Sevilla en los libros, una ruta literaria por sus calles
Las obras de grandes clásicos de la literatura como Bécquer, Cervantes, Machado o Vicente Aleixandre están presentes en las calles de Sevilla. Pero también autores de nuestros días están apostando por ambientar en la capital hispalense sus tramas. Deja que la lectura te lleve a recorrer historias y rincones de la ciudad esta Navidad

Es bien sabido que algunos de los mejores literatos españoles fueron sevillanos o escribieron sus obras inspirándose en nuestra ciudad. A través de la literatura podemos rememorar el pasado de la ciudad picaresca de Cervantes, el romanticismo de Bécquer o la ciudad de los poetas y novelistas de la Generación del 27.
Pero esta Navidad te proponemos una ruta alternativa, un recorrido de turismo cultural diferente que no encontrarás en las guías de viaje. Pasearemos por Sevilla de la mano de novelas best seller y personajes literarios que animaran a los lectores a visitar sus escenarios ¿Nos acompañas?
Comenzaremos esta ruta desde la Plaza de España, conjunto arquitectónico enclavado en el parque de María Luisa, construido entre los años 1914 y 1929 para la Exposición Iberoamericana de 1929, siendo el edificio más grande construido en la ciudad durante el siglo XX.

Este escenario inspiró a Dan Brown para su primera novela, Fortaleza Digital, una trepidante historia de engaños y crímenes, donde un misterioso e indescifrable código hará tambalear a las más altas esferas del poder. El autor asegura que fue en Sevilla donde le asaltó la inspiración para su gran éxito, el Código da Vinci.
Intentando resolver estos misterios pasearemos por la ribera del río hasta llegar a la Torre del Oro, donde Catalina Solís, protagonista de Venganza en Sevilla, de Matilde Asensi, llevará a cabo su venganza con la Sevilla de los siglos de Oro de fondo. La amplia y rigurosa documentación de la autora conseguirá que durante todo el recorrido podamos imaginar la Sevilla de 1607, cuando la capital era una de las ciudades más ricas e importantes del mundo.
Esta torre fue erigida en el año 1220, durante el imperio Almohade, como torre defensiva de la ciudad, formando un perímetro defensivo junto a la torre de la Plata, la torre Abd al-Aziz y el Alcázar. ¿Y por qué se le llama Torre del Oro? A pesar de todas las leyendas que le rodean, la verdad es que se debe a su construcción en mortero de cal y paja prensada, un material que en contraste con la luz del sol le da un brillo espectacular.
Desde este enclave, y posando nuestra mirada al otro lado del río, podremos observar la calle Betis, y si nos fijamos bien, veremos el campanario de la parroquia de Santa Ana, en el barrio de Triana.
Hasta allí nos transportará Ildefonso Falcones con su novela La reina descalza, la tercera novela de este autor, que saltó a la fama con La catedral del mar. En la Sevilla del siglo XVIII. Caridad, esclava cubana, llega a la ciudad y este será el primer edificio con el que se tope al bajar de su barco en la orilla de Triana, en plena Cava.
«La Librería Fernandina fue la más importante de carácter privado que se conoce de su época, contando a su muerte con más de 15.000 títulos, entre impresos y manuscritos»
¿Sabías que antes de la construcción del actual Puente de Isabel II (conocido popularmente como «puente de triana'') el Puente de Barcas era el único paso que comunicaba el resto de la ciudad y el arrabal de Triana? Y hasta aquel viejo puente musulmán, «construido sobre diez barcazas ancladas al lecho del río y unidas a dos gruesas cadenas de hierro y varios cables tendidos de orilla a orilla» se dirigió la protagonista de esta novela en busca de la Cruz del Campo y la cofradía de los Negritos, donde le proporcionarían ayuda.
Volviendo sobre nuestro pasos, cruzaremos por la calle Santander, pasaremos al lado de la Torre de la Plata, y llegaremos hasta la Catedral. Debajo de la Giralda tenemos que hablar de El elefante de marfil, de Nerea Riesco. Esta novela nos cuenta secretos inconfesables y misterios de la Sevilla del siglo XVIII, vidas marcadas a lo largo de tres generaciones por un antiguo pacto entre cristianos y musulmanes: jugarse la Giralda de un modo curioso.
Una partida de ajedrez con pistas para ser jugada que se esconden en la mismísima Catedral, y que el protagonista, León de Montenegro, tendrá que descubrir. ¿Os imagináis que esta partida hubiera tenido lugar de verdad, y cristianos y musulmanes se hubieran jugado esta torre de 104 metros de altura, que supera en altura al Big Ben y a la Torre de Pisa?
La Giralda actualmente es el campanario de la Catedral de Santa María de la Sede. En su cúspide podemos observar el Giraldillo, que hace las funciones de veleta y que en su tiempo fue la escultura en bronce más grande del Renacimiento europeo. De ahí viene su nombre.

