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El testamento de Jesús Quintero: «Ahora voy a contestarme las preguntas que he hecho a los demás»

El presentador pidió que tras su muerte se hiciera llegar a sus seres queridos un vídeo de despedida con una reflexión emitida en 'El loco de la colina': «La fama aburre, la gloria pesa»

Muere el periodista Jesús Quintero

Jesús Quintero, una vida en imágenes

Manuel Contreras

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Jesús Quintero protagonizó durante su carrera profesional miles de soliloquios, reflexiones en voz alta con las que abría o cerraba sus programas tanto en radio como en televisión. De todas ellas eligió una en concreto para que quedase como su adiós definitivo, como un epitafio pronunciado por él mismo, y pidió que tras su muerte se hiciera llegar a sus seres más allegados.

La grabación elegida corresponde al último programa de «El loco de la colina» emitido en Canal Sur. Se titula «Todo es mentira» y en el mismo Quintero reflexiona sobre el éxito y el fracaso, cita a Sartre y a Juan Ramón Jiménez y se despide de todos: «Hemos recorrido juntos muchas noches y ahora nuestros caminos se separan». El discurso es una especie de testamento vital que transmite desengaño y hastío, pero también una gran belleza.

El comunicador fallecido el pasado lunes en Ubrique comienza su alocución con contundencia: «La televisión es mentira. La publicidad es mentira, la política es mentira. Mentira cochina». Tras insistir en la idea de la generalización de la falsedad, afirma que «vivimos revolcados en la mentira. De seguir así va a ser más fácil creer en Dios que creer en el Hombre».

«Mientras haya bobos habrá engañabobos», sostiene Quintero, quien recurre a una significativa cita de Jean-Paul Sartre: «La historia de la vida es la historia de un fracaso». El presentador razona que «todos somos unos fracasados, porque por mucho que hayamos obtenido, nada es como se imaginaba».

Jesús Quintero afirma en la grabación que «la fama aburre; la gloria pesa» y abunda en que «todo es naufragio, derrumbe. Todo es fracaso. Pero no lo pienses y procura disfrutar de todo».

En la línea poética que acostumbraba, Quintero prosigue su despedida señalando que «mientras las estrellas prosigan por el cielo su marcha inexorable, la colina, los ratones se repliegan sobre sí mismos y su aire sereno se queda en silencio, un silencio propicio para la reflexión o el descanso», explica. «Pero no importa. Pronto la colina volverá a estar animada con nuevas voces y presencias. Hasta entonces te deseo felices sueños».

El comunicador onubense prosigue la grabación con una genialidad: «Ahora me voy a contestar yo mismo, no sé en qué lugar, las preguntas que le he hecho durante todo este tiempo a los demás».

Las últimas palabras con las que Jesús Quintero quiso despedirse de sus seres queridos corresponden al poema «El viaje definitivo», de Juan Ramón Jiménez. «En el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, mi espíritu errará nostálgico y yo me iré y estaré solo, sin hogar, sin árbol verde, sin pozo blanco, sin cielo azul y plácido». Descanse en paz.

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