Naty Abascal: «Este libro es un viaje muy personal a mi vida y mis recuerdos»
De Sevilla para el mundo. Grandes firmas, diseñadores y fotógrafos repasan la historia de esta musa definitiva del sector de la moda

Incombustible. Elegante. Única. Distinguida. Probablemente todos estos adjetivos (y muchos más) le han sido dedicados en algún momento de su vida a Naty Abascal. La sevillana repasa, con imágenes y textos de otros, su inigualable recorrido profesional en el libro ‘ La eterna musa inspiradora ... de diseñadores de moda ’, publicado esta semana. ABC de Sevilla habla con ella para saber un poco más de ese pasado, pero también del presente y el futuro de esta mujer que con 19 años saltó de Sevilla a Nueva York para convertirse, sin saberlo, en la musa definitiva de las agujas más importantes de la costura del siglo XX.
Es su tercer libro, pero el primero en el que otros analizan su trayectoria. ¿Qué significa para usted este proyecto que surge de la exposición que le dedicaron en México?
Un enorme orgullo y un acto de humildad. Es también un viaje emocional y muy personal a mi vida, mis recuerdos, mis experiencias. No puedo agradecer lo suficiente a Eugenio López, fundador del Museo Jumex de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México, a su maravilloso equipo y a la Casa Editorial Rizzoli.
¿En qué medida ha estado implicada en las decisiones de selección de fotografías, diseños, profesionales que han escrito, diseñadores?
¡Al 100%! Teníamos 82 maniquíes y a México viajaron muchos más looks, que edité allí con un equipo de profesionales y fui creando personalmente. Muchas de las imágenes son de mi archivo personal, otras se han conseguido hablando con los fotógrafos o sus agentes para que nos cedieran los derechos de reproducción. A las personas que han escrito en el libro, las conozco de una vida y se lo pedí personalmente a cada uno. Verónica Etro, Valentino, Suzy Menkes, Mario Testino, Christian Lacroi x ... todos ellos son amigos y compañeros de viaje tanto en lo profesional como en lo personal. A todos mi más profundo agradecimiento.
¿Para cuándo un libro sobre su vida?
Soy una persona enormemente reservada y muy privada, aunque no lo parezca por mi carácter extrovertido. A pesar de que me han ofrecido la posibilidad de escribir mi biografía en numerosas ocasiones, o recientemente hacer un biopic para televisión, no creo que lo haga nunca.

La portada ha gustado mucho en toda Andalucía y Sevilla porque aparece vestida de flamenca. ¿Qué hizo que esa foto acabara como portada del libro?
Como todo en este negocio, una corazonada. Esta foto es de Mario Sierra , un fotógrafo con el que trabajo desde hace décadas y con el que tengo una gran complicidad. La foto se hizo hace unos años y cuando la vieron en Rizzoli les encantó. Soy yo, y muchas de las cosas que amo. Mi tierra, el flamenco, la pasión y la energía únicas de Andalucía. Creo que es también un merecido homenaje a un fotógrafo español que ha sabido aguantar durante tantos años mis continuas exigencias, las urgencias y cambios de última hora de esta profesión. Cuando miro la portada del libro, me veo a mí misma y eso creo que al final es lo que cuenta, ser uno mismo en todas partes, en cualquier circunstancia, incluso en la portada de un libro.
¿Cómo valora la internacionalización de la moda flamenca y su forma de inspirar a diseñadores de todo el mundo? ¿En qué sentido cree que ha aportado su granito de arena?
Llevo Sevilla y Andalucía en la piel y en el corazón. Creo que soy una ciudadana del mundo, pero nunca olvido donde nací. Forma parte de mi persona y esome sale de forma automática allá donde vaya. La luz, el color, la exuberancia denuestra tierra, se manifiesta también en la forma de vestir. La moda lleva homenajeando nuestras tradiciones desde hace más de un siglo. Balenciaga, Yves Saint Laurent, Galliano, Valentino, Oscar de la Renta, Christian Lacroix y Manolo Blahnik por citar solo algunos, llevan interpretando a nuestros trajes de flamenca, a los toreros, rejoneadores, bailaores… y llevándolos a moda y accesorios continuamente.