Y pensando en las posibles jugadas de esta partida, andaremos hasta la esquina de la calle Alemanes. Luis Zueco y su novela El Mercader de libros nos descubrirán la Biblioteca Colombina. Esta obra hace un viaje por los años que transcurren tras la invención de la imprenta, cuando un mercader de libros emprende la búsqueda de un misterioso ejemplar que ha sido robado de la mayor biblioteca de Occidente, creada en Sevilla por Hernando Colón, el hijo de Cristóbal Colón.
Y es que, efectivamente, la Librería Fernandina, como quiso que se llamase, fue la más importante de carácter privado que se conoce de su época, contando a su muerte con más de 15.000 títulos, entre impresos y manuscritos. Posee incunables y otros libros raros, así como manuscritos de puño y letra del mismísimo Cristóbal Colón.

Seguiremos nuestro recorrido hasta el Patio de los Naranjos, y nos trasladaremos a la Sevilla capital del califato musulmán de la mano de El Sanador de Caballos, de Gonzalo Giner, la aventu- ra de Diego de Malagón, un veterinario mudéjar durante la Edad Media que recorre las calles de Sevilla encuadrado en una sociedad secreta de espías que logra infiltrarlo en la ciudad.
Podremos observar el patio o antiguo shan de la mezquita , que acoge en su centro una fuente moderna, que ocupa el lugar del antiguo sabil. Hasta la caída de la ciudad en manos cristianas, este patio cumplió todas las funciones tradicionales musulmanas, siendo cementerio, salón de fiestas y de actos culturales, así como pórtico de entrada a la mezquita.
Nuestros siguientes personajes nos llevarán a la Plaza Nueva, pero no será el imponente edificio del Ayuntamiento nuestro siguiente destino, sino la Capilla de San Onofre, tan pequeña que pasa desapercibida entre los edificios y portales de la calle. Construida en el siglo XVI, formaba parte del Convento de San Francisco, un enorme complejo monástico que ocupaba el espacio de la actual Plaza Nueva.
Los inspectores Jiménez y Villanueva serán nuestros guías para tan curioso enclave. Protagonistas de El asesino de la regañá, primera entrega de la serie policiaca de Julio Muñoz Gijón, las cuales tendrán que descubrir al «asesino de las sevillanas maneras», quien comete crímenes en diversos puntos de la ciudad alarmando a ciudadanos y hosteleros ¿El arma homicida? Un trozo afilado de regañá.
Esta capilla tiene varias curiosidades. Permanece abierta 24 horas los 365 días del año, y en ella tiene lugar la adoración perpetua del Santísimo. Siempre hay alguien en su interior, gracias a que los fieles se inscriben para organizar los turnos de vigilia.
Desde este punto caminaremos 3 minutos por la calle Tetuán y llegaremos a la calle de Jovellanos, donde se sitúa la Capilla de San José, la cual inspiró a Arturo Pérez Reverte para escribir la novela La piel del tambor, cuya adaptación cinematográfica se acaba de estrenar. El padre Lorenzo Quart, un agente del servicio secreto del Vaticano, es enviado a Sevilla a investigar las extrañas muertes que se suceden alrededor de esta pequeña iglesia.
Cuenta con una sola nave que deja con la boca abierta a quien la visita por primera vez por su profusa ornamentación, siendo uno de los ejemplos más fascinantes del barroco sevillano.
Su construcción tuvo lugar entre los años 1698 y 1766 sobre la capilla del pequeño hospital del gremio de los carpinteros.
Y desde este enclave comenzaremos la última parte de nuestro recorrido literario de la mano de Carmen Puerto, investigadora y protagonista de Solo vive quien muere, la última novela negra de Salvador Gutiérrez Solis, y última parte de la trilogía compuesta por Los amantes anónimos y El lenguaje de las mareas.
Cruzaremos el centro de la ciudad pasando por la Calle Alfalfa y Calle Águilas mientras ayudamos a esta peculiar investigadora a resolver unos nuevos crímenes imprevistos, con sus peculiares métodos de trabajo. Para aliviar el camino podemos tomarnos un capuccino caliente, como sabrán los lectores que le encanta a la protagonista.

Seguiremos caminando y desembocaremos en el Templete de la Cruz del Campo, al final de la Avenida Luis Montoto. Este monumento aún despierta muchas preguntas entre los que lo visitan, al igual que las preguntas que Carmen Puerto tendrá que hacerse para resolver los asesinatos.
¿Sabías que justo este lugar marca la distancia recorrida por Jesús durante su Pasión hasta el monte del Calvario? Será la misma distancia que hemos recorrido desde la Casa de Pilatos ( Calle Águilas) hasta llegar a este punto exacto.
Algunas voces fechan su construcción en 1482, bajo el reinado de los Reyes Católicos, aunque la opinión generalizada sitúa su origen en torno a 1380, otorgando su autoría a la hermandad de los negritos.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete