Urbanismo y movilidad
El corte de San Francisco Javier por la obra del tranvía convierte en una ratonera el tráfico interior de Sevilla
Las alternativas y desvíos planteados por el Ayuntamiento son insuficientes y el caos se ha apoderado de la circulación en pleno centro financiero y comercial de la capital andaluza

El inicio de las obras de ampliación del tranvía desde San Bernardo hasta Luis Montoto ha terminado de rematar un tráfico que ya andaba enloquecido en Sevilla. Ahora es ya todo un desastre a causa de la falta de coordinación con otros proyectos ... y de las insuficientes alternativas a la circulación ofrecidas por el Ayuntamiento al corte total de una de las arterias principales de la ciudad, la avenida San Francisco Javier. Esta vía y su confluencia con Ramón y Cajal están completamente cerradas a los vehículos desde la semana pasada, cubriendo toda la zona que conlleva la primera parte de los trabajos, la que va d esde la Enramadilla y la facultad de Económicas y Empresariales hasta el cruce con Eduardo Dato . Para una segunda fase quedará el tramo de Luis de Morales hasta llegar a Luis Montoto, que de momento sí tienen tráfico.
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Pero la imposición del corte de circulación previo a las primeras obras, las de las canalizaciones que ejecutará Emasesa , ha evidenciado ya que el caos está servido. Y por mucho tiempo. A finales de la semana pasada estaban colocadas todas las vallas y desde este lunes, ya con la vuelta total a la actividad y la incorporación de la lluvia -siempre perjudicial para la fluidez- la nueva ordenación es una realidad que ha generado enormes problemas de tráfico e importantes atascos prácticamente en todas las horas . Especialmente a primera, la de la llegada a los centros de trabajo o a los escolares que hay en esta zona, quizás la más financiera y comercial de la capital andaluza y ahora convertida en una verdadera ratonera.
Nueve meses de cierre, año y medio de proyecto
El proyecto es el más ambicioso que tiene entre manos el Gobierno local socialista ahora liderado por Antonio Muñoz y tiene una duración aproximada de 18 meses , con lo que, como mínimo, hasta verano de 2023 no quedará liberada toda esta zona esencial en la movilidad. En este primer tramo, el de San Francisco Javier, el compromiso municipal es que el corte dure unos nueve meses y no se prolongue mucho más allá. Se trata, por tanto, de un importante elemento a tener en cuenta de cara a las próximas elecciones municipales, tanto en el apartado de los logros del Ayuntamiento como en el de los problemas generados a los ciudadanos, que ya padecen tremendos inconvenientes por estos cortes al tráfico y que pueden tener un reflejo en los comicios.
El nuevo plan de movilidad para este sector, un verdadero jeroglífico casi imposible de entender con un análisis somero, presenta un par de aspectos cruciales que empeoran muchísimo el movimiento de los conductores. Uno, que plantea como alternativas a una amplia avenida varias calles mucho más estrechas , algunas auténticos callejones, de manera que el cuello de botella está servido. Y dos, que la obra en sí se ha comenzado mientras otras vías de comunicación vitales de la capital permanecen cortadas al tráfico por obras.
Este cierre en pleno Nervión ha llegado cuando sigue clausurada por la colocación de nuevas canalizaciones la avenida Jiménez-Becerril desde el Alamillo a la Barqueta, cuando parte de Torneo también está en obras de reurbanización y ya con la avenida de la Cruz Roja cerrada al tráfico para peatonalizarla. Además, la Ronda Histórica también está en obras y con la calzada reducida por la ampliación de aceras y construcción del nuevo carril bici, mientras que la Carretera de Carmona quedó cerrada hace varios meses en dirección salida. El 'desahogo' de todo este tapón enviaba el tráfico hasta Nervión, donde ahora se ha cerrado la principal arteria. Esta falta de previsión y de coordinación ha generado un escenario insufrible para los conductores en todo el tráfico urbano interior, que ha terminado colapsando. El exterior, que ya está colmatado desde hace años, también está sufriendo por las obras en todo el entorno del Centenario, de forma que el resultado es un caos colosal en horas punta y una circulación muy problemática en el resto de franjas horarias.
Atascos y quejas
En la propia San Francisco Javier, el Ayuntamiento ha habilitado una especie de vía de 'fondo de saco', sin salida, para el acceso de los vecinos a sus garajes que ya se ha demostrado insuficiente y donde en muchas ocasiones se cruzan los vehículos de entrada con los de salida haciendo casi imposible las maniobras, como denunciaban varios residentes de esa zona a este periódico.
Más que lenta, en las horas punta de este lunes, por ejemplo, la circulación de vehículos ha sido tortuosa en todo el entorno de esta gran cicatriz, esto es, las avenidas de la Ciudad Jardín, La Buhaira, Diego Martínez Barrios, Luis de Morales o hasta la propia Luis Montoto, así como en la Gran Plaza, José Saramago, Alcalde Juan Fernández o incluso en Ramón Carande y Felipe II, ya a una distancia mayor. El colapso fue aún más llamativo en Eduardo Dato, que presenta inmensas colas de autobuses en el carril bus en dirección de salida desde el Centro, desde el puente de San Bernardo. Este atasco de Eduardo Dato es mucho más significativo puesto que a él se le suman bastantes conductores que se cuelan en este carril reservado con sus coches particulares de manera indebida para escapar del colapso. Cabe recordar que son hasta quince las líneas de Tussam las desviadas a causa de esta obra. Los barrios del Plantinar y el de Conde de Bustillo absorben ahora en sus calles estrechas y plagadas de carga y descarga todo el tráfico que se deriva hacia el este de San Francisco Javier, con los consiguientes problemas en calles como Espinosa y Cárcel o Virgen del Sol, muy estrechas y ahora con una circulación gigantesca pese a su angostura.
Más allá del evidente enojo de los propios conductores que han de pasar por esta zona, vecinos, comerciantes y trabajadores muestran estos días su malestar por lo que en muchos casos consideran «una auténtica chapuza». «Cortar avenidas como ésta y plantear para moverse los callejones de los barrios de ambos lados es una solución que no entra en la cabeza de nadie, porque es imposible que esas calles tan estrechas puedan asumir todo ese flujo de circulación», subraya uno de los trabajadores de Viapol que ha logrado aparcar en el entorno «tras casi tres cuartos de hora entre llegar y dar vueltas por la zona». Una comerciante del Plantinar destaca que «todo el barrio ahora es un atasco, con coches que no se pueden casi ni mover y calles colapsadas. es una locura».
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