Moda en el ADN
Se cuenta que su madre fue la primera mujer en tener una boutique en Sevilla.
Mi madre era una mujer fascinante, guapísima y muy elegante. Pedro Rodríguez y Pedro Rovira eran dos de sus modistos de cabecera. En las épocas en las que mi madre tenía su boutique, el mundo del prêt-á-porter no existía como ahora. Se hacía ropa a medida, se compraban patrones y se traían prendas de vestir que representaban las tendencias de la época. Todo era muy personal, mi madre compraba pensando en las clientas a quienes les podría gustar tal o cual cosa. Es algo a lo que deberíamos regresar y creo que el mercado está yendo en esa dirección. Tras la gran expansión de las marcas, se vuelve cada vez más a buscar el asesoramiento de profesionales, las tiendas pequeñas, con una escala más humana, en donde saben quién eres, qué gustos tienes, la vida que llevas y cuáles pueden ser tus necesidades. Eso es lo que hacía mi madre con su boutique, aquí, en Sevilla. ¡Una adelantada a su tiempo!
Tras casi seis décadas dedicada al mundo de la moda ha vivido los múltiples cambios del sector. ¿Cómo ha ido adaptándose a todos ellos hasta llegar a tu trabajo actual?
La moda es un mundo muy especial. Se nutre del día a día, pero también anticipa comportamientos sociales, necesidades, tendencias, está siempre alerta y los que trabajamos en ella seguimos ese mismo ritmo. Intuición, pasión, perseverancia, paciencia, saber mirar, escuchar… todo esto forma parte no solo del aprendizaje sino de la evolución y la supervivencia dentro de la profesión.

¿Qué proyectos profesionales son los que más la motivan hoy en día?
Todo lo que hago me gusta. Tengo el enorme privilegio de estar en una profesión que es mi vida. Ya sea una producción de moda, asesorar a una empresa, fotografiar una casa o ser modelo para un producto de cosmética. Todo lo que sea auténtico me motiva porque me permite seguir aprendiendo y alimentar mi natural curiosidad por todo.
Si Elio Berhanyer no llega a ofrecerle aquella oportunidad de viajar a Nueva York con él, ¿qué habría hecho? ¿Qué tenía la Naty Abascal de 19 años en la cabeza?
No sé qué habría sido de mi vida, quizás hubiese llegado al mundo de la moda porotros caminos… o no. Lo que sí puedo decir es que la Naty de ese momento tenía muchas cosas en común con la de hoy día. Sigo siendo igual de enérgica, vital, apasionada, curiosa, perseverante. Todo eso no ha cambiado, es hoy igual que cuando tenía 19 años.
Evolución del sector
¿Qué recuerda con cariño de sus primeros trabajos como modelo a nivel internacional?
El calor humano, la amistad de las personas, la energía. Era un momento de descubrimiento, de profundos cambios sociales. Hacía 20 años que había terminado la Segunda Guerra Mundial y el mundo progresaba, tenía necesidad de evolucionar y esa vitalidad, a veces violenta y convulsa, se reflejaba en todo. En las artes, en la música, en la moda… Y yo estaba en Nueva York, en el epicentro de ese cataclismo, de ese 'youthquake' como lo bautizó la mítica Diana Vreeland.
Cuenta que llegó sin saber inglés, tan joven… ¿cómo ha ido formándose como persona en cuanto a idiomas, cultura, sector de la moda…?
Con perseverancia, con fuerza de voluntad, con coraje y con humildad, pero también con enormes dosis de pasión y curiosidad. Nunca he dejado de 'ver', de 'mirar' a mi alrededor, de escuchar…
¿Cómo cree que ha ido cambiando desde entonces el estilo o tipo de modelo que se triunfa (las top de los noventa, más delgadas después, ahora llegan las curvy y bellezas singulares…)?

