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El Tercio de Olivares vuelve del Siglo de Oro para desfilar por Sevilla este miércoles

Esta asociación cultural recrea vestimentas y armas de los siglos XVI y XVII para divulgar la etapa más gloriosa de la historia de España

El Siglo de Oro en la pantalla

Integrantes del Tercio de Olivares, con la imagen de la Virgen de la Inmaculada por las calles de Sevilla gerardo lucio
Manuel Contreras

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Entre sus filas se pueden encontrar a fontaneros, médicos o catedráticos de universidad. Desde jóvenes de quince años a jubilados. Y hay miembros de todo pelaje ideológico. Les une, sin embargo, una única pasión: el amor a la historia de España, particularmente al Siglo de Oro, y el interés en divulgarla. Se trata del Tercio de Olivares, una asociación cultural que nació hace seis años tras una concentración en la localidad aljarafeña y que la tarde de este miércoles desfilarán por la calles del casco histórico para concluir con un homenaje a la Virgen Inmaculada, ante la que se pronunciará una homilía y se entonará una salve.

El Tercio de Olivares -que paradójicamente no existió en la vida real- cuenta con algo más de sesenta socios y se dedica a todo tipo de actividades culturales, incluyendo conferencias o presentaciones de libros. Su actividad más impactante, sin embargo, son los desfiles que protagonizan ataviados con ropajes de la época, reproducidos fielmente tras una meritoria labor de investigación. «Los Tercios de Flandes no contaban con un uniforme establecido, ya que antes de Carlos III no había reglamentación al respecto en el Ejército», explica Juan Manuel Poyato Galán, maestre de campo del Tercio. «Para hacer un uniforme fiel a la época hemos tenido que estudiar cuadros, libros de historiadores y tesis doctorales. Hay una comisión de vestiduras que se encarga de ello», agrega.

«Es una labor compleja y costosa», explica, por su parte, Fernando Pérez Colchero, presidente de la Asociación, que está registrada en la Junta de Andalucía como entidad cultural. «El precio medio de un traje ronda los 3.000 euros, y en el caso de las mujeres es incluso superior. Pero lo más difícil es la fase de documentación y la elaboración por sastres y modistos, que tardan hasta ocho meses en hacerlos. Son reproduciones exactas, sin botonos ni ningún otro elemento que no se utilizase en aquella época. Si pudiésemos viajar en una máquina del tiempo a aquella época no desentonaríamos», añade. Poyato matiza que «no nos disfrazamos, nos caracterizamos. Recreamos situaciones y estampas que ya no existen para que el público pueda tener una visión fidedigna de cómo era aquella época».

El Tercio tiene cuatro citas fijas en Sevilla en las que desfilan ataviados: El 31 de enero, Día Nacional de los Tercios, cuando desfilan a caballo por Olivares; la Semana Barroca que organiza este ayuntamiento; el aniversario del nacimiento de Velázquez, en el que se reunen en su casa natal, y la Inmaculada, que celebra este miércoles su cuarta edición. En esta actividad se conmemora igualmente el milagro de la batalla de Empel en 1585, cuando las tropas se encomendaron a una talla de esta Virgen cuando se encontraban sitiadas y en situación desesperada, tras lo cual se congelaron las aguas del río, permitiendo un ataque sorpresa de las tropas españolas del que salieron victoriosas. Este miércoles celebrarán este milagro desfilando por el centro y ante la estatua de la Virgen. 

«Queremos que Sevilla suene a Siglo de Oro. Llevamos a una soprano, Irene Román, y un contratenor, Pepe Carrión, además de dos pífanos (pequeña flauta travesera de sonido agudo), Julia Collins y Manuel Gomila, estudiantes del conservatorio», adelanta Fernando Pérez. En el cortejo los espectadores podrán ver alcabuceros, piqueros, cortesanos, damas y todo tipo de personajes de los siglos XVI y XVII. «Muchos desconocen hoy hasta qué punto fue importante el Siglo de Oro en nuestra historia. No solo por las hazañas militares, sino por su influencia en la vida y la cultura. Hay expresiones como 'caer chuzos de punta' (un tipo de lanza), 'poner una pica en Flandes', o 'tener la mosca detrás de la oreja' (por la mecha candescente con la que prendían los arcabuces) vienen de esa época. O palabras como 'bicoca', que hace referencia a una batalla en la que el ejército español tuvo una sola baja y fue por la patada de un caballo propio», explica Juan Manuel Poyato.

¿Se enseña mal la historia en nuestro país? «Es evidente que no se enseña bien, pero nosotros no queremos adoctrinar ni entrar en política, solo recrear unos hechos históricos. Tenemos una finalidad divulgativa, no ideológica. Si con nuestra actividad logramos que alguien se interese por la historia habremos cumplido nuestro objetivo», concluye el presidente del Tercio de Olivares.

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