La pugna del PP de Sevilla enfrenta a Juanma Moreno con Pablo Casado
La presidenta provincial, Virginia Pérez, convocó ayer el congreso el 27 de marzo sin apoyo de la dirección andaluza, que discrepa de la decisión nacional de que se celebren durante la pandemia
Virginia Pérez, Juanma Moreno, Pablo Casado y Beltrán Pérez
El control del aparato del PP en Sevilla, donde se vienen produciendo pugnas internas desde que en 2017 los seguidores de Javier Arenas presentasen una candidatura alternativa a la oficialista de los afines a Juan Ignacio Zoido , ha salido de las fronteras ... de la provincia y se ha convertido en un motivo de desencuentro entre el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el del PP nacional, Pablo Casado . En estos cuatro años se han producido muchos cambios de trinchera en el polvorín popular sevillano, en los que el aparato regional siempre se ha mantenido al margen, pero estas tensiones han acabado desembocando en una evidente discrepancia entre uno de los barones regionales y la cúpula del partido. Según explicaron ayer a ABC fuentes de la dirección andaluza, el PP-A no está de acuerdo con la consigna emitida desde Madrid de que los congresos provinciales se celebren esta primavera porque el partido tendría que estar centrado en la pandemia y, además, estos procesos congresuales tendrán que ser telemáticos, lo que para la ejecutiva regional que preside Juanma Moreno no es lo idóneo. En cambio, desde el PP nacional aseguraron ayer a este periódico que durante el congreso donde se aprobó el calendario de las citas provinciales Moreno no intervino para exponer estas diferencias .
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En este contexto, la presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, convocó ayer por la tarde una junta extraordinaria para fijar la fecha del próximo congreso provincial, que se celebrará el 27 de marzo . Esta medida aparentemente ordinaria en el funcionamiento interno del partido provocó la inmediata reacción del PP andaluz, desde donde intentaron frenar el proceso alegando que Pérez no había dado cuenta a sus inmediatos superiores. Sin embargo, la presidenta provincial había recibido la instrucción directamente de Teodoro García Egea , secretario general del partido y mano derecha de Pablo Casado, ya que la secretaria de organización del PP andaluz, Loles López, no había dado traslado a Pérez de las fechas aprobadas en una junta directiva regional que Madrid validó. En esa junta se acordó que los congresos se celebrarían en los meses de marzo y abril y se fijó como posible día para Sevilla el 27 de marzo, pero nadie se lo había trasladado a la directiva sevillana.
Mientras que la dirección nacional no se opondrá a la continuidad de Virginia Pérez como presidenta en Sevilla, el aparato regional no ve en ella la mejor opción
Por lo tanto, la convocatoria cumple, según confirman a ABC desde la dirección nacional del partido, con todos los requisitos estatutarios y se celebró ayer a pesar de que desde la sede andaluza se solicitó una moratoria de 15 días. Pero las consecuencias pueden trascender el ámbito local. De hecho, desde el aparato andaluz explicaron ayer a este periódico que más de la mitad de la junta directiva sevillana se ausentó de la reunión convocada por Virginia Pérez , lo que se traduce como una ruptura del partido que el presidente Moreno no ve conveniente en plena pandemia. Frente a esto, desde Madrid sostienen que Pérez ha actuado conforme a lo previsto y que ayer participaron 148 miembros, más del 70 por ciento, de los que 146 votaron a favor.
Además, este desencuentro tiene un efecto directo en el proceso congresual y en la elección de los candidatos . Mientras que la dirección nacional no se opondrá a la continuidad de Virginia Pérez como presidenta en Sevilla, que ya ha confirmado que se presentará a la reelección, el aparato regional no ve en ella la mejor opción y ya existe una corriente crítica que se plantea presentar una alternativa .
Pero más allá de que esta disputa se traduzca en candidatos concretos, de fondo existe una estrategia en la que tanto Casado como Moreno tratan de imponer su criterio. La dirección nacional sostiene que la organización de los congresos provinciales no puede pasar de esta primavera , de ahí que haya instado a Sevilla a mover ficha en estos momentos, como ya ha hecho en otras muchas provincias españolas. Sin embargo, la cúpula regional defiende que esa potestad le corresponde a ella por estatutos y que no es el momento. El objetivo de Casado y García Egea es controlar las provincias para tener apoyos en las bases del partido en caso de tener que afrontar críticas internas, ya que así minimizarían el poder de los 17 barones regionales. Pero Juanma Moreno, como otros presidentes autonómicos, no está dispuesto a cederle su territorio porque entiende que el PP es un partido históricamente piramidal y este nuevo modelo no encaja con su concepción orgánica.
El arenismo está amortizado —ambos bandos lo descartan abiertamente para futuras quinielas— y quienes hace cuatro años fueron sus paladines, ahora son sus principales detractores
El conflicto tiene muchas derivadas. El presidente de la Junta de Andalucía quiere mantener su poder sobre los aparatos provinciales , lo que podría provocar su apoyo a un candidato alternativo. Las fuentes consultadas señalan al actual portavoz del Ayuntamiento de Sevilla, Beltrán Pérez, que paradójicamente hace cuatro años fue uno de los principales aliados de Virginia Pérez contra el zoidismo. Por contra, la elección de la actual presidenta y candidata a revalidar el mando en el PP de Sevilla para encabezar la papeleta de la capital en las próximas elecciones municipales es José Luis Sanz, que en el anterior congreso estaba en las filas del exministro Zoido . Esto indica el nivel de enfrentamiento continuo que se ha producido en esta provincia desde que Javier Arenas decidió romper el partido para conservar su influencia. Pero esta es precisamente otra de las grandes derivadas del conflicto: el arenismo está amortizado —ambos bandos lo descartan abiertamente para futuras quinielas— y quienes hace cuatro años fueron sus paladines, ahora son sus principales detractores. En definitiva, Sevilla vuelve a ser el avispero del PP andaluz y esta vez el problema ha puesto en evidencia las diferencias entre el líder nacional y el presidente de la comunidad autónoma más grande de España.