La moda desde que Chanel hiciera su primer sastre, siempre ha usado a mujeres esbeltas, delgadas, 'perchas' perfectas para poder lucir los trajes desde una imagen de perfección aspiracional para casi todas las mujeres. El s. XXI está viviendo una revolución social en donde el papel de la mujer es cada vez más predominante. El mundo ha crecido y la población se ha multiplicado por tres en los últimos cincuenta años. No se puede ignorar la realidad y dar la espalda a una inmensa mayoría. Porque ni todos son rubios con ojos verdes ni tienen un cuerpo perfecto o miden 1,80. El mundo lo componemos las personas, con las peculiaridades que nos hacen únicos. Y abrazar esa pluralidad, aceptar todo y a todos es una obligación y un compromiso en aras de conseguir igualdad y justicia. Y una vez más la moda, se ha hecho eco de esa necesidad y rompe barreras, criterios preestablecidos, prejuicios, y une a todos bajo el paraguas de la diversidad, de la inclusión, de la defensa de la individualidad. Creo que es fascinante. Y absolutamente necesario.
¿Qué cree que le falta a la moda española y a su pasarela principal para tener un papel a la altura de las grandes como París, Nueva York, Milán…?
Internacionalidad y estrategia. España ha sido y es cuna de grandes talentos que están dispuestos a irse de su país para sufrir en Milán, en París o en Nueva York, porque saben que esas ciudades son escaparates abiertos a las nuevas ideas, dispuestos a abrazar la creatividad, la diversidad, el riesgo, lo nuevo y diferente. Son mercados muy exigentes, pero si consigues triunfar, lo sabrá todo el mundo. Todo eso se consigue cuando estás en un entorno enormemente competitivo pero que te catapulta si realmente tienes algo nuevo que contar. Y no tengo muy claro que España sea ese escaparate. Una pena, porque si algo nos define a los españoles es la creatividad y la tenacidad.
Ha conocido y es amiga íntima de grandes diseñadores de nuestro tiempo. ¿Qué cree que tienen en común todos ellos para haber triunfado? ¿Qué les diferencia de los que no dan el salto?
Su carácter único. Su creatividad, su pasión, no tener miedo a arriesgarse, tener la convicción de las ideas propias y el haber sabido estar en el lugar adecuado en todo momento. Valentino comenzó su carrera en Roma, pero enseguida entendió que la acción en ese momento estaba en Nueva York. Lo mismo pasó con Oscar de la Renta . Oscar vivió en España, aprendió de maestros como Balenciaga pero tuvo el coraje de irse a América en el momento adecuado, y llevar allí su peculiar visión de la moda, su estética, en una palabra. Si analizas las carreras de los grandes diseñadores, todos tienen denominadores en común: riesgo, pasión, originalidad, controversia. A veces la incomprensión de su entorno. También la polémica, la búsqueda de la belleza (algo tan único y personal como personas hay en el mundo). Alguien dijo que si corres riesgos en la vida puedes triunfar o fracasar, pero si no te arriesgas… el fracaso está garantizado.
¿Qué tle gusta y disgusta del imperio de Instagram en el sector de la moda? ¿Cómo se ha adaptado a las redes sociales y digitalización de la moda?
No puedo negar la importancia de las redes sociales y lo útiles que son para propaga un mensaje. Yo soy la primera en apreciarlo. Pero a veces me pregunto: ¿realmente necesitamos esta sobredosis de información? ¿Nos hace más inteligentes? ¿Nos aporta un cambio radical en nuestras vidas estar en contacto con todo un planeta? ¿Son estos los canales más adecuados? El problema de la sobredosis de información que tenemos es que no nos permite seleccionar. No hay horas en el día para estar al corriente de todo lo que creemos que nos interesa. Las nuevas generaciones además no leen, no compran libros ni revistas. Solo consumen información, pero no tienen tiempo de procesarla. Van más deprisa que el tiempo. Y eso para mí es un error. La autoría del papel, la durabilidad de una noticia impresa, de un libro… no son cuestionables para mí. Sobre los influencers, creo que no soy la única persona en opinar que muchos son cuestionables. Es cierto que los hay muy buenos y realmente influencian con su criterio, ideas y estilo a millones de personas, de ahí a que alguien anuncie 10 marcas al día, cobre miles de euros por hacer un post y realmente aporte una dosis de credibilidad con su imagen… es un tema a debatir, y cada día leo más comentarios sobre las dudas que las marcas empiezan a tener sobre las inversiones que han realizado en este terreno y los resultados obtenidos. Lo que sí es cierto es que la accesibilidad a la información es una realidad que ha llegado para quedarse y necesita ser revisada sino queremos sucumbir por saturación. Los excesos no son buenos, y estamos viviendo una saturación de información. El mundo digital necesita una reorganización profunda.
