entrevista
«El sevillano es alegre y afable como el argentino pero no te invita a su casa. En eso es muy cerrado»
El padre Leonardo, que se siente feliz y muy bien acogido desde que llegó a Sevilla hace tres años, dice que los argentinos y los sevillanos coinciden en creerse «los más importantes del mundo», pero añade que a los sevillanos les avalan «más de mil años de historia»
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El padre Leonardo nació en Rosario, la misma ciudad que Messi, en el seno de una familia que no practicaba el catolicismo. A pesar de que su padre no era creyente, de niño jugaba a ser cura. Estudió tres años en la Facultad de ... Derecho hasta que un día, durante una misa, sintió la llamada de Dios y encontró en «la ayuda a los demás» el sentido de su vida. Aquel día decidió cambiar la abogacía por el sacerdocio, que ejercería durante 15 años en una parroquia argentina perteneciente al denominado «Gran Buenos Aires». El segundo gran giro de su vida ocurrió tras un viaje a España en 2019 en el que que vio a la Esperanza Macarena en su basílica de Sevilla. Se enamoró de ella y de la ciudad y decidió quedarse «a perpetuidad». Ahora, tras ser vicario parroquial de la parroquia de San Juan Pablo II de Montequinto, cumple 25 años como sacerdote.
-¿Cuáles son los pecados más frecuentes de los argentinos?
-Los argentinos de Buenos Aires creen que se las saben todas, creen que lo saben todo aunque de muchas cosas no saben nada. Allí decimos que son unos chantas, incluso decimos entre nosotros «cuidado con éste que éste te está haciendo un verso». Así es, en general, el argentino de Buenos Aires. Pero cuando sales de allí hacia el interior de la Argentina, la cosa cambia. Es otro mundo, con mucha gente de corazón abierto, como los andaluces.
-¿Se integró bien en Sevilla cuando llegó en 2020?
-Perfectamente. No extrañé para nada y estoy muy feliz de estar aquí. El 2 de enero vuelvo a Argentina por veinte días y aunque deseo mucho ver a mi padre y a mi antigua parroquia, reconozco que me da cosa dejar a mis ovejas. Y también dejar a las monjas carmelitas descalzas, que es otro bálsamo para mi vida.
-¿Qué más semejanzas ha descubierto en estos tres años entre los argentinos y los sevillanos?
-Los argentinos nos creemos que somos los más importantes del mundo y los sevillanos también. La diferencia es que el sevillano tiene espalda, es decir, mil años de historia y más que le avalan. Aquí ha habido emperadores y Sevilla ha sido la capital del mundo. El argentino es como el sevillano, muy afable, muy abierto, pero me llamó la atención que en Sevilla la gente no te invite a su casa. Las familias donde me invitan a comer proceden casi todas de Segovia, Madrid, Valladolid o de alguna localidad castellana, casi ninguna es sevillana. El sevillano es muy alegre y muy cordial, pero muy cerrado. No te invita a casa como un castellano. El castellano es de pocas palabras pero cuando te abre la puerta te la abre para siempre.
-¿En Sevilla cuesta más que te abran la puerta?
-Sí que cuesta. Aunque a los curas nos cuesta menos, supongo que porque tenemos un plus. Estoy encantado con los sevillanos porque me han acogido muy bien.
-¿Le llamó la atención el número de conventos que tiene Sevilla cuando vino aquí por primera vez?
-Creo que no hay ningún otro lugar en España que tenga tantos monasterios y conventos de clausura como Sevilla. En Argentina también hay monjas pero no tantas como aquí. Cuando entré por primera vez en la Catedral y vi la tumba de Colón, me quedé flipado. Aquí no le dais tanta importancia a eso ni a la cantidad de iglesias que hay. Cruzo a Triana y veo el monumento a Rodrigo de Triana. Es increíble. Y hay muchos sevillanos que no saben quién fue.
-Veo que no tiene ningún prejuicio hacia los españoles por el Descubrimiento.
-Claro que no. Al contrario. Me siento muy agradecido a España. Si no fuera por España, nosotros no tendríamos la fe ni seríamos cristianos. Si no hubiese sido por Isabel la Católica y los misioneros, no sé qué sería de nosotros ahora.
-A pesar de lo que dice, la leyenda negra propagada por los ingleses hace tres siglos sigue funcionando en muchos países iberoamericanos. En Estados Unidos y otro países están derribando estatuas de Colón.
-Por desgracia, sí. Esa tontera también ha funcionado en Argentina. Y el 12 de Octubre ya no es el día de la Raza sino el de la Diversidad Cultural. De todas formas, Argentina es muy distinta del resto de Latinoamérica. Y quizá por eso no nos quieren. También le digo que Argentina mira más a Estados Unidos y a Europa que a Latinoamérica. Tú vas a la Argentina y reconoces un pedazo de España o un pedazo de Francia o de Italia.
-¿Como definiría a los argentinos?
-No es fácil definirnos y ustedes los españoles tienen parte de culpa (ríe) porque somos una mezcla de culturas: españoles, italianos, rusos, polacos, judíos. Es un aporte maravilloso, hay de todo, y por eso quizá nos define el tango. Desamores, infidelidades, todo es un problema para los argentinos. Pero después nos rehacemos. Estamos hundidos económicamente pero de pronto ganamos un Mundial y todos felices, aunque sigamos muertos de hambre.
-¿Por qué casi siempre hay un psicólogo en todas las películas argentinas?
-Porque la población de psicólogos que tenemos en Argentina es escandalosa. Yo creo que los argentinos nos analizamos más de la cuenta y estamos siempre buscándonos las vueltas.
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