integrantes del bloque central. «No creemos que hubiera un interés especial por abrir una filial en Sevilla, pero los jefes de allí, al saber que este chico era sevillano, vieron la oportunidad de expandirse». Y así fue.
Este pandillero apenas tenía 15 años cuando asumió la responsabilidad de liderar un sucursal de una banda criminal. No es ninguna anomalía, en esta banda los cuerpos policiales han detectado miembros de hasta 12 años, que resultan muy atractivos para los intereses de la organización porque son inimputables. Y lo que sí es más raro es encontrar adultos por encima de los 30 años ligados a esta banda, que se nutre principalmente de adolescentes.
![Armas blancas y prendas con el color y el emblema de los Blood intervenido a uno de los cabecillas](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/03/01/armas-blood-rojo-U33680275847NJm-760x427@diario_abc.jpg)
Como lugarteniente estaba un íntimo amigo del líder, de la misma edad, que lo suplía en las temporadas que éste permanecía en Madrid. El siguiente paso fue crear la estructura local a través de la captación de nuevos miembros: «Sus ámbitos de actuación son, sobre todo, las inmediaciones de los centros educativos, las instalaciones deportivas y los parques donde pueden entrar en contacto con otros jóvenes».
El perfil de los futuros pandilleros suele responder al de un menor con problemas de relaciones en su entorno, que busca en la organización una suerte de familia. Esta investigación desterró también algunos tópicos porque entre los investigados hay españoles -no es un problema exclusivo de niños procedentes de familias latinas inmigrantes- y algunos pertenecían a familias sin problemas serios de desestructuración. «Los cabecillas, por ejemplo, mostraban una cara amable y completamente distinta ante sus familias».
Los agentes creen que el bloque sevillano de los Blood llegó a tener más de 50 miembros, aunque las pesquisas se centraron en ocho de ellos que presuntamente participaron en algunas de las misiones encargadas por los cabecillas, principalmente robos, hurtos, menudeo de drogas y peleas. Ese pequeño tráfico de droga les servía también como vía de financiación además de las cuotas que los líderes obligaban a los miembros de la banda a pagar para pertenecer al grupo. «Un dinero que procedía en muchos casos del dinero que les daban los padres como paga».
Los investigadores creen que el bloque sevillano llegó a tener más de 50 miembros, que se dedicaban principalmente a los robos, menudeo de drogas y peleas
Tras la captación, el bloque de Sevilla tenía que visibilizarse «para generar respeto. El uso de las redes sociales tiene también como objetivo mandar un mensaje a otros rivales». Fue así como se empezaron a difundir fotos y vídeos de los integrantes del bloque sevillano, mostrando los emblemas de la organización (la letra B y los colores rojo y negro en sus ropas). También colgaron algunas vídeos de las agresiones para infundir miedo. «Su misión principal es el dominio de un territorio. En esta banda no hay adscripción ideológica, ni se constituye en defensa de unas ideas sino para hacerse con un espacio frente a otros que entienden sus enemigos».
Las Ferias para exhibir poder
Las ferias de localidades como Bormujos y Tomares fueron escenarios elegidos por el bloque de los Blood para mostrar fuerza ante otros jóvenes. «Son lugares donde se reúne mucha gente y ganan visibilidad». Gracias a la intervención de la unidad de la USECIC de la Benemérita en una de estas feria se frustró el intento de estos pandilleros de cometer una agresión múltiple que hubiera tenido consecuencias dramáticas.
¿Y sus víctimas son siempre otros pandilleros? «No siempre», admite el jefe del operativo policial. Para ingresar en esta pandilla hay que superar una serie de pruebas, «misiones le llaman», que consisten en demostrar una fidelidad ciega a los jefes hasta el punto de cometer cualquier hecho delictivo. Los primeros encargos para los novatos consisten en pequeños hurtos, robos e incluso agresiones. «Y a veces buscan víctimas fáciles», que puede ser cualquier chaval que se cruzaba en ese momento.
A principios del año pasado, varios centros educativos del Aljarafe y los servicios sociales de distintos ayuntamientos de esa comarca sevillana alertaron a la Guardia Civil de que tenían información de menores que estaban siendo amenazados porque habían tomado la decisión de abandonar una pandilla que estaba haciéndose cada vez más fuerte y de la que se hablaba entre los más jóvenes. Fue entonces cuando los agentes pisaron el acelerador y la operación Macana entró en una fase decisiva.
En noviembre detuvieron a los dos cabecillas que se encuentran en estos momentos internados en un centro de menores. Cuando les tomaron declaración, ambos restaron importancia a los hechos por los que están siendo investigados. La Guardia Civil cree que ha cortado a tiempo la cabeza a una peligrosa serpiente, pero está en alerta. Si lo lograron los Blood, podrían conseguirlo otras bandas.
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