Cuestión de estilo
¿Cómo ha ido desarrollando y evolucionando su estilo a lo largo de los años?
En primer lugar, no tiro casi nada porque cuando compro algo lo hago desde la intuición, la emoción y esos son para mí valores inalterables. Mi vida, pero no solo con la moda, sino con todo, es un constante aprendizaje. Vivo en una continua necesidad de sorprenderme, de aprender, supongo que todo eso contribuye a vivir al ritmo de tu tiempo y con los cambios que se van produciendo. Nunca me he sentido fuera de juego, desplazada, incluso cuando algo no lo comprendo, uso mi curiosidad para poder sacar algo que me sirva e incorporarlo a mi vida. Las piezas que atesoro son en el fondo las vivencias que he tenido con ellas. Un vestido no es otra cosa que la vida que has vivido con él.

¿Cree que se puede ser elegante y vestir bien con poco presupuesto? ¿Qué compraría si fuera su caso?
Aunque nadie lo crea, no se necesitan muchas cosas para estar bien y sentirse seguro. Una mujer necesita ante todo tener confianza en sí misma. Y luego rodearse de pocas cosas pero que tengan calidad, que tengan identidad, que le ayuden a expresar su personalidad. Un par de jeans, una camisa, una chaqueta bien cortada, un vestido, un trench… con eso puedes ir a cualquier parte y estar perfecta. El toque personal lo dan los accesorios. El zapato, un cinturón, un collar, un bolso… cualquier complemento que parece romper el equilibrio y la armonía de un look, pero que en realidad lo que hace es acaparar la atención. Provocar, generar sorpresa, una sonrisa de complicidad. Eso es para mí el estilo, que es lo que queda cuando la moda… pasa de moda, para dar paso a otra tendencia. La moda pasa, el estilo permanece.
¿Cómo traslada todo lo aprendido del sector de la moda a su propia marca, Wafflie Wear?
Es una evolución y a la vez un laboratorio a través del cual expreso algunas de mis ideas. Soy amante de la comodidad, la moda nunca debe hacerte sentir mal, o incómoda o insegura. Wafflie es mi respuesta a este momento, en donde la libertad, la individualidad son más importantes que nunca. Amo el color, los estampados, el eclecticismo. Y creo que estas piezas representan un poco de mí misma, de mi forma de vivir. Yo soy la primera en llevarlas, en experimentar con ellas. Nunca recomendaría nada que yo no pueda usar o en lo que no crea.
¿Cómo ha llevado y lleva la pandemia del Covid-19 a nivel personal y profesional?
Con calma. Asumiendo la realidad como única alternativa. Con disciplina porque no es fácil convivir con las tragedias cotidianas que vemos a nuestro alrededor. Pero este tiempo de confinamiento me está sirviendo no solo para valorar todo lo que tenemos y damos por descontado, la salud en primer lugar, sino también para pasar revista a mi vida, a mi carrera, a lo que hecho y lo que aún me gustaría poder realizar. Está siendo un periodo de recogimiento, de reflexión. Duro y enriquecedor al mismo tiempo.
¿Qué proyectos tiene a corto/medio plazo?
¡Muchos! Pero no los voy a contar. Los irán descubriendo en breve. Sin prisa, pero sin pausa.
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