Lo peor
Olor y moscas. El reducido trayecto de la procesión se desarrolla en buena parte en ámbitos donde estacionan los coches de caballo y donde los equinos dan rienda suelta a su necesidad fisiológica. Algunas esquinas del recorrido olían a cuadra vaquera. O mejor, parecían una cuadra vaquera ya que no faltaron a la cita bandadas de moscas, inherentes compañeras del final digestivo de los caballos.
Calonges. Iban como siempre las representaciones de los fieles, la del Sagrario y la del Consejo muy alineadas, muy bien formaditas. Llega la del Cabildo Catedral y allí cada uno andurreando como Pedro por su casa. No es que se le pida que imiten a los soldados sino que tengan un centímetro más del sentido de la estética. Incluso evitando los roces innecesarios con el Consejo que Cofradías que ayer, muy bronceado y agraviado, no fue al Pontifical porque el sitio asignado no era de recibo. Después de lo que han hecho con El Valle de los calonges con las cofradías se puede esperar cualquier cosa. Por cierto que tras el agravio hay movimientos de reparación en torno al Jueves Santo.
Música. Iba Soria 9 detrás, muy detrás del paso ya sin Andrés Martos que, como arcángel del paraíso, con una espada flamígera desterró en su día todo lo que sonara a su antecesor Abel Moreno. La banda está a la espera de que llegue, parece que desde La Coruña, el nuevo director, pero mientras tanto el subteniente o mayor que ayer la dirigía se quiso desquitar y tocó de Abel Moreno todo lo posible. Mientras yo la estuve viendo sonaron por dos veces Virgen de los Reyes y Encarnación Coronada. De lo clásico escuché más bien poco.
La tumbilla. Es loable el esfuerzo que está haciendo la Asociación de Fieles por mejorar y restaurar el patrimonio de la Patrona. Ayer, con una luz sin sol se pudo comprobar el mal estado de la tumbilla que necesita urgentemente no se si una limpieza o una restauración en toda regla para que pierda ese color a suciedad que ayer lució.
El recorrido. Hasta este año creí que el de la Virgen era el itinerario perfecto. Pero ayer, cuando presencié a fieles malviendo la procesión cerca de la Aduana pensé que no estaria mal que se reflexionara de nuevo sobre la conveniencia de ampliarlo ligeramente.
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